La guerra política entre aquellos que buscan posicionar a Axel Kicillof como el principal conductor de la oposición nacional y La Cámpora, con Máximo Kirchner a la cabeza, sigue su curso. Y, por el momento, no parece haber posibilidad de tregua. Aquello que nació como una diferencia hacia adentro del peronismo hoy se convirtió en una batalla ideológica que ya alcanzó a las bases y que golpea fuerte al concepto de unidad de cara a los que serán las elecciones legislativas del 2025.

El motivo del enfrenamiento va más allá de las diferencias que se plantean desde ambos lados en relación a los posicionamientos internos. La puja tiene a Cristina Fernández como protagonista. La dirigencia que promueve a Kicillof quiere abrir la mesa de discusión. “Hay que entender que todo es más horizontal. Ya no estamos en 2010. Los liderazgos mutan. Y hoy Cristina es indiscutida. Pero Axel es el gobernador de la provincia más fuerte del país y tenemos que encolumnar a todos en esa línea”, sostiene una fuente del ejecutivo bonaerense en diálogo con Data Clave.

Por su parte, Máximo ya dejó en clara la postura de La Cámpora y sus aliados: “Nadie se puede enojar, ni ofender, ni ver donde hay ideas un complot. Si los que fueron señalados por el dedo de Cristina se quejan, qué nos queda a los que no fuimos señalados por el dedo de Cristina. Hay dirigentes con altos cargos que quieren ser víctimas. Un dirigente no es víctima”, arengó. Las bases devolvieron otro dardo al gobernador: “Si querés canciones nuevas, te presto las mías”.

En este complejo escenario, cabe recordar que Kicillof arrancó su segundo mandato con Carlos Bianco de nuevo en su rol de mano derecha tras haber tenido que correrlo a otro rol luego de la derrota de las PASO en 2021, cuando Máximo plantó a Martín Insaurralde como jefe de Gabinete. Además, el gobernador sumó como aliado al Andrés “Cuervo” Larroque en una cartera que correspondía a La Cámpora, pero que el funcionario puso en favor de Kicillof tras reemplazar a Fernanda Raverta y abrirse de La Cámpora.

Hoy Kicillof tiene a sus dos principales espadas en el Gabinete. Ambos con sus movimientos puestos en favor del gobernador: La Patria es el Otro, de Larroque, y Patria y Futuro, con Bianco a la cabeza. También hay otros fieles que recorren la Provincia para poner a la vista la gestión como el ministro de Producción Augusto Costa y la jefa de asesores María Cristina Álvarez Rodríguez.

Pero qué pasa con aquellos dirigentes de La Cámpora que hoy forman parte del gabinete de Kicillof. A saber: de los cuatro dirigentes que tiene hoy el gobernador en el día a día ninguno arrancó desde el comienzo de la primera gestión, allá por 2019. Al menos, al frente de la cartera. El caso más concreto es el de Nicolás Kreplak, quien oficiaba como segundo de Daniel Gollán cuando el actual diputado era ministro de Salud.

Kreplak fue uno de las principales espadas de Kicillof durante toda la gestión de la pandemia. Y no reniega de correrse de la foto con el gobernador cuando el momento lo demanda. En los hechos es el titular de una cartera clave, donde la oposición busca hacer mella. Pero que, en los papeles, generó grandes avances a partir de lo que fue el trato de la pandemia y el avance con la vacuna contra el dengue.

El actual ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires fue quien la vacunó a la entonces vicepresidenta Cristina Fernández cuando recibió su primera dosis de Sputnik V. Y es, también, quien más letra brinda en materia de salud para los discursos de CFK.

No está solo en el gabinete. Como parte de lo que fue el armado del gabinete para el segundo tiempo de Kicillof durante su primer mandato, La Cámpora logró imponer otros dos lugares. Para la platense Florencia Saintout se reflotó el Instituto Cultural, una figura administrativa creada por Felipe Solá en 2003 que contempla diversos órganos que permiten "bajar" la cultura al territorio. El misma había sido desarmado en 2016 por la entonces gobernador María Eugenia Vidal.

Mientras que para sumar a la lomense Daniela Vilar se creó el ministerio de Ambiente. "Los y las bonaerenses eligieron un proyecto de provincia con un Estado presente, justo, inclusivo y comprometido con la gestión ambiental”, aseguró al momento de su asunción. Y agregó: “Y como dijo Axel, vamos a trabajar codo a codo con los ministros, con cada intendente y con cada comunidad para responder a las necesidades de nuestro territorio. En la provincia de Buenos Aires hay ambientalismo para rato”.

Vilar juró junto al hijo que tuvo con el actual intendente de Lomas de Zamora, Federico Otermin, quien responde de manera directa al exjefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. La pareja fue clave para generar el acercamiento entre el exfuncionario y Máximo en una alianza que, al día de hoy, se mantiene firme.

Ninguno de los mencionados se muestra de manera pública en contra del gobernador. Por el contrario, cada vez que pueden elogian su gestión. Lo mismo el último dirigente en sumarse, Juan Martín Mena, quien llegó para el segundo mandato de Kicillof para ponerse al frente del Ministerio de Justicia.

Mena, exsubdirector de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) sobre el final del segundo mandato de CFK y exviceministro de Justicia de Alberto Fernández tomó el lugar que dejó Julio Alak cuando fue electo intendente de La Plata.

Daniela Vilar

Mena

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