El titular de la O.A. defendió al vendedor de la Traffic utilizada para atentar contra la AMIA
En la causa que investiga el atentado contra la sede de la mutual judía se menciona en reiteradas ocasiones un vehículo utilitario que habría sido utilizado para trasladar la carga de amonal con la que se voló el edificio de la calle Pasteur al 600, asesinando a 85 personas. Los acusados de haber participado de la compra y venta de esa camioneta están libres, gracias a los oficios de sus abogados: Mariano Cúneo Libarona y Alejandro Melik. La amistad y sociedad de ambos se remonta a la década del ochenta, cuando protagonizaron la defensa de casos resonantes. El primero es hoy ministro de Justicia del gobierno de Javier Milei y el segundo fue nombrado como director de la Oficina Anticorrupción. Postales de una Argentina que retorna a los noventa sin escalas.
El 18 de julio de 1994 a las 9:53 de la mañana estalló una bomba en la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue el segundo atentado terrorista internacional en un lapso de dos años en Argentina y durante el gobierno de Carlos Menem. Treinta años después -y al igual que el de la Embajada de Israel de 1992- sigue impune: los 22 muertos en la Embajada y los 85 de AMIA, y sus familiares y amigos, aún no tienen justicia para su dolor, entre otras cosas, por la enorme cadena de ocultamientos, complicidades, mentiras y negocios que rodean a estas dos tragedias.
Traficantes y terroristas sirios, agentes iraníes, criminales de guerra nazis, poder político, lavado de dinero, agentes de la ex Side -hoy rediviva- liderados por el sinuoso Antonio “Jaime” Stiuso y con su jefe máximo Hugo Anzorreguy condenado a cuatro años y seis meses de prisión por el delito de peculado y encubrimiento por favorecimiento personal.
La Policía Federal con el Jorge "Fino" Palacios a la cabeza y quien zafó de condena aunque fue procesado; los fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia condenados por entorpecer la investigación y el juez Juan José Galeano destituido y condenado a seis años de prisión por peculado, privación ilegal de la libertad, prevaricato, encubrimiento por favorecimiento personal y violación de medios de prueba.
La mugre de la complicidad llegó tan arriba que hasta el expresidente Carlos Menem se sentó en el banquillo y esquivó condena. Del mismo modo el ex titular de la DAIA Rubén Beraja, acusado también por su participación en el delito de peculado, porque conocía y consintió el pago al reducidor de autos Carlos Telleldín para que con su testimonio se desvíe la investigación.
Víctor Stinfale era en 1994 un abogado mediático reconocido como “sacapresos” y fue convocado por Telleldín para que lo represente. Terminó acusado del delito de peculado, que consiste en la sustracción ilegítima de caudales pertenecientes al Estado Nacional para darle un destino no previsto legalmente en sus atribuciones.
Telleldín era un reducidor de autos que había comprado un motor y parte de un chasis de una camioneta Traffic original con la que armó una camioneta gemela. El motor luego fue hallado entre los escombros de la mutual y por ende se supuso que el vehículo habría sido usado como coche bomba (aunque esa versión también ha sido severamente cuestionada).
¿Por qué su abogado terminó acusado por peculado? Porque por su intermedio llegaron cuatrocientos mil dólares a manos de Telleldín para que modifique su declaración e involucre a personal de la Policía Bonaerense. El dinero, aparentemente, habría salido de los gastos reservados de la SIDE.
El ministro de Justicia
Mariano Cúneo Libarona, hoy titular de la cartera de Justicia del gabinete de Javier Milei, también participó como abogado en la causa AMIA. Por entonces era un abogado buen mozo, mediático, canchero y famoso por lograr correr de la sombra carcelaria a cualquiera que tuviera todo para no ver mas el sol.
Por caso, Stinfale y Cúneo Libarona, en 1996, pasaron larguísimas horas de su vida en los canales de televisión, cuando el país parecía solamente ocupado en seguir el minuto a minuto del escandaloso Caso Cóppola, donde el primero hablaba en representación de Diego Maradona y el hoy ministro, representó al manager preso; en el caso de Cúneo quedó tan enredado, que terminó teniendo un romance con Samanta Farjat, una de las testigo estrella del caso. Por esas cosas de la vida, en 2016 Stinfale terminó en una causa por haber organizado la fiesta electrónica "Time Warp" en la que murieron cinco jóvenes por ingerir drogas sintéticas.
Pero volviendo a la Causa AMIA, así como Stinfale representó a Telleldín; Cúneo Libarona tomó la defensa de Juan José Ribelli, un ex comisario jefe de la División Sustracción de Automotores de Vicente López que pasó 115 meses en prisión señalado como el enlace clave de la conexión local del atentado contra la sede de la AMIA, aunque no se le pudo demostrar absolutamente nada. Y nuevamente la Traffic: a Ribelli -quien además de integrar la Bonaerense tenía agencias de autos usados- se lo acusó de entregar la camioneta a los autores del atentado.
Cúneo Libarona se involucró de tal modo también en este caso, que pasó treinta y dos días detenido. ¿Por qué razón? Por robar del juzgado de Galeano un videotape donde estaba el registro fílmico del acuerdo económico entre el juez y el acusado Telleldín para acusar a la Bonaerense. Cúneo, además, fue procesado no solo por el robo sino por coacción agravada, pues Ribelli usó ese casette para apretar al juez.
Pero en toda la cadena de la Traffic hasta ahora vimos los dos últimos eslabones: el del supuesto entregador de la camioneta a los terroristas, Ribelli; y el del que compró el motor y el chasis para armar un vehículo gemelo al original, Telleldín. El tercer eslabón es el del desarmadero donde se compraron las autopartes: "Alejandro Automotores S.R.L".
El titular de la Oficina Anticorrupción
El nombramiento de Alejandro Erasmo Guillermo Melik fue oficializado a través del Decreto 61/2023, publicado en el Boletín Oficial, que lleva la firma del jefe de Estado y del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona.
Melik es abogado especializado en derecho penal y lavado de activos y como socio de Cúneo Libarona en el estudio de abogados, defendió con él a Guillermo Cóppola en la causa por presunto narcotráfico. También fue letrado del club River Plate. Las crónicas y fotografías de la época lo muestran en agosto 2007, por ejemplo, en una conferencia de prensa con una activa participación por el asesinato de Gonzalo Acro, que se dio en el marco de un enfrentamiento entre facciones de barras del club.
Pero el hombre que ahora debe poner la lupa sobre los casos de corrupción que afecte a personal del gobierno, también fue parte de la Causa AMIA. Volvamos a la Traffic: Alejandro Vïctor Monjo, alias "El Gitano", era el propietario de “Alejandro Automotores S.R.L.”, sociedad formada por él y su esposa Rosa Mabel Patierno. En esa concesionaria Telleldín compró parte de una Traffic incendiada y sus papeles, que Monjo vendió por cinco mil pesos/dólares de la época. Los papeles fueron usados para blanquear la camioneta del mismo modelo supuestamente utilizada como coche bomba.
Monjo, además y como figura en el expediente de la causa, había recibido un llavero de regalo de parte de la División Sustracción de Automotores de la Federal y que extrañamente la fuerza perdió durante la investigación.
En mayo de 2000 el juez de instrucción Mariano Bergés sobreseyó a Monjo en una causa paralela a la investigación del atentado contra la AMIA. Según Clarín de esa fecha, antes del dictado del sobreseimiento de Monjo hubo "una serie de movimientos extraños" sobre esa causa paralela, e importante para sostener la acusación contra el reducidor de autos robados Carlos Telleldín, el principal detenido por el atentado. Y prestemos atención, porque los nombres siempre se repiten.
El sobreseimiento de Monjo dictado por el juez Bergés fue "rápido" y se tomó "antes de completar una serie de medidas de prueba". El juez Berges no contestó cuando Clarín quiso consultarlo sobre los motivos de su decisión. Finalmente en septiembre de 2021 la Unidad Fiscal para la Investigación de la Causa AMIA (UFI-AMIA), a cargo de Sebastián Basso, solicitó los sobreseimientos de los acusados por la “conexión local” del atentado.
El fiscal pidió a la magistrada encargada del juzgado federal 6, María Eugenia Capuchetti, que resuelva la situación de tres causas paralelas: que dicte el sobreseimiento de los imputados en la conocida “línea siria”; en una segunda relacionada con el volquete dejado en la puerta de la mutual y donde, según algunas investigaciones, habría estado realmente la bomba; y en la tercera relativa a la concesionaria "Alejandro Automotores". Monjo, por supuesto, también tuvo un abogado defensor: Alejandro Erasmo Guillermo Melik, socio de Mariano Cúneo Libarona quien, como vimos, defendió a otro eslabón de la cadena de la Traffic: el comisario Ribelli.
Bergés, Cuneo y Melik, viejos conocidos
Bergés fue secretario del Juzgado de Instrucción nro 19, que dirigía el Juez José Alberto Seyahián, alias "El Armenio", y a quien Bergés considera un maestro. Cuando Seyahián se retiró, conservaron una profunda amistad y Bergés solía recomendarlo para que interviniera con sus consejos en "causas sensibles". Así fue que le sugirió al "El Gitano" Alejandro Monjo, a quien luego como juez sobreseyera, que consulte con "El Armenio" acerca de los pasos a seguir y su coste.
Junto a Bergés y en el Juzgado de Seyahián también trabajaba como secretario judicial Mariano Cúneo Libarona, quien a su vez era socio de Alejandro Melik. La defensa de Monjo, entonces, la tomó este último.
Melik, Monjo y El Armenio solían departir sobre reuniones en las que debían acordarse los "honorarios" del asunto, según quedó registrado en las escuchas telefónicas de la causa, pues el autopartista tenía el teléfono intervenido. Esas escuchas estaban en 45 casettes que desaparecieron misteriosamente, como quedó asentado en la investigación del atentado, y que también comprendían escuchas entre Monjo, Telleldín y miembros de la PFA.
Monjo, como dijimos, quedó libre. Desde entonces tuvo una promisoria carrera empresarial. Afincado en San Pedro y con diversificación de empresas inmobiliarias y hoteleras, El Gitano Monjo, en 2003, estaba al frente de San Pedro Automotores. La empresa fue allanada ese año vinculada a una causa de automóviles mellizos, compraventa de partes robadas y conexiones con desarmaderos.
Actualmente Monjo es uno de los socios del Hotel Howard&Johnson de San Pedro. Telleldín y Ribelli son abogados. Beraja fue sobreseído en la causa de la quiebra del Banco Mayo y está en su casa. Galeano, Mullen y Barbaccia tuvieron ratificación de condena en abril de este año. "Fino" Palacios murió en 2020 llevándose varios secretos a la tumba, entre ellos el de las escuchas ilegales y su complicidad con el secuestro de Axel Blumberg. También murió Carlos Menem, sin decir la verdad y Víctor Stinfale es empresario de boliches nocturnos.
Mariano Cúneo Libarona es Ministro de Justicia y como tal y ejerciendo su poder de gobierno, logró que nombren a su socio Alejandro Erasmo Guillermo Melik al frente de la Oficina Anticorrupción.