Grupo Pelco denuncia a Zamora de “hostigamiento” y “represalias” por diferencias políticas
La empresa a cargo de la gestión de residuos industriales, peligrosos y patogénicos maneja un predio que le concedió el distrito en 2012. La directora sostiene que el intendente busca quitarle el espacio para marcarle la cancha a Sergio Massa. “Hacen política con el medio ambiente y nos quieren sacar del medio”.
Las diferencias políticas entre el intendente de Tigre Julio Zamora y elexjefe comunal y actual presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, tienen larga data. Y pese a que en los últimos dos comicios lograron sendos acuerdos de convivencia, el panorama a futuro no es alentador.
Son tantas las discrepancias entre ambos que Zamora quedó envuelto en una polémica de claro tinte político contra una empresa que ya lleva casi 30 años radicada en Tigre y que, la directora ejecutiva, Claudia Kalinec, decidió hacer público el “hostigamiento” y las “represalias” que viene sufriendo de parte del actual gobierno municipal debido a que, según le dijo a Data Clave, “toda empresa que tuvo algún tipo de acción política con Massa se desarma”.
La empresa en cuestión es el Grupo Pelco, que ya lleva más de 150 millones de dólares invertidos a nivel local y cuenta con más de 210 empleados entre planta y logística y se dedica a la gestión de residuos industriales, peligrosos y patogénicos. “No es algo que solo de con mi empresa. Está pasando con otros también”, sostiene Kalinec.
En 2012, el Grupo Pelco abrió una sucursal de recepción de aparatos eléctricos y electrónicos en Benavídez luego de firmar un convenio con el propio Massa, entonces jefe comunal, para hacerse de un predio que había sido abandonado por la empresa Senoplast.
“Es un lugar se preparó para recibir aparatos eléctricos y electrónicos, una corriente de residuos peligrosos de generación universal: cargadores de celulares, impresoras, tostadoras, heladeras o un lavarropa. Todos tienen componentes reciclables y también peligrosos. Nuestra empresa desarma y clasifica”, explica Kalinec.
Desde que se hizo cargo del predio, el Grupo Pelco reconstruyó el precio e hizo la obra que correspondía para dejar el lugar en condiciones. Tras su inauguración se hicieron acciones y campañas de recepción de material eléctrico en clubes de barrio para que la gente pudiera acercar esta tipo de material sin la necesidad de llevarlo hasta Benavídez.
Todo iba bien hasta 2017, cuando según narra Kalinec “la municipalidad empieza a decirnos que no nos podía dar el permiso para recepcionar aparatos electrónicos. Hicimos la adecuación de la solicitud a depósito y empezaron a hacernos inspecciones semanales sin darnos el permiso definitivo”. Y agrega: “A todo esto, claro, como corresponde, seguimos pagando todos los impuestos correspondientes y nunca nos dijeron nada”.
El problema se dio a conocer ahora, cuatro años después, cuando el distrito le hizo llegar a la empresa una carta documento donde dan cuenta de que les sacan el predio y que ya no son más cuidadores del espacio. “Nos enteramos con la carta porque el decreto nunca fue publicado”. De esta manera, el distrito notificó a la empresa y la intima a devolver la posesión.
“No dialogan. Están obcecados con que quieren recuperar el predio. Me cuesta salir mediáticamente porque Tigre pone pauta en todos los medios y nadie quiere dar a conocer esta problemática que es 100 por ciento política”, dice Kalinec. Y deja constancia de cómo funciona el municipio: “Nadie cuenta lo simple. El director de Gestión Ambiental del municipio es Edgardo Jalil, que es el presidente de la cooperativa Creando conciencia. Arma programas ad hoc para él, con campañas donde recibe material reciclable y después el municipio se lo dona a la cooperativa que él mismo preside. Hace negocios de los dos lados del mostrador. Eso es incompatible, pero es parte de las políticas que lleva adelante Zamora”.
Kalinec sostiene que hay una “clara persecución política”. Y cuenta que "durante la cuarentena fuimos actividad esencial. Porque dentro de los residuos que manejamos están los patogénicos. El 19 de marzo de 2020, un día antes de que se cierre todo, vinieron a clausurarnos la planta porque decían que salía humo negro. Vinieron con drones y prensa del distrito. Hicieron un circo y les pedí que llamen al OPDS. No hicieron caso al pedido y no pudieron clausurarnos. Pero está claro que tienen un tema político con nosotros".
Y cierra: “El municipio tiene un deuda con Pelco de 2015, cuando nos pidieron los servicios de limpiezas de alcantarillas. A partir de que asumió un secretario de Servicio Público de Zamora no me pagaron nunca más. Nos deben 3 millones de pesos más IVA, que hoy debe ser el doble de esa plata. Pero es algo que va mucho más allá del dinero. Y tiene que ver con esto de que si quieren te pagan y si no quieren no. Así se manejan. Y así lo sufrimos las empresas de Tigre".