El Tribunal, encabezado por el juez Ricardo Carbajal, le recordó a las partes que la resolución alternativa tiene un límite temporal. "Hasta el miércoles tienen plazo para presentar el acuerdo por escrito o este Tribunal no lo volverá a considerar", expresó Carbajal, dejando claro que si no se llega a una solución, el juicio continuará hasta determinar la culpabilidad o inocencia de los imputados.

En el centro de este escándalo judicial está Leonardo Cositorto, el exlíder de Generación Zoe, junto a otros miembros de su cúpula, como Maximiliano Batista, Miguel Ángel Echegaray y los hermanos Javier y Nicolás Medina. Todos enfrentan cargos por estafa y asociación ilícita, luego de que se revelara que la organización que lideraban funcionaba bajo un esquema piramidal que prometía rendimientos del 7,5% mensual en dólares, algo que nunca pudieron cumplir.

El juicio en Goya, que lleva ya varias semanas, ha sido testigo de múltiples idas y vueltas en las negociaciones. Si bien inicialmente se pensó que no habría acuerdo, la defensa solicitó un nuevo cuarto intermedio, durante el cual se confirmó que el pacto, cuyo monto es confidencial, estaba prácticamente sellado. Ahora solo resta esperar que cada una de las partes lo firme y se presenten los documentos ante el Tribunal para que el caso se cierre sin necesidad de avanzar con las declaraciones de testigos y el juicio oral.

El proceso judicial ha sido frustrante para las víctimas, en su mayoría pequeños ahorristas de Goya que confiaron sus ahorros a Generación Zoe. De los cerca de 300 damnificados en esa localidad correntina, solo 98 decidieron llevar el caso a la Justicia, reclamando un total de aproximadamente 400.000 dólares. A pesar de la magnitud del fraude, el lento avance de las negociaciones ha generado malestar entre los afectados, que esperan recuperar, al menos en parte, sus inversiones.

Pablo Fleitas, abogado de los damnificados, no ha ocultado su molestia por las constantes demoras. Durante la audiencia del lunes, expresó que el acuerdo estaba "en etapa de culminar", pero señaló que los defensores de los imputados seguían sin definir los detalles finales. Esta situación llevó a que el fiscal Guillermo Barry y su colega Juan Carlos Castillo respaldaran la postura de Fleitas, solicitando que el juicio continúe hasta que se formalice el acuerdo.

Por su parte, el juez Carbajal mostró su descontento con las dilaciones en el proceso. En más de una ocasión advirtió que no se puede prolongar indefinidamente la negociación, ya que la Justicia no puede tramitar simultáneamente dos vías: el juicio y la resolución alternativa. "No podemos permitir el dispendio de recursos humanos y económicos que esto implica", sentenció el magistrado.

Durante el juicio, el Tribunal también interrogó a los acusados sobre su conocimiento de las negociaciones en curso. Los hermanos Javier y Nicolás Medina, quienes eran referentes locales de Generación Zoe en Goya, reconocieron estar al tanto de los esfuerzos para llegar a un acuerdo, aunque admitieron no conocer los detalles exactos del mismo. "Sabemos que hay negociaciones, pero no conocemos el fin concreto del acuerdo", declaró uno de ellos ante la insistencia del juez Carbajal.

Mientras tanto, Guillermo Dragotto, abogado de Cositorto, aseguró que su defendido tenía toda la intención de llevar adelante el acuerdo y mencionó que estaban esperando un borrador del pacto por parte de la querella para finalizar las negociaciones. A su vez, el defensor oficial de Echegaray y Camelino, Fernando Buffil, reafirmó que sus clientes estaban dispuestos a "afrontar la parte que les corresponda en el resarcimiento".

Cositorto y su intento de escapar del juicio en Goya

El exlíder de Generación Zoe, Leonardo Cositorto, parece estar desesperado por evitar una condena en Goya. A lo largo del proceso, su equipo legal ha intentado múltiples estrategias para retrasar o evitar el juicio. Una de las maniobras incluyó su pedido de seguir el juicio desde la prisión de Bouwer, Córdoba, en lugar de ser trasladado a la Unidad Penal 8 de Goya, algo que fue rechazado por el Tribunal.

El propio Cositorto ha sido una figura controvertida desde que comenzaron a salir a la luz los primeros indicios de que Generación Zoe era, en realidad, un esquema piramidal. Tras expandir su imperio a varios países de América Latina y Europa, y cuando el colapso del sistema se hizo inevitable, Cositorto desapareció de la escena pública, manteniéndose en la clandestinidad durante casi dos meses, hasta que fue capturado en República Dominicana en abril de 2022 por personal de Interpol.

Desde entonces, ha enfrentado múltiples causas judiciales no solo en Corrientes, sino también en Córdoba, Salta, Rosario y Buenos Aires. A pesar de los procesos abiertos en su contra, Cositorto ha intentado, en reiteradas ocasiones, minimizar los cargos, sosteniendo que no se trataba de una estafa, sino de "cuestiones contractuales".

La única forma en que Cositorto y los otros acusados podrían evitar una condena en Goya es a través del acuerdo económico con los damnificados. De concretarse, la acción penal se extinguiría, lo que significa que no habría condena para ninguno de los involucrados. Sin embargo, aún queda por verse si el Tribunal aprobará el pacto y si todos los ahorristas aceptarán las condiciones ofrecidas.

El defensor de Cositorto ha sido claro en señalar que la reparación del daño no implica un reconocimiento de culpabilidad. "No estamos hablando de estafa, sino de la reparación de un daño. Esto zanja la cuestión de si era un fraude o una cuestión contractual", afirmó Dragotto, buscando separar la responsabilidad penal de su defendido de las obligaciones económicas que se desprenden del caso.

Con este acuerdo en puerta, el juicio contra Cositorto en Goya podría llegar a su fin en cuestión de días. Sin embargo, el panorama judicial para el exlíder de Generación Zoe está lejos de aclararse. Todavía debe enfrentar múltiples causas en otras provincias y países, lo que significa que su batalla en los tribunales está lejos de haber terminado.

El caso de Generación Zoe y su impacto

Generación Zoe no fue solo una simple estafa local en Goya, sino un esquema piramidal que afectó a miles de personas en todo el país y en el exterior. La organización prometía a sus inversores rendimientos exorbitantes en dólares a través de una combinación de inversiones en criptomonedas, educación financiera y coaching motivacional. Sin embargo, como ocurre con todos los esquemas de este tipo, llegó un punto en que el sistema colapsó y muchos de los inversores se quedaron sin nada.

El caso también llevó a que la Comisión Nacional de Valores (CNV) iniciara una investigación en 2021, emitiendo alertas sobre las irregularidades detectadas en las operaciones de Generación Zoe. Esto incluyó advertencias a los inversores en Argentina, Colombia, España y Paraguay, donde la organización también tenía presencia.

Mientras tanto, Cositorto se mantuvo activo en redes sociales y plataformas digitales, buscando nuevos inversores a través de su proyecto "Sunrise Coach", incluso mientras las autoridades lo buscaban. Fue finalmente gracias a sus transmisiones en vivo que la Interpol logró rastrearlo y capturarlo.