En 2002 los empresarios Carlos y Santiago Sáez, dueños de la marca de indumentaria Ona Saez, constituyeron la Fundación Ñandú y con esa entidad organizaron diferentes eventos deportivos inclusivos y con premios valiosos. En 2013 y de la noche a la mañana los hermanos Saez se retiraron de la Fundación que inmediatamente pasó a constituirse como "Asociación Civil sin fines de lucro". Algunas fuentes aseguran aún hoy que dieron un paso al costado luego de sufrir presiones y amenazas de publicar en Clarín algunos entretelones financieros de la empresa de ropa. 

Ñandú

Lo comprobable es que en 2013 tomaron las riendas de la nueva Asociación Civil dos personas que en la década del setenta tuvieron roles públicos y políticos muy diferentes a los que cumplieron muchos años después, y vinculados entre sí desde los años previos a la dictadura: Mario Petrucci y Ricardo Horacio Roa. 

Ricardo Roa

Petrucci, un ingeniero que además preside la Federación Argentina de Ajedrez, pasó su infancia y adolescencia en Villa Martelli y en una parroquia del barrio, liderada por un sacerdote tercermundista, empezó a interesarse tanto en el ajedrez y el rock como en la política. Fue parte de la Columna Norte de Montoneros, que por entonces lideraba Rodolfo Galimberti, e integraban su secretario Pancho Langieri y las parejas de ambos, las hermanas Julieta y Patricia Bullrich. 

La "orga", tal como la llamaban los militantes montoneros, tenía su propia publicación, la Revista "El Descamisado", creada en 1973 y de la que salieron 47 números con una tirada de cien mil ejemplares semanales hasta su clausura en el 74. En "El Descamisado" escribía Ricardo Roa, quien también integraba la JP y coqueteaba con Montoneros. Él mismo narró su encuentro con Firmenich en la redacción y que este le dijo, eufórico, luego del asesinato del líder sindical Rucci: "Fuimos nosotros!". Cerradas las puertas para "El Desca", Roa siguió trabajando en el periódico "El Peronista" primero, y en "La Causa Peronista" después, publicación que dirigía Rodolfo Galimberti. 

Con la dictadura implantada el 24 de marzo, a los pocos días Roa empezó a trabajar en Clarín, donde permanece desde entonces y ahora con el cargo de editor adjunto, o sea, todo lo publicado pasa previamente por su visto bueno. 

Volvamos a la actualidad y a la Asociación Civil sin Fines de Lucro que promueve las maratones. Petrucci, que había ayudado a desplazar a los Saez, pronto corrió la misma suerte y aparentemente con la misma metodología. La comisión directiva de Ñandú volvió a tener cambios y quedó conformada por Luis Rodolfo Vinker como presidente, Pablo Rafael Vaca como vicepresidente, y Ricardo Horacio Roa como secretario. Los tres son jefes en la redacción de Clarin. 

Confirmar quienes son los responsables de Ñandú no fue tarea fácil: ni siquiera figuran en la página web de la Asociación. La sede social de la Asociación tampoco dice mucho al respecto. Según los papeles de inscripción, Nandú tiene como oficinas un inmueble en la calle Mitre 383 de Villa Martelli, pero allí funciona una concesionaria de autos Chevrolet y de la Asociación Civil, ni noticias. 

Del "a desalambrar" a "vamos a recaudar"

Inscribirse en la media maratón de este domingo 25 de agosto costó, para los deportistas amateurs y aficionados al running, 45mil pesos argentinos. Ese monto es para residentes argentinos, porque los extranjeros deben cobrar 80 dólares estadounidenses. La maratón de septiembre es más cara aún: 55 mil para los locales y 90 dólares para los foráneos. 

Inscripción

En ambos casos a este monto hay que sumar el  15% del costo obligatorio de inscripción, servicio que presta únicamente la empresa Ticketear. Sin ello, no se puede participar. 

Según cuentan los propios organizadores en sus redes sociales,  este año se inscribieron más de 25 mil personas para la media maratón de este domingo 25 de agosto. La cantidad de corredores de la maratón de septiembre aún no está publicada, pues aún queda un mes de inscripción para el evento. De todos modos, se puede calcular una cifra similar a la del año pasado, cuando corrieron trece mil personas de las que, tres mil, fueron extranjeras. 

Pero para no caer en especulaciones por encima de la base, si considerábamos que solo participan este año, en sus dos versiones, corredores nacionales la empresa Ñandú -recordemos, una Asociación Civil SIN Fines de Lucro- recaudaría 1.840.000.000 de pesos. A esa cifra hay que, además, sumar el 15% que corresponde a Ticketear: en total serían 2.116.000.000 de pesos argentinos solo con las inscripciones. 

Es válido anexar al importe de la inscripción el costo por hacerlo online, por una simple razón: todo va a parar a las mismas arcas. La empresa Ticketear, registrada en el Boletín Oficial de la Pcia. de Córdoba el 16 de febrero de 2023, está constituida por Laura Romina Zorzi y Ruy Diego Roa como socios. 

Zorzi es una abogada que, además, funge como  revisora de cuentas suplente en primer puesto de la Asociación Civil Ñandú. Ruy Diego Roa es un profesor de biología de colegios privados e investigador empleado del INTI que es, como su apellido indica, hijo de Ricardo Horacio Roa. Ninguno de los dos vive en Córdoba, donde asentaron la empresa. 

Ruy Diego Roa y Ricardo Roa

El dominio de TIcketear, del mismo modo que el de las variantes "Ticketrun" y "Runticket", está a nombre de José Adalberto Iriarte, el tesorero de Ñandú. La única actividad de Ticketear es cobrar la inscripción para la media maratón y para la maratón de la Ciudad de Buenos Aires,  pero los corredores ignoran que aquello que creen que es diverso, termina en un mismo bolsillo: el de los periodistas de Clarín que, además, promocionan las carreras a doble espacio en ese mismo medio. 

Además de lo recaudado por las inscripciones a Ñandú le ingresan millones por los auspiciantes, entre los que están Buenos Aires Ciudad, Adidas, Telecom, que pertenece también al Grupo Clarín, y el mismo Clarín además de una docena de grandes empresas.

En 2016 se sumaron a esas empresas los auspicios de los Municipios de Vicente López y de San Isidro, gobernados por Jorge Macri y Gustavo Posse respectivamente; sin que se conozca la razón de por qué dos municipios bonaerenses financiaron una carrera en la ciudad de Buenos Aires hoy gobernada, precisamente, por Jorge Macri. 

Jorge Macri entregando los premios

Pero además, la suma de ingresos no termina ahí, pues hay adicionales para los maratonistas: Pueden estampar el nombre del corredor en una pechera por 5900 pesos (con la salvedad de que solo imprimen hasta diez caracteres); el grabado de la medalla si cruzan la meta por 4800 pesos; alquiler de lockers por 5400 pesos; foto y video cruzando la cinta por 18000. Por 79 mil pesos más se puede acceder al servicio VIP, que consiste en un desayuno posterior y la posibilidad de usar un baño químico luego de la carrera. 

Mientras que en otras maratones como la de Río de Janeiro, que  en 2023 entregó alrededor de 55 mil dólares en premios;  o la de Santiago de Chile, que premió al ganador con 40 mil dólares; en la maratón de Buenos Aires y desde 2013, cuando dejaron de liderar los Saez y tomaron las riendas los empleados de Clarín, solamente se entrega un trofeo sencillo como el que recibe cualquier ganador de un certamen de club de barrio. 

En 2017 Luis Vinker dijo al respecto: "No tengo ni idea de por qué (Ñandú) no entrega premios en dinero. Empecé este año y al reglamento no lo tocamos. No puedo hacer nada". Con respecto al dinero que no queda para los corredores, daría la sensación de que tampoco queda para el país, puesto que Ricardo Roa aparece como una de las personas que fugó más de medio millón de dólares entre 2008 y 2009;  y otros 400 mil dólares más durante el macrismo. 

Tampoco hay premios para las personas que compiten en categorías de deportes adaptados. Si bien está estipulado que tienen que competir como mínimo cinco personas con discapacidades por categoría, para ellos ni siquiera hay dinero o un trofeo que merezca el esfuerzo. 

Ñandú no pone un centavo en los kits de primeros auxilios, ni en la publicidad, ni en la seguridad del evento: todo eso corre por cuenta de los auspiciantes, principalmente Adidas y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Por cuenta de los porteños va también cortar el tránsito y controlar la seguridad, a lo largo de los cuarenta y dos km de recorrido, a cargo de la Policía Metropolitana. Además, el Gobierno a cargo de Jorge Macri entrega a los participantes entradas gratis a todos los Museos Municipales, sorteos de entradas para el Colón y descuentos para el bus turístico. 

Como Asociación Civil sin fines de lucro, Ñandú no reinvierte el dinero obtenido en patrocinio de atletas, ni en programas deportivos de inclusión, ni en ninguna de las actividades que comprenden la ausencia de lucro. Por esa razón, quizá, desde el 11 de enero de 2024, a un mes de la asunción de Javier Milei en el gobierno nacional y de Jorge Macri en el de la Ciudad de Buenos Aires, José Adalberto Iriarte y Ricardo Horacio Roa constituyeron "Carreras y maratones Ñandú S.A", por lo que desde este año son una empresa privada y tienen fin de lucro.

Domicilio Ñandú

El Gobierno de la Ciudad les concede un negocio de más de tres mil millones de pesos a tres periodistas de Clarín  sin licitación, sin ninguna documentación que avale la contratación directa, y con Ñandú figurando desde entonces solo como proveedor de la ciudad.

Con Ñandú, el que no corre, vuela.