Costos difíciles de asumir
La consecuencia directa de seguir sosteniendo el cepo es la imposibilidad de crecimiento. Eliminarlo plantea qué hacer con esta carga de pesos.
Lo más probable es que se haga un empalme y sigamos así, por lo menos, hasta que el mercado diga basta. La bomba de pesos está constituida por títulos del Tesoro denominados en moneda local, en posesión de privados, sumado a los pasivos remunerados del BCRA. Lo cual representa más de tres veces el stock de la base monetaria. Esto asfixia el funcionamiento normal de la economía y su desarme generaría altos costos. Aunque, los costos de no hacerlo son más elevados.
Gracias al cepo, estos pesos, por el momento, están atrapados, de manera tal que existe algo así como un roll-over cuasi automático mientras la demanda de dinero se mantenga aproximadamente estable. Dado esto, lo interesante es que, de acuerdo con lo que se anuncie después de las PASO, dicha estabilidad puede ser afectada, aún con cepo.
La consecuencia directa de seguir sosteniendo el cepo es la imposibilidad de crecimiento. Eliminarlo plantea qué hacer con esta carga de pesos. El problema es nuestra crónica incapacidad de crecer, la cual está correlacionada a la existencia del cepo, el cual, a su vez, se asocia a la bola de pesos atrapados.
En este entorno, se canjeará una parte sustancial de la deuda en pesos, dado que se estarían posponiendo vencimientos de deuda hacia 2024 y 2025. La macroeconomía exhibe múltiples inconvenientes y no es problema de la actual gestión hasta diciembre 2023. Lo preocupante es que se presupone, a nivel dirigencial, que todos estos desequilibrios podrían ser desarticulados gradualmente.
Este entorno coyuntural, asimismo, ostenta una inflación anualizada del 100%, una pobreza creciente y una economía con muy escasas chances de rebote. Hoy las posibilidades se remiten a ejecutar dos estrategias distintas:
- Primero, seguir sin hacer nada relevante (gradualismo, costos permanentes). Escenario al que le asignaría una altísima probabilidad de ocurrencia. No obstante, con lo delicado de la situación actual, se hace difícil imaginar una convergencia gradual de cara a 2024/2027. No es la primera vez que se entra en un loop de cosas ya vistas, con resultados históricos extrapolables de cara al futuro.
- Segundo, en un evento de baja probabilidad de ocurrencia, aplicar teoría de juegos anunciando medidas extremas a ejecutar sobre activos en pesos. De ser creíble, los agentes económicos se anticiparían, generando probablemente una sustancial demanda por el dólar en cualquiera de sus formas y ocasionando un salto en la cotización de la divisa, para un país que no querría pesos y se refugiaría totalmente en dólares con las potenciales consecuencias.
Bajo este último escenario, habría que preguntarse quién asumiría los costos políticos de un evento semejante. Lo más probable, es que todo se mantendrá más o menos como hoy en día.