Nación apunta a polarizar con intendentes peronistas ante posibilidad de desdoblamiento en PBA
Desde el gobierno de Javier Milei entienden que si se separan los comicios provinciales, los jefes comunales quedarán como las principales puntas de lanza. Bullrich como caballo de batalla y la inseguridad como problemática territorial.
La movilización en favor de los jubilados del miércoles pasado en las inmediaciones del Congreso de la Nación provocó un fuerte sismo hacia adentro del gobierno de Javier Milei. Se trató, sin dudas, junto a lo que fue la recordada Marcha Federal Universitaria, de uno de los golpes más certeros que le propinaron al Presidente a raíz de un conjunto de políticas que generaron la reacción de un sector importante de la sociedad.
Sin embargo, como es habitual, la Nación intentó desviar la atención de lo que fue el grito popular conjunto en favor de los jubilados y comenzó una “caza de brujas” con el fin de construir un relato alternativo. ¿Los apuntados? Las agrupaciones políticas y los hinchas de los clubes deportivos que se acercaron a mostrar su apoyo a los adultos mayores.
Estos últimos fueron catalogados como integrantes de las famosas barras bravas. Algo que no solo fue desmentido por quienes se dedican a seguir a estos grupos violentos que tiene el fútbol sino que, incluso, no pudo corroborarse la actuación concreta de alguna de las personas detenidas, luego liberadas, como parte de una asociación de estas características.
En otras palabras, el gobierno nacional intentó una defensa fallida para lo que fue un reclamo genuino. Y, como quedó demostrado, el impacto llegó. Y caló hondo. Acorralado ante el levantamiento del soberano en favor de un reacomodamiento de los haberes de los jubilados (la mínima es de 300 mil pesos cuando se calcula que necesita cerca de 1.200.000 para llegar a fin de mes), el gobierno nacional está decidido a instalar la semilla de que detrás de toda acción está la política.
En ese marco, no llamó la atención que la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, apunte los cañones contra dos intendentes peronistas: Federico Otermín (Lomas de Zamora) y Fernando Espinoza (La Matanza). La funcionaria nacional denunció a ambos jefes comunales como presuntos organizadores de la marcha de hinchadas al Congreso.
La denuncia es por los delitos de sedición, atentado contra el orden constitucional y asociación ilícita agravada, porque el Ministerio cuenta con “elementos de juicio que permiten sostener que han financiado la movilización”. Sin embargo, en los hechos, no hay ninguna prueba. Por el contrario, lo que sí se pudo corroborar es que en la marcha funcionó un esquema de infiltrados para generar disturbios.
Ambos intendentes no se quedaron callados. "Bullrich acusó, primero públicamente y ahora difundiendo una denuncia, a nuestro municipio de haber convocado y organizado a grupos que fueron mandados a cometer desmanes, una falsedad absoluta. Bullrich busca desligar su responsabilidad inventando lo que no pasó, como es habitual en los libertarios", afirmaron a través de un comunicado desde la municipalidad de La Matanza.
En la misma línea, Otermín aseguró que "es muy grave que se hagan denuncias falsas para tapar la violencia". Y agregó que “me asombra la falta absoluta de compromiso con la verdad, el cómo se desbloquean niveles de mentira todo el tiempo. Lo que sucede acá es que hay jubilados a los que se les complica sobrevivir y hay un gobierno que reacciona con ferocidad”.
Golpe al conurbano
Desde el ejecutivo nacional tienen en claro que para poder consolidar el gobierno de Javier Milei, La Libertad Avanza necesita un triunfo en la provincia de Buenos Aires. Incluso al punto de considerar que “si ganamos PBA y perdemos en otras provincias, firmamos”, le dijo una fuente libertaria a Data Clave. Y agregó: “Hoy el contrapeso está ahí, con Kicillof. Si damos ese golpe, no se reponen”.
La intención es clara. El gobierno sabe que necesita armar un Congreso a medida que le pueda asegurar la gobernabilidad a la que hoy el Presidente debe acceder por una serie de acuerdos que no dejan del todo contento ni a unos ni a otros y que rompe por completo el esquema “anticasta” con el que Milei llegó al poder. Pero, a la vez, entienden que el peronismo hoy “se cae por su propio peso, tienen mucho quilombo”, suma el mismo dirigente, por lo que, de cara al 2027, una victoria en PBA será leído como un knock out.
Y es por esto que el aparato de LLA trabaja a destajo para conseguir, en compañía de un sector del PRO, lo necesario para dar la pelea en las legislativas. Sin embargo, saben muy bien que con eso solo no alcanza, que el PJ es fuerte en su principal bastión y que los intendentes podrían salir muy fortalecidos si el gobernador Axel Kicillof toma la decisión de desdoblar ya que sería ellos los principales protagonistas de lo que se decida en sus territorios y también se sentarían a hablar de lo que pueda suceder en sus secciones.
Con ese marco de fondo, la necesidad del gobierno nacional pasa por comenzar a polarizar acciones concretas contra los intendentes peronistas. En otras palabras, buscan exponerlos de la forma que puedan para lograr una baja directa en su credibilidad local y así poder meter una cuña en territorios que hasta ahora resultan inaccesibles como la tercera sección electoral, donde recae gran parte del electorado de PBA.
No es casual que justamente Bullrich haya apuntado los cañones a los dos municipios más poblados de la tercera sección. Como tampoco que a la hora de hablar de Lomas de Zamora haya recurrido a volver a poner en un título al exjefe comunal local y exministro de Gobierno bonaerense, Martín Insaurralde, quien es el jefe político de Otermín.
La intención es poder entrar con fuerza en esta región en particular. Es por eso que, en las últimas horas, Milei y su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, se reunieron con los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo, ambos con fuerte injerencia en la provincia de Buenos Aires. El objetivo: unirse para quebrar al peronismo. Lo que está claro es que Otermín y Espinoza no serán los últimos apuntados.