Darío Arrué, interventor del Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), reveló en una entrevista radial que el sistema eléctrico argentino está en una situación crítica de cara al próximo verano. Según explicó, la falta de inversión estructural durante los últimos años ha dejado en evidencia serias deficiencias en la generación, transporte y distribución de energía. La llegada de temperaturas extremas, esperadas para finales de febrero y principios de marzo, pondrá aún más presión sobre un sistema que ya muestra signos de fragilidad.

Arrué destacó que la alta demanda y el estado precario de la infraestructura eléctrica podrían desencadenar cortes no programados, aunque, hasta el momento, no se han definido interrupciones oficiales del servicio. “El sistema está subinvertido y no será capaz de soportar el pico de demanda sin complicaciones”, advirtió el funcionario, sumándose a la preocupación generalizada dentro del Gobierno.

En paralelo, los usuarios de Edenor y Edesur ya están experimentando dificultades debido a la facturación en sus servicios de energía. A pesar de que las tarifas solo subieron un 4% en el último ajuste oficial, miles de consumidores recibieron boletas con aumentos mucho más pronunciados, llegando a duplicar o triplicar los montos habituales. La combinación de recategorizaciones por ingresos y los desfasajes entre la toma de medidores bimestrales y el cobro mensual han sido señaladas como las principales causas de este fenómeno, que ha afectado particularmente a los usuarios en plena temporada invernal.

Javier Slucki, junto a Claudio Boada de la Unión de Usuarios y Consumidores y Sandra González de la Asociación de Defensa de los Consumidores, analizaron los motivos detrás de estos aumentos desmedidos. El informe indica que, al ser la medición de consumo bimestral pero el cobro mensual, las empresas acumulan montos que no reflejan el consumo real de un mes, sino que incluyen el consumo de meses anteriores, lo que genera boletas infladas.

Además, el sistema de recategorización implementado durante el gobierno de Mauricio Macri, y continuado por el gobierno de Alberto Fernández, juega un rol clave en estos aumentos. Las categorías de consumo eléctrico (R1 a R6) no consideran la estacionalidad, lo que implica que al cambiar la temporada, como al entrar en invierno, los usuarios saltan automáticamente de una categoría baja a una más alta, incrementando significativamente el costo del servicio sin que el consumo haya variado sustancialmente.

En el caso de un usuario promedio, un cambio de categoría de R2 a R5 puede hacer que una factura se multiplique, ya que las tarifas por kilovatio-hora aumentan con cada salto de categoría. Mientras que un usuario en la categoría R1 paga aproximadamente 833 pesos de cargo fijo, un usuario en la categoría R6 puede pagar más de 30 mil pesos solo por ese concepto. Esta situación ha generado una oleada de reclamos en los call centers de las empresas distribuidoras, aunque las respuestas suelen ser técnicas y no brindan soluciones claras.

Tensiones en el sistema eléctrico: Edenor y Edesur complican con facturas infladas

La metodología de Edenor y Edesur de aplicar estos ajustes, en combinación con los topes de subsidios por ingreso, ha dejado a muchos usuarios sin respuestas. Aquellos que superan los límites de consumo subsidiado por poco, se ven obligados a pagar tarifas completas por el excedente, lo que genera aumentos exponenciales en sus boletas. Un usuario de ingresos medios (N3), por ejemplo, paga hasta 250 kWh/mes con subsidio, pero si excede ese consumo, los cargos variables se disparan a tarifas mucho más altas, duplicando el costo del kilovatio-hora a partir del kWh 251.

La acumulación de estos factores ha generado una creciente incertidumbre entre los usuarios de las áreas metropolitanas, quienes se ven atrapados entre un sistema energético que no responde a sus necesidades y una estructura tarifaria que les penaliza en los meses de mayor consumo. Con la llegada del verano, las expectativas de interrupciones en el suministro aumentan, y muchos se preguntan si la situación será aún peor que la vivida durante el invierno.

El interventor del ENRE, por su parte, asegura que se están estudiando paliativos para mitigar los cortes de luz durante los meses más cálidos, pero subrayó que las soluciones son limitadas. “El sistema no está preparado para un aumento abrupto en la demanda”, señaló Arrué, insistiendo en que se deben tomar medidas urgentes para reforzar la infraestructura eléctrica en las áreas críticas del país.