Sin estridencias ni declaraciones rimbombantes, el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, pasó los últimos diez días en el Vaticano con un objetivo claro: marcar la presencia del gobierno argentino ante la delicada situación de Francisco, quien permanece internado por una neumonía bilateral. La misión, que concluye este martes, incluyó reuniones con figuras clave de la Santa Sede, asistencia a ceremonias religiosas y un permanente gesto de acompañamiento hacia el Papa.

Sotelo, de 30 años y católico practicante, ya había sido recibido por Francisco en octubre pasado. En esta ocasión, su principal encuentro fue con el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra, número tres del Vaticano y pieza clave en la estructura de poder de la Santa Sede. Tras la reunión en el Palacio Apostólico, el funcionario argentino compartió en redes sociales: "Le hicimos saber el acompañamiento de nuestro gobierno a la difícil situación por la que atraviesa el Papa Francisco, acción que agradeció en nombre del Vaticano".

Desde su entorno aseguran que la discreción fue una orden directa de la Casa Rosada y la Cancillería, que optaron por evitar una exposición mediática excesiva. Sin embargo, la visita no pasó desapercibida en los pasillos vaticanos ni en la comunidad argentina en Roma. Sotelo participó de la misa mensual en la Iglesia Nacional Argentina, donde coincidió con el monseñor Guillermo Karcher, y estuvo presente en un rosario especial por la salud de Francisco en las puertas del Hospital Gemelli, donde el Papa sigue en recuperación.

El secretario también mantuvo encuentros con argentinos que ocupan cargos en la Santa Sede, como el monseñor Lucio Adrián Ruiz, del Dicasterio para las Comunicaciones, y Alejandro Bunge, juez del Tribunal de la Rota Romana. Este último destacó que "la visita de Sotelo mostró el afecto y la cercanía del gobierno argentino al momento difícil que se está viviendo en la Santa Sede".

Más allá de los gestos y la prudencia en la comunicación, la visita de Sotelo busca recomponer una relación que ha tenido momentos de tensión en los últimos meses. Mientras tanto, Francisco sigue su recuperación en el Hospital Gemelli, con pronóstico reservado pero señales de mejoría.