Las 48 horas de rosca frenética que sellaron una unidad con hilvanes arriba y dejaron un tendal de heridos abajo
Tras la definición del binomio de candidatos que encabezarán la lista de Unión por la Patria en las primarias del 13 de agosto, las negociaciones continuaron hasta último momento en La Plata, para cerrar las listas en todos los distritos. Los articuladores del acuerdo para lograr la fórmula Massa-Rossi y los cabildeos de Máximo Kirchner en el armado de la nómina de candidatos para ocupar bancas en la Cámara de Diputados y en la legislatura bonaerense. La apuesta de Kicillof para retener el sillón de Dardo Rocha. El rol de Alberto Fernández y el silencio de Cristina.
La coalición oficialista vivió una semana atravesada por las negociaciones hasta último momento para cerrar los acuerdos que le permitieran alcanzar listas de “consenso” en la mayor parte de los distritos. A la sorpresiva decisión que acordaron los sectores mayoritarios de Unión por la Patria (UP) impulsando el binomio Sergio Massa-Agustín Rossi para encabezar la boleta, los cabildeos continuaron hasta minutos antes de la medianoche de este sábado, fundamentalmente en el territorio donde se libra “la madre de todas las batallas”
“El peronismo está secuestrado y sin pedido de rescate en el despacho principal de las oficinas de Jefatura de Gabinete bonaerense”, le dijo a Data Clave un dirigente que aguardaba la resolución pasadas las 21 horas. Es que en el edificio ubicado en la calle 53 entre 4 y 5 de la ciudad de La Plata -justo en diagonal al que ocupa la sede del PJ bonaerense- un cónclave eterno tuvo a todo el espacio peronista de la provincia de Buenos Aires al borde del infarto.
Máximo Kirchner y Martín Insaurralde se encerraron para definir lapicera en mano el armado de las nominaciones, que recién concluyeron instantes antes de vencer el plazo establecido para su presentación. De la “jabonería” del lomense participaron también Federico Otermín, Cecilia Moreau y Gustavo Menéndez, entre otros funcionarios. El plan debía contemplar que todos los espacios de UP quedaran representados en la conformación de la nómina de postulantes. Pero el primogénito del matrimonio político más importante de los últimos cincuenta años se empacó con un capricho: “no voy a estar en la misma lista que esté (Santiago) Cafiero”, aseguró a este portal una fuente que dijo haber escuchado al diputado poner esta condición.
La demanda resultaba inaceptable para el conjunto de fuerzas que participaba de la negociación. “¿Quién se cree que es?, están desesperados porque se quedaron sin nada”, sostuvo un allegado al bunker platense de Unidos Triunfaremos, donde varios dirigentes esperaban la orden para ir a firmar la aceptación de sus candidaturas. Pasadas las 22 horas llegaron hasta la sede del PJ bonaerense el gobernador Axel Kicillof, acompañado de su vice Verónica Magario, para firmar la lista que los postulará para la reelección. “Equipo que gana no se toca”, le dijo el mandatario bonaerense al cronista de C5N que hacía la guardia periodística desde temprano.
Minutos más tarde, Kicillof posteó a través de su cuenta de twitter el mensaje que tanto esperaba comunicar: “Con Verónica ratificamos nuestro compromiso con el pueblo bonaerense. Vamos a seguir gobernando la PBA en favor de la justicia social y de los derechos de todos los bonaerenses. Por lo que hicimos y, sobre todo, por lo que falta vamos a trabajar para que la Provincia de Buenos Aires siga avanzando derecho al futuro”.
Saldar las deudas
Lo ocurrido el viernes con el armado del binomio presidencial había dejado una cuenta pendiente con el manoseado Eduardo “Wado” de Pedro, a quien lo impulsaron a lanzar una candidatura que duró menos de 24 horas. Como buen militante político, Wado asimiló el golpe y rápidamente se alineó con la nueva configuración del ex Frente de Todos. “Está acostumbrado a los golpes”, le dijo a este cronista un allegado al ministro del Interior. La compensación llegaría con su postulación como candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires.
El otro herido del nuevo ordenamiento de Unión por la Patria fue el siempre leal Daniel Scioli, que se cansó de repetir que no iba a bajar su candidatura, hasta que finalmente tuvo que resignarse. Al ex gobernador bonaerense le pagaron bastante poco la desilusión: su compañera en esta fallida aventura de disputarle a La Cámpora y al massismo el poder de la coalición, Victoria Tolosa Paz, quedó segunda en la lista de candidatos a diputados nacionales que encabezará Máximo.
El resto se completó con el sindicalista de SMATA Paco Manrique (que quedó ubicado en tercer lugar); la presidenta de la Cámara baja Cecilia Moreau (cuarta); el canciller Cafiero (que, a pesar de la caprichosa resistencia del titular del PJ distrital, quedó quinto); la titular del PAMI Luana Volnovich (sexta); y el diputado Rodolfo Tahilade (en la séptima ubicación).
Una inesperada fórmula de consenso
Cuando a las 20:49 del viernes la cuenta oficial de Unión por la Patria posteó ese tuit, muchos pensaron que se trataba de un error: “Por responsabilidad institucional, política y social, nuestro espacio ha decido conformar una lista de unidad que nos representará en las próximas elecciones. Nuestro candidato a presidente será Sergio Massa y lo acompañará como candidato a vicepresidente Agustín Rossi. Reconocemos a los compañeros Wado de Pedro y Daniel Scioli, que apostaron a la unidad del peronismo anteponiendo lo colectivo por sobre lo individual”, decía el texto distribuido a través de la red social twitter.
Sin embargo, lejos de ser una fake news, el mensaje era la conclusión de un frenético proceso de negociación que -a esas alturas- llevaba casi dos días de rosca ininterrumpida. El principal operador de la terraja fue el vicejefe de Gabinete Juan Manuel Olmos, verdadero articulador del diálogo entre los distintos actores del oficialismo, imprescindible para acordar la unidad de los principales sectores del frente.
El jueves al mediodía Alberto Fernández almorzó en la Casa Rosada con dos gobernadores: el santiagueño Gerardo Zamora y el catamarqueño Raúl Jalil. Para ese momento, todo parecía indicar que UP tendría -al menos- dos binomios en competencia para las PASO: De Pedro junto al autopropuesto y multioperado Juan Manzur versus Scioli. Sin amedrentarse, los mandatarios provinciales le reiteraron al presidente la necesidad de abogar por una “fórmula de unidad” que sintetice a las fuerzas del oficialismo.
“Estoy de acuerdo”, les respondió Fernández. Pero les puso una condición: “ustedes tráiganme a un candidato que mida 30 puntos y yo les pongo el vice”. Los gobernas partieron raudos a reunirse con Massa en la sede del ministerio de Economía, para luego mantener un encuentro por zoom con el resto de los jefes provinciales, a quienes les trasladaron la contrapropuesta de Alberto. Claramente el candidato al que mayoritariamente apoyaban los hombres del interior era el propio Massa, con lo cual parecían estar todos de acuerdo. Sólo restaba convencer a Cristina, una tarea para nada sencilla.
Ese rol le correspondió a Olmos, que recorrió el camino entre la Rosada, Economía y el Congreso todas las veces que fueron necesarias hasta lograr que las tres patas de Unión por la Patria terminaran por acordar ese tan ansiado “binomio sintetizador”. Por la tarde Massa hizo trascender un mensaje de un chat interno de su cartera, donde el les dejaba claro a sus colaboradores que el lunes -pase lo que pase con el armado de las listas- iban a tener que seguir laburando fuerte para resolver los problemas de la economía argentina.
En paralelo, De Pedro permanecía ajeno a toda esta negociación y continuaba adelante con el plan original. Por la tarde, comunicó su candidatura, mientras Scioli seguía asegurando que no se bajaba. A estas horas, Olmos le explicaba a Alberto lo que Cristina le había “sugerido” como posible salida: “vos bajalo a Daniel, que yo lo bajo a Wado y vamos con Massa-Rossi”. A Fernández siempre le gustó el perfil del Chivo, que además de leal, tiene un ADN kirchnerista que siempre suma un plus para la militancia.
El viernes terminaron de pulirse los detalles, entre los cuales estaba la comunicación a los “caídos” en la arena de la negociación de las cúpulas. A Wado se lo transmitió Cristina, mientras que lo propio hizo el presidente con Daniel, que se quedó con las ganas de una revancha y la sensación de que -una vez más- lo dejaron afuera de todo.
El binomio finalmente fue presentado en la noche del viernes pero el consenso no fue total: Juan Grabois -quien había aceptado deponer su candidatura para avalar la de De Pedro- decidió volverse a subir al ring para competir contra Massa, a quien no considera como la mejor opción de Unión por la Patria y este sábado presentó su lista, acompañado por Paula Abal Medina.