Secretos de poder: la puja electoral en un país empobrecido
Tras el conflicto salarial de la Policía Bonaerense se sumarán otras demandas de empleados de la provincia de Buenos Aires. En el primer semestre del año el conjunto de los salarios públicos y privados cayó 4,5%, pérdida que se suma a un retroceso de 8 a 10% del año pasado. La decisión presidencial de restarle un punto de coparticipación a la CABA abre el juego a la grieta. Fernández logró que Larreta tenga una posición más crítica, algo que pedía la conducción de Juntos por el Cambio.
La crisis desatada por el conflicto salarial de la Policía Bonaerense desnudó -de manera brutal- los problemas económicos que vienen siendo agravados por la pandemia.
A medida que se extienden las restricciones tiende a acentuarse la falta de recursos de vastos sectores de la población. En el primer semestre del año el salario real cayó 4,5%, pérdida que se suma a un retroceso de 8 a 10% del año pasado. A esto deben agregarse los sectores que ya se quedaron sin ingresos por el cierre de comercios o de empresas.
La pobreza, según algunas estimaciones preliminares, se ubicaría en torno de 40% en el primer semestre de este año. En tanto, otros sostienen que puede ser más alta aún. Un dato: en agosto el consumo en alimentos y bebidas tuvo una caída del 7,1%, según Nielsen.
Esta consultora estimó que en el primer semestre del año, la disminución en las ventas de productos de la canasta básica fue 6,8%. De continuar esta tendencia negativa, se registrarán cinco años consecutivos de caída de consumo de alimentos.
Sin embargo, en el Gobierno interpretan que “lo peor ya paso”. Que se comenzó a transitar la senda de la recuperación y que los datos negativos se extenderán solo unos meses más.
Así, en que en lugar de dar subsidios, la batería de medidas de ayuda que prevé el Gobierno hacia adelante pasa básicamente por líneas de crédito, con más o menos periodos de gracia. Es decir, está implícito que al menos una parte de las autoridades cree que la gente confía en la recuperación y por lo tanto estará dispuesta a endeudarse.
En este sentido, el ministro de la Producción, Matías Kulfas, debe considerar que existe un porcentaje importante de consumo reprimido como consecuencia de la cuarentena. En este contexto se explica el relanzamiento del programa Ahora 12.
La incorporación de nuevos rubros (peluquerías, reparación de electrodomésticos, entre otros) sirvió de excusa para remozar este plan y desarticular una iniciativa que circulaba también en los pasillos oficiales: el programa Ahora 36.
El enfoque de Ahora 36 era básicamente estimular al consumo que se presupone reacio a gastar. Dar un plazo de pago de 3 años podía contribuir a que algunos sectores se atrevan, a pesar de la incertidumbre en materia de ingresos, a llevar a cabo algunas compras. También tenía el propósito de brindar un horizonte de cierta previsibilidad al pequeño comerciante o fabricante respecto a la demanda.
El sector financiero se opuso a esta iniciativa preocupado por quién financiaría esas cuotas que son sin interés. Kulfas también rechazaba este plan y finalmente se impuso apostando a que la recuperación está más cerca de lo que piensan otras áreas del Gobierno.
Consecuencias no deseadas
El reclamo de la fuerza policial bonaerense implicará una presión salarial creciente de otros sectores. Ya comenzaron las demandas de recomposición de docentes, personal judicial y sanitario de la provincia. Cabe señalar que Buenos Aires concentra el 27% de la masa salarial del conjunto de provincias.
Algunos especialistas consideran que el caso policial parecería ser uno aislado debido al retraso en los ajustes y los bajos niveles salariales, pero sin embargo, este podría extenderse a otros trabajadores públicos y desde ya a sindicatos poco afectados por la pandemia.
Con los fondos que recibirá la provincia de Buenos Aires por la reformulación de la coparticipación podrá llevar a cabo una recomposición salarial de todos los sectores, que en el entorno de Axel Kiciloff consideran clave para el plan de reactivación productiva. Necesitan que la demanda se incremente y para ello necesitaran inyectar recursos
“Estamos trabajando en la recomposición salarial de todos los sectores, es clave para nuestro plan de reactivación productiva que la demanda se incremente y por eso sabemos que es necesario inyectar recursos” señaló a Data Clave una alta fuente de la gobernación bonaerense.
Al respecto, señalan que los policías eran el sector más relegado y que docentes y salud tuvieron incrementos en lo que va del año que le empatan a la inflación, en tanto que – anticipan- la negociación con el resto de los estatales vendrá en los próximos días. También están abiertas conversaciones con el sector de la salud que está reclamando mayores salarios.
El problema salarial en el sector público es una de las cuestiones que más preocupa también en la Casa Rosada. En el Gobierno nacional coinciden en que es necesario recomponer los ingresos para recuperar el consumo ya que de otra forma no habrá recuperación económica. Pero no dejan de señalar que no será una tarea sencilla por el retroceso sufrido por los agentes del estado, cuyos salarios perdieron 40% durante la administración de Mauricio Macri.
Pero, en fuentes del Gobierno también se reconoce que una aceleración en las demandas salariales en el actual contexto monetario y cambiario, es un riesgo. Desde esta perspectiva, no resulta casual que el jueves pasado el presidente Alberto Fernández haya mantenido un almuerzo con la cúpula de la CGT. Hasta el momento, los principales gremios acordaron aumentos salariales “moderados”, en el orden del 30%.
Los sectores más perjudicados por COVID están en la Capital
Para resolver el problema salarial en la provincia de Buenos Aires, el gobierno nacional tomó la decisión de restarle un punto de coparticipación a la Ciudad de Buenos Aires, una decisión que tiene impacto tanto político como económico.
Se estima que con esta decisión, CABA dejará de percibir unos 34.000 millones de pesos, con una reducción en su presupuesto anual de 7%, según un estudio de Economía y Regiones.
Horacio Rodríguez Larreta era unos de los pocos dirigentes de la oposición que mantenía un buen dialogo con el presidente Fernández. Tanto es así que desde algún sector de Juntos por el Cambio le reclamaban una posición más crítica. “Tiene que comenzar a diferenciarse” le reclamaban pensando en las elecciones de 2021.
Alberto lo logró. Empujó a Larreta distanciarse; no será de la línea de los duros, como Patricia Bullrich, Alfredo Cornejo o Waldo Wollf, pero ya no podrá mantener un discurso tan amigable con el oficialismo.
Larreta reaccionó con firmeza para defender los derechos de los porteños, manifestó su disgusto por no haber sido anoticiado previamente, pero sin perder el estilo tranquilo y respetuoso que lo caracteriza. Si se quieren actitudes similares a las que llevaron a Alberto Fernández a la presidencia.
Esta semana será una prueba de fuego respecto a cómo seguirán las relaciones entre el Poder Ejecutivo y la CABA pues se conocerán los alcances de la nueva etapa del aislamiento. Ya en la última oportunidad el anuncio lo hizo solo el presidente Alberto Fernández y es de suponer que se continuará con esta modalidad.
Un dato de color, los propios funcionarios del gabinete le piden al presidente que no diga más que no hay cuarentena. “No podemos ver a nuestros padres y en los fines de semana, en los escasos momentos libres que tenemos, nos toca limpiar y lavar ropa”, se quejan.
Alberto calificó a la Capital como “opulenta” y si se la compara con algunos barrios del conurbano tiene razón. Para el gobierno esta “opulencia” responde estrictamente a un tema de inequidad en la distribución de fondos y se omite hablar de la administración de los recursos.
Sin duda, el recorte del 1% de la coparticipación complicará la gestión de la Ciudad. Es que este distrito tiene una composición económica fuertemente dependiente de los servicios, que son los más afectados por las restricciones provocadas por el coronavirus y que serán los últimos en recuperarse.
Por ejemplo, la actividad de hoteles y restaurantes representa 5% del PBI por la Capital, proporción que se reduce a 2% en el resto del país. La actividad inmobiliaria, un sector que viene padeciendo una crisis de larga, significa 16,8% contra 8,5% de la provincia. La industria, en cambio, una rama que está recuperándose relativamente más rápido, aporta el 47% del producto bonaerense contra el 23% en CABA.
La historia se repite
Una de las consignas con las que asumió Alberto fue “el llamado al dialogo”. Y la idea era no quedar solo en palabras, sino pasar a los hechos con la constitución de un Consejo Económico Social, iniciativa que ahora duerme el sueño de los justos en la Casa Rosada.
En tanto, la convocatoria a la Mesa del Hambre, de la que participan distintos protagonistas, ya tuvo una baja importante: Chiche Duhalde se fue cuestionando la forma en que se aborda esta problemática y lo que consideró la falta de interés en avanzar.
Menos conocido es que el ex ministro de Economía, Roberto Lavagna hace más de un mes que no tiene contacto con el presidente. El motivo, según comentan, es que Lavagna habría cuestionado la decisión oficial de emitir nueva deuda por 1.500 millones de dólares a la medida de los títulos en pesos de los fondos Pimco y Templeton.
Desde la oposición se señala que estos son algunos ejemplos que muestran que el oficialismo ya no considera compartir el poder, aunque más no sea a través del dialogo. “Este Gobierno cae en los mismos errores que nosotros cometimos. Se cierran, reviven la grieta” confiesa un miembro de la gestión de Macri. “Es una pena – agrega - porque Argentina necesita que los dirigentes pensemos en el mediano y largo plazo y divididos no lo haremos”.