Lo primero a tener en cuenta es que los políticos nunca cumplen lo que dicen en campaña, no recuerdo uno solo que lo haya hecho. Incluso, hay quienes van en sentido contrario, como Milei que aseguraba que “los impuestos son robo” y empezó aumentándolos. Conclusión: una cosa es lo que dicen en campaña y otra muy diferente lo que quieren y pueden hacer una vez que el poder es de ellos. 

Por cierto, nunca olvidar que las “revoluciones” no existen (las violentas, solo destruyen, como en Cuba), todo en la naturaleza evoluciona por lenta maduración y, así, los seres humanos somos muy conservadores, cuesta mucho cambiar realmente y, por ello, es común ver que pequeños cambios cosméticos -como los que está implementando Milei- son tomados como grandes desafíos. 

Hechas estas aclaraciones, los analistas de Link Securities aseguran que "la victoria de Trump, que volverá a obtener la presidencia, el Senado y, muy probablemente, la Casa de Representantes, ha eliminado la incertidumbre que pendía sobre un resultado electoral ajustado y de duración incierta, lo que se ha visto reflejado en las Bolsas, especialmente en EE.UU".

"Como se esperaba favorece a los sectores por los que apuesta el nuevo presidente, como los industriales, el financiero, el del petróleo, especialmente el del fracking en EE.UU. y, en Europa, al sector de Defensa, al haber expresado Trump su intención de que los países integrantes de la OTAN cumplan con el gasto comprometido en este sector".

"Asimismo, las rebajas de impuestos que Trump quiere implementar, y la desregulación impactará positivamente sobre las pequeñas y medianas empresas de EEUU, algo que ya comenzó a plasmarse en la evolución del índice Russell 2000 a finales de la semana pasada. Además, el sector de las aerolíneas también se vería beneficiado si Trump favorece el fracking, ya que el petróleo constituye uno de los mayores costes de sus cuentas de resultados". En contraposición a la baja del crudo como resultado del fracking, el sector de las “energías renovables” en todo el mundo se verá menos favorecido, incluido, irónicamente, la producción de autos eléctricos como la del amigo de Trump, Elon Musk. 

"Además, es probable que Trump inicie una nueva guerra comercial con China, lo que derivará en nuevas tarifas arancelarias a los productos de allí, por lo que aquellos sectores con una mayor dependencia de este país, como el del Lujo y el del automóvil europeos, también se verán penalizados", advierten en Link Securities. De manera indirecta, sin dudas esto impactaría en Argentina, ya que distorsionaría todo el comercio internacional. China podría bajar el precio de sus productos, EE.UU, podría arancelar productos argentinos o, por el contrario, favorecerlos.  

Ahora, la implementación de aranceles a los productos extranjeros podría provocar una suba del IPC que los políticamente correctos como es el caso de los bancos centrales confunden con inflación lo que podría llevarlos a detener o incluso invertir el proceso de rebajas de tasas de interés. Suba del IPC que podría compensarse con la rebaja de impuestos prometida por Trump, aunque suena más a la promesa incumplida de Milei. 

En cuanto a la Argentina, me parece que están tirando fuegos artificiales antes de tiempo. Aunque dudo que suceda, Trump podría mediar favorablemente en la relación con el FMI, en el marco de un nuevo acuerdo. Ahora, recordemos que este organismo multi estatal es, precisamente, un sostenedor de Estados inviables, es decir, de aquellos que por ineficaces no consiguen financiamiento privado. En otras palabras, en el mediano y largo plazo, el logro del FMI es evitar que el gobierno argentino se reconvierta a un Estado eficiente. 

Por el otro, en mi opinión, los inversores en Argentina ya descontaban la victoria del republicano, de modo que si perdía el precio de los activos locales podría haberse resentido. Si, como vimos, las tasas de interés se refuerzan eso obviamente perjudicaría el financiamiento para el país, y subiría el rendimiento de los bonos del Tesoro como consecuencia de un mayor endeudamiento inicial -que podría ser permanente- resultado de la promesa de bajar impuestos y aumentar ciertos gastos como los de defensa. 

Toda esta situación tendería a fortalecer al dólar con obvios impactos negativos en Argentina como le baja en el ingreso de capitales, depreciación de monedas emergentes en general y caída en el precio de las materias primas. Desde Invecq, además, señalan que habrá que seguir de cerca a la soja (se espera que haya sobreoferta en 2025, lo que ya se refleja en menores precios).

¿Qué esperar con la llegada de Trump?

Por cierto, como se observa en el gráfico, el precio de la soja en la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) se desacopló del de Chicago en el momento de mayor tensión, cuando EE. UU. introdujo un arancel del 25% sobre productos tecnológicos de China, y este disminuyó las compras de la oleaginosa estadounidense y le aplicó un gravamen del 25%, la cotización de la soja en la BCR fue 15% superior, en promedio, a la de EE.UU.

Como se ve en el siguiente gráfico, el dólar ya ha empezado a subir y las monedas emergentes a bajar. 

¿Qué esperar con la llegada de Trump?

Por cierto, aunque los commodities están en riesgo de bajar, el oro sigue siendo una muy buena inversión conservadora (como anticipamos) y ya sube más de 30% en lo que va de 2024. 

Por cierto, todo este panorama más el férreo compromiso de Milei de pagar toda la deuda del Estado en tiempo y forma, aunque signifique aumentar la presión sobre el sector privado, ha provocado la caída del riesgo “país” (riesgo Estado, en rigor) y la muy buena performance de los soberanos en dólares cuyo promedio creció 1,9% el día de los resultados de las elecciones y continuaron con la suba en la última semana de 3,3%, mientras que el riesgo “país” cerró en 850 pb. y el Merval USD subió 6,2% en la semana.