Clases al aire libre en la Ciudad: qué responden Nación, Salud y los gremios
La ministra porteña Acuña presiona para “sacar los pupitres a la calle”, mientras Trotta dispuso 6.500 computadoras para chicos sin conexión con la escuela. El lunes, cónclave con González García y Quirós. Los sindicatos y los expertos ya sentaron posición. Las claves: seguridad y condiciones climáticas.
La reunión entre el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, y su par en la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, genera distintas posturas entre las partes que definen la cuestión de los chicos que perdieron conexión con la enseñanza durante el aislamiento. La cartera educativa porteña diseñó un protocolo para que las clases presenciales para 6.500 chicos vulnerables no sean en aulas luego del rechazo del Gobierno, sino en plazas públicas. Sin embargo, surgirían nuevas trabas a la alternativa.
Esta mañana, Acuña ratificó su postura en diálogo con América. “Lo último que podemos hacer los ministros es resignarnos”, dijo. Además, aclaró que la idea es “sacar los pupitres a la calle”, considerando que la posibilidad de que los chicos contraigan el virus al aire libre es menor. “Nos preocupa que hace seis meses los chicos no puedan ir al colegio”, planteó. En la cartera que conduce Acuña creen que fue una buena reunión, pero que “a Trotta no debe gustarle mucho la insistencia”. Es la cuarta propuesta de Ciudad sobre el tema, hubo roces en las últimas semanas y hay dudas en el gobierno porteño: “No sabemos si es otra respuesta dilatoria”.
Desde Nación volverán a poner el foco en lo epidemiológico. Creen que la mayor complejidad sigue siendo lo sanitario, pese a las nuevas condiciones. “Eso depende de Salud, pero todavía vemos una situación muy compleja”, cuentan. Sostienen que en la Ciudad hay casos estables, pero con un piso muy elevado, y que la medida de retomar clases presenciales al aire libre puede ser contraproducente. Sin embargo, esperarán que la propuesta ingrese efectivamente. Hasta ahora la Ciudad entregó a Nación el documento que se difundió en los medios de comunicación. Se espera que hoy tenga su correlato en el Consejo Federal de Educación.
Las cuestiones climáticas y de seguridad inquietan a algunas de las fuentes que siguen el tema. En el primer caso, las partes coinciden en que en días lluviosos o fríos no se podrá dictar clases. Sin embargo, la propuesta apunta a reanudar actividades escolares a principios de octubre. “El clima tendría que estar un poco más cálido a esa altura”, vaticinan. Respecto de la exposición de los chicos en barrios afectados por el delito, las clases serían en unos 48 espacios verdes enrejados.
Dos gremios que representan a docentes porteños ya ponen barreras a la iniciativa. Ven cambios en la posición de Nación y una disposición “a ceder ante los planteos de Acuña”. En ADEMyS creen que “la propuesta es muy precaria en todo sentido” y que “la calle no es lo mismo en todos lados”. Sostienen que las autoridades buscan “que la escuela funcione como guardería” para que las familias ingresen en la actividad económica en una Ciudad que sigue flexibilizando sus medidas por la pandemia. “Nos sigue pareciendo una locura retomar en este momento”, plantean desde el sindicato. En tanto, desde UDA esperan los detalles: “En determinados barrios se corren riesgos”, cuentan. Y advierten que “si no están dadas las condiciones, no vamos a avalar el regreso”.
El lunes, los ministros de Educación se reunirán con sus pares de Salud: de la cumbre participarán Trotta y Acuña, que debatirán el protocolo junto a Ginés González García y Fernán Quirós. Por ahora, habrá pulgar abajo del comité de expertos de Nación, que recomendó frenar las aperturas en este momento de la curva epidemiológica. Desde el entorno de Quirós, a priori, hay optimismo en que pueda realizarse. En las próximas horas habrá más definiciones y es probable que se generen nuevas tensiones.