La batalla por la Corte Suprema sumó un nuevo capítulo en el Senado. Con una movida coordinada, senadores del kirchnerismo y el radical Martín Lousteau firmaron un dictamen en contra de la designación de Manuel García-Mansilla , mientras que otro grupo avaló su pliego. La maniobra busca llevar la discusión al recinto y exponer la polémica decisión del Gobierno de Javier Milei , que nombró al jurista "en comisión" sin esperar el proceso legislativo habitual y constitucional.

La reunión de la comisión de Acuerdos dejó sobre la mesa dos dictámenes que deberán ser oficializados. Por un lado, el apoyo del kirchnerismo con siete firmas un favor. Por el otro, el rechazo de Lousteau y la senadora del PRO Guadalupe Tagliaferri, que lograron reunir el respaldo de nueve legisladores, la mitad más uno del cuerpo. El número no es menor: habilita que el tema pueda ser tratado en el recinto sin necesidad de más dilataciones.

El punto central del conflicto radica en que García-Mansilla ya juró en la Corte, mientras que Ariel Lijo, el otro candidato impulsado por el Gobierno, sigue esperando su turno. La oposición denuncia que el Ejecutivo se extralimitó al designarlo en el máximo tribunal sin la aprobación del Congreso, aprovechando el vacío legal entre el fin de las sesiones extraordinarias y el inicio del período ordinario. "El Gobierno quiere manejar la Justicia como si fuera un feudo", advirtieron desde el bloque peronista a Infobae.

En paralelo, la interna en la UCR se recalentó. Lousteau apuntó contra Maximiliano Abad, referente del radicalismo bonaerense, por no dar quórum y frenar la firma de los dictámenes. "Que el presidente de mi partido acuse innecesariamente a sus propios senadores es una bajeza fuera de lo común en la política" , disparó Abad, marcando la grieta dentro del partido centenario.

El kirchnerismo, por su parte, dejó en claro que su jugada no es un apoyo real a García-Mansilla, sino una táctica para forzar el debate en el Senado y bloquear el pliego en el recinto. La senadora Anabel Fernández Sagasti , vicepresidenta de la comisión, justificó la movida: "El oficialismo quiere manipular la Justicia a su antojo, nosotros no vamos a quedarnos de brazos cruzados" .

Las objeciones más duras llegaron desde el peronismo formoseño. José Mayans , jefe del bloque, advirtió que esta decisión abre la puerta a que futuros presidentes nombren jueces sin control del Senado. "Si se acepta este mecanismo, cualquiera podría designar jueces de la Corte o de tribunales inferiores sin pasar por aquí" , alertó.

La pelota ahora está en manos de Victoria Villarruel, presidenta del Senado, que debe decidir si habilita la sesión especial para la próxima semana. Mientras tanto, la presión crece y el oficialismo enfrenta un dilema: insistir con su postura o negociar para evitar un traspié legislativo que debilite aún más su relación con la oposición.