Marihuana: debate por despenalización del consumo recreativo agita interna y divide aguas en el Congreso
El Presidente prendió la mecha de la discusión pero desde el Ejecutivo nadie recoge el guante. En el Congreso, el río suena pero las aguas están divididas. ¿Cómo sigue la discusión, qué estrategias preparan y cómo es la agenda del cannabis? Las distintas posturas en el Frente de Todos, la oposición y los sectores de la prevención.
“Yo no tengo problemas en generar estos debates, en todas esas cosas soy alguien muy liberal y cada uno tiene derecho a hacer de su vida lo que quiera, también a dañarse”, expresó Alberto Fernández esta semana dando el puntapié a un debate que aún incipiente, asoma entre los políticos. Al igual que en el aborto legal, la discusión es transversal y hay posiciones encontradas en los distintos partidos.
Como contó Data Clave, en el Congreso -producto de la pandemia y la marea de referentes de Salud en las listas de precandidatos- se prepara una mini “bancada sanitaria” que tendrá impronta propia y debates en la valija. Consultado por este portal, el precandidato a diputado, Daniel Gollán confirmó que “apoyaría la necesidad de un debate” si tuviera la oportunidad de ocupar una banca.
“Hay una realidad que supera el marco legal vigente y es necesario reconocer esta realidad y adecuar la ley. En la mayoría de los Estados de EE.UU o Uruguay es posible regular el uso el uso recreativo o responsable como preferimos decirle acá”, dijo el ex ministro de Salud bonaerense.
En la actualidad no son pocas las iniciativas con estado parlamentario vigentes en la Cámara de Diputados y en el Senado. Hay varias y de distintas bancadas. El oficialismo encara un par de proyectos con la presidenta de la comisión de Legislación Penal, Carolina Gaillard, impulsa un par de proyectos para el autocultivo con fines medicinales y firma un proyecto de Gabriela Cerrutti para el control estatal del consumo.
Además, la radical Karina Banfi presentó una iniciativa para el uso recreativo que cuenta con 11 firmas del PRO y de la UCR, lo que no es un número menor. “El proyecto que tenemos nosotros está firmado por varios diputados de Juntos por el Cambio, busca regularizar un sistema que hoy tiene un Estado ausente y sujeto al delito, en donde el consumidor, muchas veces un enfermo, no un consumidor social, necesita un Estado presente para que haya control y asistencia y no encontrarse en situaciones de riesgo cuando compra o consume. En riesgo de vida”, resumió la diputada radical a Data Clave.
También hay proyectos del socialista por Santa Fe, Enrique Estevez y del FIT con la firma de Nicolás Del Caño. En el Senado, la cristinista Anabel Fernández Sagasti impulsa uno propio para el autocultivo con fines medicinales, terapéuticos y científicos. Sin embargo, entre esta cantidad de proyectos. El número aún es incierto y poco representativo.
Posturas y especialistas
La fiscal Monica Cuñarro, que integró la Comisión Nacional Coordinadora de Políticas Públicas en materia de prevención y control del tráfico ilícito de estupefacientes, la delincuencia organizada transnacional y la corrupción, afirmó a Data Clave que “Argentina debe reformar la ley vigente, más de 80% de los privados de libertad son por tenencia para consumo”, estimó la especialista.
“Se debe debatir en el campo no penal, el control sobre cigarrillos, en especial alcohol y también la marihuana. El Estado debe controlar a través de las autoridades correspondientes que son el ANMAT, el INTI y las secretarías de comercio o producción. Debe regularse y dichas regulaciones deben ser administrativas”, agregó.
Mucho se habla de las experiencias de otros países. Se suele citar entre otros a nuestro vecino uruguayo que despenalizó el consumo bajo la presidencia de “Pepe” Mujica. “No es lo mismo legalizar que despenalizar. Los modelos de Portugal, Uruguay y Holanda son interesantes. Sin lugar a dudas en el campo no penal, sino socio sanitario, Portugal es el más interesante”, consideró.
La legislación portuguesa no es ni revolucionaria ni nada. Despenalizaron el consumo a aquellos que portan un máximo de 10 dosis de una determinada sustancia ilícita. Lo que marcó la diferencia fue el cambio de sensibilidad hacia los adictos: dejaron de ser tratados como delincuentes. Atención específica a cada adicción y se los incluyó en el sistema sanitario para atender sus enfermedades. Según los especialistas, los resultados favorables no tardaron en llegar.
En sintonía con esto, la titular de la SEDRONAR, ente oficial de prevención de las adicciones, Gabriela Torres le bajó el copete al debate. En charla exclusiva con este portal, la funcionaria aclaró que “el Presidente habla del debate y no que va a mandar una ley, estamos trabajando desde Sedronar enfocados en que es un problema de personas, antes de abrir cualquier debate sobre la despenalización hay que abrir muchos centros de atención para las adicciones”, disparó.
Y advirtió: “Entiendo claro que no pensamos todos lo mismo y eso no debería ser un problema. Yo creo que el tema es más complejo y que no podemos poner a la sociedad a debatir si la marihuana si o no. Lo que hay que hablar es de las motivaciones para el consumo y una sociedad que tapa lo que le pasa con sustancias”.
Estrategia verde y números flojos de papeles
“No es algo que se está discutiendo, es algo que apenas dijo el Presidente en entrevistas, ni lo charlamos ni nos juntamos, es muy prematuro”, dijeron desde el oficialismo ante la consulta disparada por las declaraciones del presidente y las posibilidades de comenzar un debate en el parlamento. La causa está verde y con los números aún inciertos.
Las voces desde la oposición coinciden. “Nos merecemos un debate largo”, estiman. La discusión tiene similitudes al Aborto y todo el proceso se presume largo. Una discusión extendida al interior de los bloques. Un trabajo de hormiga, voto a voto y con mucha discusión antes de llegar a los procesos visibles de comisión o el recinto. “Hay que buscar acuerdos que están muy arraigados a miedos y prejuicios por un lado y temas de salud y seguridad por el otro”, apuntaron en off desde la bancada macrista.
La cuestión es transversal en todos los partidos políticos. “Tenemos una posición así como Aborto de libertad de conciencia”, explican. Al igual que en la interrupción voluntaria del embarazo, el tema puede ir creciendo año a año. Juntando firmas de poco. Convenciendo uno a uno, provincia por provincia. El panorama, según cuenta, tiene un panorama similar aunque con un escollo menos: la religión.
Pablo Fazio, presidente de la Cámara Argentina del Cannabis (Argencann), acercó un informe realizado por el ente para certificar en la opinión pública la aceptación del debate. Según el estudio, una iniciativa tendría amplio apoyo de la sociedad. Sin embargo, son cautos. “No queremos incluir este debate hasta que no clausuramos la discusión por el proyecto del cáñamo industrial y cannabis medicinal que está actualmente en el Congreso”, dijo el titular Argencann.
“Son temas que se vienen hablando hace bastante, hay legisladoras trabajando hace rato. La verdad que todavía no hemos conversado un marco regulatorio o propuesta de despenalización. La sociedad argentina está preparada para el debate”, sintetizó.
Como dijo el Presidente, algo es innegable: el tema cada vez se instala más y pide pista para ser debatido. Las sociedades avanzan y las legislaciones, a su ritmo, siguen el mismo camino. Sin embargo, los especialistas coinciden que, antes de discutir cualquier tipo de apertura, es imprescindible tener una estructura de contención eficiente vertebrada desde el Estado que hoy, desgraciadamente, no existe.