“Grazie a tutti”, dijo el papa Francisco desde el balcón de la clínica Gemelli, de Roma, poco antes de recibir el alta. Es la primera reaparición pública después de pasar 37 días internado por una neumonía.

El pontífice, de 88 años, levantó el pulgar y saludó a la multitud después de que un colaborador le preguntará si quería hablar a los fieles que lo acompañaron desde la puerta del hospital. En silla de ruedas y desde al balcón Francisco recibió el afecto de cientos de fieles que esperaban su alta medica. “Papa Francesco”, cantó la multitud ante la reaparición pública del Papa.

Francisco se retiró del hospital poco después de asomarse por la ventana del del décimo de la clínica en la que estuvo el último mes. Es su primera aparición pública en persona, saludo y bendición a los fieles tras haber estado dos veces en grave peligro.

La noticia del alta medica fue confirmada por el doctor Sergio Alfieri, jefe del equipo médico que lo atendió durante su tratamiento por una neumonía bilateral . Aunque su recuperación será prolongada, su estado de salud ha mostrado una "gradual y leve mejoría", permitiendo que los médicos levanten los pronósticos reservados.

El pontífice, de 88 años, continuará su convalecencia en la residencia de Santa Marta, dentro del Vaticano. Según los especialistas, necesitará al menos dos meses de descanso y rehabilitación. Durante este tiempo, deberá seguir un tratamiento que incluya fisioterapia respiratoria y motora, además de un régimen de oxigenación con cánulas nasales. A pesar de su frágil estado, en los últimos días dejó de necesitar ventilación mecánica nocturna, un indicio de mejoría en su función respiratoria.

A lo largo de su internación, el Papa se mantuvo activo dentro de sus posibilidades. Desde la capilla del hospital, recibió misas y recibió visitas, manteniéndose informado sobre los asuntos de la Iglesia y del mundo. A pesar de las limitaciones médicas, no dejó de ejercer su liderazgo espiritual, algo que sus allegados destacan como una muestra de su fuerte compromiso con la fe.

El alta médica llega en un momento clave, ya que Francisco deberá evaluar cómo reorganizar su agenda. Aún no está claro cuándo podrá retomar su actividad habitual en el Vaticano, ni si podrá viajar en los próximos meses, algo que dependerá de su evolución. Por ahora, el enfoque estará en su recuperación y en evitar cualquier caída que pueda comprometer su salud.