Javier Milei es un fenómeno nunca antes visto en la política nacional. Los analistas todavía no saben dar una respuesta concreta al triunfo de este excéntrico economista contra los dos partidos tradicionales de la modernidad como lo son el peronismo (actualmente reflejado en Unión por la Patria) y el PRO (en su faceta Juntos por el Cambio). En el medio, esa verborragia en las redes sociales contra la “casta política” que tanto rédito le dio no se traslada a su complejo (y necesario) vínculo con los gobernadores.

El Presidente de la Nación es mucho más receptivo y negociador de lo que no aparenta en sus declaraciones explosivas que tienden a la confrontación directa con la dirigencia política. Por poner un ejemplo, se encargó personalmente de la relación con los legisladores opositores en el Congreso cuando corrían riesgo sus vetos contra la movilidad jubilatoria y el financiamiento universitario.

La última acción que muestra su voluntad con la rosca es la reunión con los gobernadores de la Unión Cívica Radical. Casualmente fue horas después de haber criticado duramente a Raúl Alfonsín, acusándolo de haber promovido un “golpe institucional” junto con Eduardo Duhalde contra el Gobierno de Fernando de la Rúa. A eso se suma que también puso en duda el ataque que sufrió el Comité Nacional de la UCR en sus oficinas y que áun no fue esclarecido.

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Tras salir de la Casa Rosada, el santafesino Maximiliano Pullaro afirmó que “nadie ha venido acá a pedir una disculpa” porque “él tiene sus formas”Gustavo Valdés, por su parte, dijo que hablaron “del futuro y no del pasado” y que “es la frescura que tiene Milei”.

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La reunión, pospuesta la semana pasada tras la salida de la ex canciller Diana Mondino y otros conflictos internos del gobierno, marca una nueva estrategia de Milei, quien ha asumido un rol activo en las negociaciones con sectores de la oposición moderada. Su acercamiento busca sumar apoyo para iniciativas clave y evitar derrotas en el Congreso.

La reunión de Milei con los gobernadores radicales forma parte de un nuevo grupo que se suma a las negociaciones con el Gobierno. El oficialismo ya tiene vínculos aceitados con gobernadores peronistas y del PRO. "Milei tiene más triunfos políticos que económicos (...) Es más fácil la relación política con este gobierno que con otros", le dijo Pullaro a Cadena 3.

Con algunos gobernadores la relación es mucho más que cordial. Incluso hay negociaciones pensando en las elecciones de 2025. El gobernador entrerriano, Rogelio Frigerio, no descartó tener una sociedad electoral con La Libertad Avanza a nivel local. De hecho, Karina Milei y Martín Menem visitaron la provincia en medio del lanzamiento del sello del partido a nivel nacional.

La relación es con todos los gobernadores que firmaron el Pacto de Mayo. Entre ellos destacan Jorge Macri (CABA), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca), Martín Llaryora (Córdoba), Leandro Zdero (Chaco) y Alfredo Cornejo (Mendoza), entre otros. A lo largo de los meses, la relación de Milei con varios de estos mandatarios provinciales ha experimentado fluctuaciones. 

Por un lado, los gobernadores alineados con Juntos por el Cambio, como Jorge Macri y Alfredo Cornejo, han mantenido un apoyo más estable al gobierno, aunque con diferencias que se han acentuado en temas de gestión y financiamiento. El caso de Cornejo es paradigmático, ya que fue uno de los candidatos para representar a las provincias en el Consejo de Mayo, una posición estratégica dentro del esquema del pacto. Sin embargo, no todos los firmantes han continuado en sintonía con el presidente.

A esto se suma el posicionamiento de Osvaldo Jaldo, quien fue uno de los primeros en firmar y que hoy le brindó diputados que le responden para sostener el veto al financiamiento universitario. Sin embargo, ha tenido tensiones con el Ejecutivo, especialmente en torno a la distribución de fondos federales y la autonomía de las provincias. Otro caso notable es el de Gerardo Zamora (Santiago del Estero), quien sorprendentemente firmó el acuerdo a pesar de su histórico alineamiento con el kirchnerismo. Pero en los últimos meses ha tomado distancia, manteniendo un perfil bajo en las decisiones claves del gobierno de Milei.

Otro foco de tensión ha sido la reforma laboral, uno de los puntos más controvertidos del pacto. Gobernadores como Martín Llaryora (Córdoba) y Hugo Passalacqua (Misiones) han expresado su preocupación por los efectos que las medidas propuestas podrían tener en las economías regionales. La falta de acuerdos concretos en este ámbito ha enfriado las relaciones con la Casa Rosada, mientras que otros mandatarios, como Rogelio Frigerio (Entre Ríos), se mantienen en una posición de negociación, buscando preservar la estabilidad en sus provincias.

Por otro lado, Zdero e Ignacio Torres (Chubut) han seguido una línea de colaboración con el Ejecutivo, aunque con ciertas reservas. Ambos gobernadores han sido cautelosos a la hora de criticar abiertamente a Milei, buscando equilibrar sus responsabilidades locales con el apoyo al pacto. Sin embargo, las presiones internas de sus propias legislaturas provinciales y la creciente demanda por una mayor independencia fiscal están poniendo a prueba su lealtad.