El dilema de la recuperación económica y desinflación
La actividad económica sólo podrá bosquejar una recuperación si el salario real comenzara a recuperarse, porque difícilmente la inversión pueda pegar la vuelta si no se prevé más consumo.
La semana pasada se afianzó una dinámica que hemos visto en las anteriores: 1) indicadores de actividad económica continúan a la baja, 2) mejoras en variables financieras y 3) reducción gradual de la nominalidad.
En febrero, la industria cayó 0,7% y la construcción 2,6%. El consumo privado continúa deprimido al tiempo que el consumo público sigue al compás de la consolidación fiscales. Al mismo tiempo, los salarios formales (RIPTE) subieron 11,5% ese mes, lo que significa una caída del poder adquisitivo adicional de 1,6% respecto de enero. En los últimos cuatro meses, el poder adquisitivo del asalariado formal cayó 24%. La actividad económica sólo podrá bosquejar una recuperación si el salario real comenzara a recuperarse, porque difícilmente la inversión pueda pegar la vuelta si no se prevé más consumo.
La mala situación en la economía real, por su parte, está colaborando en el descenso de las tasas de inflación. Los precios al consumidor de marzo subieron 11%, inferior al 13,2% de febrero, e incluso incorporando fuertes aumentos en educación, prepagas de algunas regiones, telefonía y electricidad.
Por otro lado, la inflación de alimentos relevada por LCG fue de 0,2% en la segunda semana de abril, y significó un aumento mensual de 2,1% punta a punta en las 4 últimas semanas. Este panorama auspicioso de desinflación deberá ponerse a prueba si en los próximos meses comienza a recomponerse el salario real o si el tipo de cambio tuviera nuevas tensiones. Por lo pronto, para los próximos dos meses no son altas las probabilidades de que la situación nominal cambie mucho, y habiendo quedado remanentes menos ajustes de precios relativos, es posible que veamos un índice de un dígito el mes que viene.
La reducción de la inflación motivo que el BCRA redujera las tasas de interés de referencia al 70% TNA, que se arbitran rápidamente en los bancos. Las tasas de plazos fijos de los bancos están promediando en estos momentos un 60% TNA, lo que implica una tasa mensual de casi 5%. Otra motivación de esta reducción está en la posible intención de ampliar un poco la brecha cambiaria, para dar más aire (e incentivos a liquidar) al sector exportador, con la cosecha de soja a la vista. Mientras tanto, 2% de crawl del tipo de cambio oficial se mantiene bastante creíble en el corto plazo: el futuro del Rofex prevé aumentos mensuales menores al 4% en los próximos tres o cuatro meses.
En ese marco, el Tesoro se hizo de $ 3 bn por la colocación de dos nuevas letras en pesos capitalizables y la reapertura de un bono CER.
Ahí también las tasas de las que capitalizan por mes bajaron a 4,75% y 4,5% (había sido 5,5% el 21/3).
En adelante, estaremos evaluando de cerca los dilemas entre recuperación económica y desinflación, muy atadas una con la otra.