Lourdes llegó a la política por la ventana del oportunismo, sin ningún tipo de experiencia previa, ni capacitación. Hasta el año pasado vendía productos cosméticos por catálogo y soñaba  con ser conductora de televisión, actriz o cantante, tal como dijo en una entrevista para un canal de televisión mendocino. Quizá pensando en los medios o en la fama, se recibió de técnica en locución, aunque nunca ejerció en ningún medio ni pisó las tablas. 

“Lulú”, como le dicen a esta mujer de treinta y un años, es fervorosa militante evangélica, al punto que suele cerrar sus escasas participaciones en el Congreso con un "Viva Cristo" que, a la luz de los últimos acontecimientos que la tienen de protagonista, remiten con escalofríos a la consigna que acompañó a quienes realizaron el peor atentado de la historia argentina y que dejó alrededor de cuatrocientos muertos: el bombardeo a Plaza de Mayo del 16 de junio de 1955. 

De todos modos, Lourdes seguramente ignora ese suceso histórico, como esta semana dijo ignorar lo sucedido durante la dictadura del 76 por la simple razón de que ella nació en 1993. Cuando asumió su banca en la Cámara de Diputados, representando a Mendoza y a los votantes de LLA de esa provincia, juró: “Por Cristo, nuestro Señor; por los héroes de Malvinas; por la Patria y la libertad, sí juro”

A la guerra de Malvinas, sucedida once años antes de que naciera, tampoco debería conocerla puesto que según su criterio, solo se sabe de aquello de lo que se es estrictamente contemporáneo; sin embargo, algo habrá escuchado en su casa para jurar por los héroes. Es que su padre estuvo en la guerra, aunque no precisamente, y según los testimonios, de manera heroica. Como diputada, precisamente, solo presentó hasta ahora dos proyectos: son dos declaraciones de interés de Charlas educativas acerca de la Guerra de Malvinas. Esa es, por ahora y en ocho meses, toda su labor parlamentaria personal. 

Lourdes Arrieta integra la comisión de defensa de la Cámara de Diputados y tiene un vínculo estrecho con Luis Petri; estuvo acompañándolo el 20 de marzo en el Círculo Militar, ese evento en el que el Ministro se fotografió con Cecilia Pando y el grupo de esposas, madres y hermanas de condenados por crímenes de lesa humanidad.  Esa agrupación integran, precisamente, Lucrecia y María Eugenia Astiz, las hermanas de Alfredo Astiz  que desde diciembre presionan al gobierno por el indulto a los genocidas.

Ni bien asumió el gobierno mileísta, esa agrupación de mujeres publicó una carta en el correo de lectores del diario La Nación en la que le pedían a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, que cumpla con su palabra empeñada e indulte a sus familiares presos antes de Navidad, algo que obviamente no se concretó. Pero las presiones y el lobby continuaron, y muchos miembros de la justicia y el gobierno no mostraron desacuerdo alguno con las pretensiones de los detenidos y sus familiares. 

En enero, Lourdes Arrieta fue con el diputado entrerriano por LLA Beltrán Benedit al acto por los 35 años de la recuperación del cuartel de La Tablada, recuperación que se hizo aplicando el mismo catálogo de crímenes que durante los años de la dictadura. Benedit asumió como diputado junto con Arrieta, y desde el primer día aboga por la liberación y reivindicación de los genocidas. 

Tomando el té con asesinos

La visita del 11 de julio al penal de Ezeiza fue la primera de la diputada Arrieta pero no la primera para Benedit. El 15 de marzo y junto a la diputada Alida Ferreyra Ugalde, también de LLA, estuvo en la cárcel de Campo de Mayo, unidad destinada solo a represores de la dictadura. Según cuenta Luciana Bertoia en Página 12, "cuando salió, escribió un posteo conmovido en redes sociales: dijo que habían sentido de cerca la injusticia y que eran muchos los que, “en línea con el presidente, seguían poniendo las verdades sobre la mesa. La hija de uno de los criminales de lesa detenidos le agradeció la visita. “Fue un honor conocer a su padre. Trabajamos por la pronta liberación de todos los patriotas”.

Arrieta con Benedit Beltrán

El 10 de julio fue un día intenso para Lourdes Arrieta. Estuvo reunida con el Ministro de Defensa, Luis Petri, en el despacho de éste. La conversación fue tan amable que se cerró con una selfie tomada por ella y donde se ve a ambos sonrientes, y la frase "Miércoles a full! Terminando la jornada!"; del pedido de audiencia y del contenido de la charla, se ignora todo. Pero ese día de actividad no terminó allí para Lourdes. En el chat de whatsapp del grupo de diputados libertarios el intercambio era profuso. 

A las 22:52 Beltrán Benedit posteó: "A la reconstrucción de la Patria no la van a hacer ni los pusilánimes, ni los especuladores, ni los cobardes!! Debemos inspirarnos en el presidente !! Si hoy todos nosotros estamos libres y en Paz es porque hace 50 años nuestras Fuerzas Armadas, las mismas que vimos desfilar y aplaudimos el 9 de julio, se jugaron el cuero y la vida contra el terrorismo. El que las hace las paga dijo JM, de acuerdo, pero y el que no lo hizo? . En eso estamos"

A las 23.04 escribió Lourdes Arrieta: “Señores, tengo 31 años y quiero saber la verdad de primera mano, que no me la cuenten como nos lo contaron durante 20 años fácil. Memoria, Verdad y Justicia; no Venganza”.

A la mañana siguiente los diputados Beltrán Benedit, Lourdes Arrieta, Guillermo Montenegro, Rocío Bonacci, Alida Ferreyra y María Fernanda Araujo se subieron a una combi del Congreso, que para su uso requiere el permiso del presidente de la Cámara Martín Menem, y partieron rumbo al penal de Ezeiza. 

Cuando la visita se hizo pública estalló el escándalo puertas afuera, pero también dentro del bloque. No todos estaban de acuerdo con esa decisión, sobre todo por el costo político que puede acarrearles. Posiblemente la primera en advertirlo fue la diputada Bonacci que salió a los medios a desmarcarse del resto, y argumentando que fue engañada y al llegar, se mantuvo al margen de charlas y fotos con los genocidas. 

Lourdes Arrieta intentó seguirla, con menor fortuna. Sus comentarios fueron tan tilingos, que no dejaron margen de duda acerca de su capacidad para estar sentada en una banca de diputados, representando a millones de argentinos, si desconoce por completo la historia reciente del país y sus actores. 

“Me sentí estafada por el diputado que organizó esta visita, expresó Arrieta, al ser entrevistada por Noticiero 9 en el aeropuerto Francisco Gabrielli, esperando poder viajar a Ciudad de Buenos Aires. “No les conocía las caras. Los tuve que guglear a la salida del penal para saber quiénes eran", agregó. Para rematar afirmando: “Estuve y hablé con Astiz. Yo no viví en esa época, nací en 1993 y no tengo ni idea de quiénes eran los personajes de esa época, la verdad es que vi internos de 80 años y yo no sabía los nombres, las caras y no tenía ni idea”. 

A menos que tenga amnesia, hasta doce horas antes de sentarse frente a Astiz para compartir charla, té y masitas, parecía saber perfectamente quienes serían sus interlocutores, de acuerdo a lo que se desprende del chat con sus compañeros de bancada. 

Tomás Arrieta, un torturador en Malvinas

Un hilo rojo la une con Astiz: su padre, Tomás Arrieta, también estuvo en Malvinas como "Gustavo Niño", el alias que usó el asesino para infiltrarse entre las primeras madres que buscaban a sus hijos, entre las que estaba Azucena Villaflor,  y mandarlas a secuestrar, torturar, y arrojar vivas al mar. La misma suerte que le hizo correr a las monjas Leonie Dusquet y Alice Domon, que habían sido las cuidadoras del hijo discapacitado de Jorge Rafael Videla; o la adolescente Dagmar Hagelin, a quien baleó por la espalda para luego capturarla, torturarla y hacerla desaparecer. Decenas, cientos de personas fueron víctimas del "Ángel Rubio".

Sin embargo, su heroicidad tenía sus límites. Al frente del Comando Lagartos, en Malvinas, se mostró desafiante, equipado, abrigado y bien comido, a diferencia de los soldados novatos de las trincheras. A pesar de ello, y de su supuesta fiereza, no disparó un solo tiro, no estuvo jamás en combate y se rindió ni bien los ingleses pisaron suelo malvinense. Las crónicas de la época muestran fotografías del momento de su rendición, y cuando es transportado en un avión inglés rumbo a la isla Ascención. 

El padre de Lourdes, también dejó penosos recuerdos de su paso por la guerra. El Centro de Ex Combatientes de Malvinas de La Plata, en enero de este año, denunció que Tomás Arrieta, como Cabo Primero del Ejército y como oficial del Regimiento de Infantería 12, estuvo al frente de un grupo de soldados. Aparece mencionado por diversos testigos en la causa 1777/17 del Juzgado Federal de Río Grande en Tierra del Fuego, que lleva 14 años y que está a cargo de la jueza federal Mariel Borruto.

Allí está acusado de violar los derechos humanos. Los testimonios indican que fue extremadamente cruel con los soldados, al punto de provocar la muerte por desnutrición de uno de ellos.

Antonio, uno de los soldados a cargo de Arrieta, declaró: ‘El cabo Primero  Arrieta nos sacaba esa poca comida cada vez que nos veía con los borceguíes desatados o cuando nos encontraba dormidos. Lo hizo también con otros compañeros de mí mismo grupo. Yo veía que los oficiales comían en su bunker. La comida consistía en un guiso guacho con dos fideos, eso causó la muerte por desnutrición del soldado Segundino Riquelme”.

Sobre las torturas y vejaciones que se constataron en la investigación y que luego se registraron en la denuncia, un testigo dijo que "la más usual era el estaqueo, que consistía en atar a estacas a soldados con los tientos de las carpas para que queden inmovilizados por espacios variables de tiempo, a veces semidesnudos, otras veces vestidos, incluso algunos estaqueos se realizaban bajo cañoneo enemigo". Otra práctica de castigo solían ser "los enterramientos", o sea "cavar pozos y enterrar a soldados hasta el cuello".

También se comprobó el caso de "soldados de regimientos patagónicos que fueron obligados a descalzarse a los que se les mojaba el pie y con el teléfono de campaña se accionaba una pequeña manivela para generar una picana eléctrica en el medio del campo".

La causa todavía está en proceso desde hace catorce años y comprende a decenas de miembros del Ejército, entre ellos a Arrieta. 

Más de la familia 

En marzo de este año el dirigente libertario mendocino Damián Córdoba fue a la Justicia y denunció por amenazas a Tomás Arrieta y a Liliana Mercado, los padres de Lourdes. 

Fue por la disputa en torno al nombre de La Libertad Avanza Mendoza y mientras entraban a un café para hacer una conferencia de prensa, Tomás Arrieta le habría dicho: "te voy a hacer cagar; te voy a matar". Y la madre de Lourdes, Liliana Mercado, le dijo que era un "ladrón hijo de puta".

Lourdes Arrieta y su hermano

Lourdes, por su parte, nombró en el Congreso y como asesor a su hermano Martín, quien también funge con ella como apoderado de LLA en Mendoza. Carlos Soloa Vacas, Secretario de la Junta Promotora de LLA de Mendoza calificó a la familia como "una runfla de ignorantes" en una entrevista dada a "El Otro Diario" de Mendoza. 

Hace dos meses y como ya dimos cuenta en otra nota de Data Clave, y en pos de lograr el sello como partido, Lourdes Arrieta y su hermano iniciaron una campaña de afiliaciones masivas en Mendoza. Debían llegar a cuatro mil afiliados pero los números no les daban, por lo que recurrieron a un viejo método: afiliar muertos o personas al azar, cuyos datos tomaron de registros oficiales como Anses o Pami.  Así apareció como afiliado el padre del presidente de la Cámara de Senadores de Mendoza, Miguel Ángel Priore, fallecido en 2018. O Wilfredo Subirats, fallecido el 14 de febrero pasado, que también integra la lista de adherentes a LLA. 

También aparecen personas vivas pero que jamás se afiliaron, como el automovilista Orlando “Orly” Terranova, que denunció el caso. Los avales truchos llevan la rúbrica de Martín Daniel Arrieta, hermano de Lourdes.