¿Cuáles son las verdaderas razones del estratégico desembarco de dos enviados de Biden a la Argentina?
Este jueves llegó al país el jefe del Comando Sur de Norteamérica para supervisar un proyecto en Ushuaia que podría ser financiado por China. En los próximos días, el presidente de los Estados Unidos enviará también a un estrecho colaborador para afianzar su relación con Argentina. La instalación de bases militares, la disputa por el 5G y la inminente licitación de la Hidrovía, en el trasfondo de ambas visitas.
El almirante Craig Faller es jefe del Comando Sur, una unidad del Pentágono de Estados Unidos cuyo objetivo es proteger los intereses norteamericanos en Latinoamérica. Está de retirada, en breve será reemplazado, y para su última gira eligió dos destinos oportunos para la tarea que ejerce: Uruguay y Argentina.
Su visita al país comenzó este jueves, y se lo vio junto al ministro de Defensa, Agustín Rossi, en la entrega de tres hospitales de campaña donados por el Departamento de Defensa norteamericano para la lucha contra la pandemia del coronavirus.
El itinerario de Faller en Argentina es acotado. El comunicado de la embajada del país del norte lo resume en apenas un párrafo, cuatro líneas. Además de la donación mencionada, el almirante viajará este viernes a Ushuaia.
Esta agenda difiere bastante de la que desarrolló en Uruguay. El resumen de esa visita se extiende a lo largo de cinco párrafos, con detalles que reflejan la relación que Luis Lacalle Pou busca entablar con Estados Unidos. En tanto, el canciller Felipe Solá espera la respuesta del gobierno uruguayo a raíz del pedido de informes por el avión de la Royal Air Force del Reino Unidos que el último domingo voló desde Montevideo a las Islas Malvinas incumpliendo acuerdos internacionales.
Pero no es eso lo que llamó la atención de los funcionarios abocados a la agenda diplomática. Hay una pregunta que rebotó en los pasillos del edificio de Cancillería ¿Qué va a hacer Faller a Ushuaia? La respuesta, no obstante, cayó de madura.
Proyecto clave y puja con China
Argentina avanza en sus planes de construir en el extremo sur del país una Base Naval Integrada y Polo Logístico Antártico. Un proyecto clave para los intereses del Estado argentino por la presencia que representaría como auxilio a las bases de la Antártida. “Ya se encuentran desarrolladas todas las especificaciones técnicas y la previsión presupuestaria para iniciarla fue incorporada al presupuesto preliminar de la jurisdicción”, dijo en agosto del 2020 el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en el informe de gestión brindado a la Cámara de Diputados. Y precisó que sólo “resta la actualización del informe de impacto ambiental para estar en condiciones de poder consolidar el pliego licitatorio correspondiente”.
Lo que preocupó al Gobierno de Estados Unidos es la posibilidad de que Argentina avance en este proyecto con financiamiento chino. Y la preocupación no es en vano. Esa posibilidad formó parte del diálogo que Rossi mantuvo con el embajador de China en la Argentina, Zou Xiaoli, el 18 de enero de este año.
Y en una entrevista replicada en Infobae, Faller expresó lo que significa la presencia de China (y Rusia) en la región: “La estrategia de defensa nacional destaca la competencia con Rusia y China específicamente como áreas de enfoque. China es una potencia económica en ascenso, y tiene un interés económico y comercial legítimo en todo el mundo. Sin embargo, no siguen las reglas”.
La visita de Faller al país y la donación entregada se leyó como un nuevo gesto de la gestión de Joe Biden a Alberto Fernández. Ambas administraciones han mantenido un diálogo fluido en las últimas semanas, en miras a la Cumbre de Líderes por el Cambio Climático que el norteamericano encabezará en los últimos días de abril, al cual el mandatario argentino ya fue invitado.
Pero fue más que un gesto. Y eso queda claro si se relaciona con una visita aún más relevante que el país recibirá la semana entrante.
Un tal González
“La más importante es la visita de Juan González Román enviado por Biden”, le dijo a Data Clave un conocedor de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica. González Román es el flamante director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional.
El estratégico funcionario estadounidense nació en Cartagena, Colombia, vivió allí hasta los siete años y se mudó luego a Nueva York. Es un estrecho asesor de Biden. Se formó políticamente durante la administración de Barack Obama con roles vinculados a la región, “el patio trasero de Estados Unidos”. Y asumió ahora un rol bastante más influyente.
En su nueva posición, González trabajará bajo la dirección del consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan. “El Consejo de Seguridad Nacional cumple un rol fundamental para mantener segura a nuestra nación”, expresó Biden al dar a conocer a los nuevos miembros de su administración. “Estos muy experimentados funcionarios públicos trabajarán incansablemente para proteger a los estadounidenses y restaurar el liderazgo de Estados Unidos en el mundo”, señaló el flamante mandatario.
González se desempeñó en el gobierno de Obama como subsecretario de Estado para Asuntos Occidentales en el Departamento de Estado y en la Casa Blanca como consejero especial del por entonces vicepresidente Biden y director para el Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional. Su especialidad son los temas relacionados con el narcotráfico y la inmigración.
Como buen representante del estilo "Demócrata" para relacionar a los Estados Unidos con el mundo, González Román siempre criticó la política de Donald Trump hacia Latinoamérica. Sin embargo, hay un punto en el que tanto su actual jefe como su platinado antecesor coinciden, que es la situación de Venezuela. En diálogo con el portal de noticias argentino que mejores relaciones tiene con la embajada norteamericana, González remarcó en octubre pasado que es “imposible ignorar que Nicolás Maduro es ahora un dictador, que ha perdido toda legitimidad por el sufrimiento que le ha infligido a el pueblo venezolano”.
González Román visitará Argentina en los próximos días. Y la visita refleja la importancia que la administración de Biden le da a nuestro país pero en particular a Latinoamérica. Más que importancia, es preocupación. Las crisis políticas desatadas en Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile (además de Venezuela, claro), motivó a Estados Unidos a estrechar su relación con el gobierno argentino. Y esta relación ya ha dado buenos resultados, en la "diplomacia de intermediación" que llevó adelante Alberto Fernández para acercar posiciones entre Biden y el presidente de Bolivia, Luis Arce.
“En un contexto de una América Latina incendiada, Argentina es un socio clave para Biden, por eso no nos van a perjudicar, y por eso van a ayudar en la negociación con el Fondo Monetario Internacional”, insiste una fuente que conoce de memoria los pasillos del Palacio San Martín.
Pero Biden ve también en Argentina posibles negocios y batallas geopolíticas que está en condiciones de disputar para complicar los intereses de China. Estas confrontaciones están relacionadas, por caso, con el 5G o el proceso licitatorio que en unos días se abrirá respecto a la Hidrovía Paraguay-Paraná. Ambos puntos estarán también en la agenda de González.
La visita de Faller es entonces, además de un gesto, la ratificación de la relevancia que Estados Unidos le da al país. Y la alarma que se enciende en la Casa Blanca cada vez que un funcionario argentino dialoga con uno de la República Popular de China o de Rusia.
Los viajes de estos dos funcionarios norteamericanos también tienen otra explicación. Estados Unidos no ha designado aún embajador en Argentina aún no está aprobado por el Congreso de EE.UU. el subsecretario para asuntos hemisféricos del departamento de estado.
Faller en Uruguay
Se mencionó anteriormente la extensa agenda que el almirante desarrolló en el país vecino. Entre otros asuntos, la delegación del Comando Sur visitó “instalaciones militares para ver algunos de los artículos donados al gobierno de Uruguay a través del Programa de Asistencia Humanitaria (HAP) del Comando Sur para mitigar el impacto de la pandemia”. Estados Unidos comprometió a Uruguay US$4.800.000 en asistencia. También se reunieron “con autoridades militares uruguayas y con funcionarios del gobierno civil para discutir los históricos lazos bilaterales de defensa entre los Estados Unidos y Uruguay”.
Hace apenas ocho días, Lacalle Pou le pedía a Alberto Fernández que Argentina deje de ser un lastre respecto a la posición que el Gobierno nacional tiene en el bloque regional del Mercosur. Es evidente que el presidente uruguayo ya tiene nuevos amigos.