La gran mayoría suele confundir inflación con aumento del IPC porque, efectivamente, al devaluarse el peso los actores suelen pedir más cantidad de moneda ya que vale menos, «suben» los precios. Ahora, los precios reales pueden aumentar o bajar por muchos motivos, como cuando bajan por aumento de la productividad o suben por razones estacionales que provocan una baja en la oferta.

Así las cosas, la suba del IPC en la era Milei es, en parte, debido a la devaluación del peso -inflación- y en gran medida debido a un reacomodamiento de precios debido a su liberación. Y este reacomodamiento no es malo -a pesar del impacto psicológico- sino todo lo contrario porque sincera la economía, ergo, aumenta la productividad y presiona a la suba de los salarios todavía en mayor proporción que el aumento de los precios.

Ahora, como la inflación es devaluación del peso -por exceso de emisión por sobre la demanda- mucho mejor índice inflacionario es la «suba» del blue (el dólar libre) que, en la era Milei, trepa un 30%. Sucede que se está emitiendo a un ritmo importante, en gran parte para pagar las deudas del Estado cuando esas deudas deberían renegociarse -el Estado debería llamar a «convocatoria de acreedores» porque está quebrado- y no cargar al ciudadano común, con más impuestos, para pagar una deuda con acreedores que, históricamente, hicieron grandes negocios con el BCRA, aún sabiendo que estaba quebrado a la espera de que el Estado esquilme aún más al ciudadano de a pie con exacciones hasta el infinito.

Son las leyes del mercado (que Milei, y sobre todo Caputo, a pesar del discurso desconoce que el Estado debe reconocer su condición de quebrado y no forzar al ciudadano a pagar su fiesta.

Milei posteó en X el siguiente gráfico, publicado por Ramiro Castiñeira, tratando de demostrar que la emisión está bajando fuertemente.

Dólar estable a nivel global, blue imprevisible

Pero, como dijimos, la inflación es sobre oferta de dinero por sobre la demanda, así, aunque la emisión baje, la demanda está cayendo muy fuerte dada la recesión en buena parte debida, precisamente, al aumento de impuestos y a la incertidumbre sobre el futuro, por lo cual las personas están deshaciéndose de pesos para «ahorrar», sobre todo en el blue.

Esta incertidumbre podría disiparse, en parte, si el Congreso aprueba lo que el Ejecutivo le ha enviado o podría profundizarse si no se aprueba. Entonces, ¿subirá o bajará el blue? Imposible de saber, está todo muy convulsionado.

Mientras tanto, el índice dólar, que sigue la evolución de esta moneda con respecto a una cesta de otras seis divisas principales, se ubica en torno a las 103 unidades, todavía no muy apartado de los máximos de seis semanas (103,82, registrados esta semana).

Los traders han ido reduciendo las expectativas de un inminente recorte de las tasas de interés por parte de la Fed, tras la publicación de datos que han puesto de relieve la aparente resistencia de la economía estadounidense.

En la actualidad, los analistas estiman que hay un 50% de probabilidades de un recorte de tasas en marzo, frente al 80% del que se hablaba hace un mes.

Hay más datos clave que asimilar antes de la reunión de la Fed de la semana que viene, empezando por la primera lectura del producto interior bruto de Estados Unidos del cuarto trimestre que se publicará en el transcurso de esta jornada.

Se espera que este dato refleje un crecimiento anualizado del 2%, una fuerte caída con respecto al crecimiento del 4,9% registrado en el tercer trimestre, aunque sigue indicando que Estados Unidos evitó una recesión en 2023.

En Europa, es prácticamente seguro que el BCE mantendrá las tasas de interés en máximos históricos, pero sigue habiendo incertidumbre en torno al futuro y sobre cuándo decidirán los miembros de la Fed que pueden empezar a recortar las tasas en un intento de impulsar el crecimiento del bloque.

Los mercados esperaban un recorte ya en abril, pero en las últimas semanas han ido rebajando los precios a medida que los responsables de la política monetaria han ido reprimiendo esta agresividad.