Reflexionar sobre cómo nuestras acciones desde la profesión repercuten en el desarrollo urbano es necesario para repensar la ciudad bajo una mirada de integración y valoración del espacio construido. Observar el territorio e indagar sobre las posibilidades de mejora está a nuestro alcance e invita a debatir sobre el modelo de ciudad que deseamos.

En ese sentido, la búsqueda de integración de la vivienda social de alta densidad, con el tejido urbano que lo rodea, forma parte de esa indagación. Al estudiar las configuraciones socioespaciales de los grandes conjuntos, debemos considerar que de sus espacios exteriores -mayoritariamente en desuso o de baja calidad- deviene el interrogante: ¿Qué estrategia se implementará para que estos espacios puedan ser nexo con el resto de la ciudad? ¿De qué manera podrían conectarse con los espacios públicos, mejorar accesibilidades, rehabilitar paisajes y medio ambiente, dando lugar a una verdadera integración urbana?

Los espacios comunes en los grandes conjuntos. Un paisaje deteriorado.

Hacia la década del 60 y 70, se construyeron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires grandes conjuntos habitacionales destinados a vivienda social, cuyas características y dimensiones han sido objeto de análisis en cuanto a su relación con el entorno urbano, a las dinámicas de uso por parte de sus habitantes y a la fina línea entre su éxito o fracaso.

Las dimensiones de los barrios, la disrupción de la trama urbana en sus emplazamientos, la combinación de formas arquitectónicas. Todo se dio en función de la búsqueda también de un nuevo paisaje urbano, que posteriormente ha sido cuestionado a causa del alto impacto de estos conjuntos en sus entornos, sus bordes desintegrados, áreas verdes en desuso y sin apropiación por parte de los habitantes, dando lugar a espacios exteriores de uso común degradados por falta de mantenimiento, baja adaptación a nuevas necesidades y por la escasez de proyectos de rehabilitación que pudieran dar con un nuevo paisaje de calidad.

Los espacios públicos y comunes como propiciadores de acciones urbanas de integración

La gestión público - privada. Herramienta de acción urbana

Resulta interesante evaluar que muchos de estos espacios comunes se encuentran dentro de parcelas privadas -pero de acceso público-, como así también algunos casos son áreas verdes que forman parte del espacio público ¿Por qué? Pues la gestión implica una relación directa con el tipo de mantenimiento que pudiera llegar a tener el espacio a lo largo del tiempo y determina sus límites, usos y responsabilidades. En muchos casos, el tipo de parcelamiento y, por ende, su gestión, dio lugar a éxitos o fracasos en su relación con el entorno urbano.

Un caso interesante es el Conjunto Urbano Simón Bolívar, conformado por 6 edificios de 10 y 12 pisos, retirados de la línea municipal, generando espacios de transición entre la calle, el conjunto y un área verde central. No cuenta con viviendas en planta baja, siendo el hall de acceso, junto al núcleo de circulación, la única parte del programa ubicada en este nivel, logrando así más permeabilidad y menores problemas de privacidad o de apropiación de estos espacios. Cada una de las pisadas de los edificios constituye una parcela individual y el resto de la manzana una parcela determinada como espacio público, por lo que el Gobierno de la Ciudad se encarga de su mantenimiento. 

Este espacio público interno tiene un diseño paisajístico. Claro que, junto con la escala, la morfología y la disposición de los edificios, logran un buen funcionamiento del sector. Sin embargo, la misma enmarcación de este espacio central genera un evidente límite que es fácilmente percibido al recorrer el conjunto y que puede llegar a desalentar el ingreso de quien no habite allí, poniendo en cuestionamiento su condición de espacio público, por lo que sería necesario evaluar la posibilidad de generar una integración más franca de este espacio común con el tejido urbano que lo rodea.

Territorios de oportunidad

Teniendo en cuenta que los espacios comunes de los conjuntos de vivienda son ámbitos donde se desarrolla la vida social de las familias que habitan el lugar, la relación que se pudiera entablar con los espacios públicos de la ciudad potenciaría una adecuada integración urbana, donde el entendimiento socio morfológico del territorio, las combinaciones público-privadas de responsabilidades sobre los espacios, la participación, las acciones de rehabilitación y readecuación, son cuestiones que debieran estar presentes al momento de intervenir.

Es necesario entender estos espacios como territorios de oportunidad, donde es posible trabajar en pos de construir nuevas dinámicas sociales que trasciendan los propios límites de cada barrio y favorezcan en la búsqueda de un paisaje urbano de integración y calidad ambiental.