Día del Médico: crisis en el sistema de salud y un llamado de atención desde la pediatría
La Sociedad Argentina de Pediatría encendió alarmas sobre la crítica situación de la salud infantil en el país. Solicitan mejoras laborales y alertan por un éxodo de especialistas mientras el 50% de las residencias no cubren su plantel mínimo.
Hoy, 3 de diciembre, se conmemora el Día del Médico en Argentina, una fecha instituida en homenaje al médico cubano Carlos Juan Finlay, quien revolucionó la medicina al demostrar que el mosquito Aedes aegypti era el vector de la fiebre amarilla. En Argentina, esta celebración fue oficializada en 1956 y busca destacar el esfuerzo de los profesionales de la salud, una tarea cada vez más desafiante en un contexto de crisis estructural.
La situación del sistema de salud en el país atraviesa una etapa crítica, con hospitales públicos sobrecargados y falta de especialistas en áreas clave como pediatría y neonatología. Según un reciente análisis del Registro Federal de Profesionales de Salud, áreas como epidemiología y toxicología también enfrentan un déficit significativo de profesionales, exacerbado por condiciones laborales precarias, migración de médicos al sector privado y falta de incentivos económicos.
El área de cardiología en Argentina enfrenta una situación crítica. Según la Sociedad Argentina de Cardiología, más del 60% de los especialistas consideran emigrar debido a salarios insuficientes y jornadas laborales extenuantes. Esta realidad coincide con una disminución en el interés por las residencias médicas en cardiología, lo que genera un vacío en la formación de nuevos especialistas. La creciente demanda derivada del envejecimiento poblacional agrava aún más la situación, poniendo en riesgo la calidad de la atención cardiovascular.
Además, la falta de formación continua limita la actualización profesional necesaria para abordar avances tecnológicos y nuevas patologías. Durante el reciente Congreso de Cardiología, se debatió sobre la urgencia de políticas públicas que aseguren incentivos salariales y laborales para retener a los cardiólogos en el sistema público, evitando un colapso en esta especialidad clave para la salud general.
Otro ejemplo es el Hospital Garrahan, pilar en la atención pediátrica de alta complejidad, que atraviesa una etapa crítica por recortes presupuestarios y la sobrecarga del sistema. Los profesionales denuncian condiciones laborales insostenibles, incluyendo salarios bajos y falta de recursos esenciales, que han llevado a medidas de fuerza. La institución enfrenta el riesgo de cierre parcial de servicios, afectando a miles de niños que dependen de sus cuidados especializados.
En este contexto, especialistas han solicitado la intervención del Estado para garantizar los recursos necesarios y preservar el funcionamiento de una institución clave en el sistema sanitario nacional.
Ayer, en vísperas de esta jornada conmemorativa, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió un comunicado que alerta sobre el deterioro de la atención en neonatología. "Se está alcanzando un punto de inflexión en el que no hay pediatras suficientes para atender las necesidades de la población más vulnerable: los recién nacidos", afirmó la entidad. La SAP destacó además la importancia de implementar políticas urgentes para revertir este panorama, incluyendo mejoras salariales y condiciones laborales dignas que garanticen la cobertura profesional en todo el país.
Por su parte, informes recientes revelan que el colapso no solo afecta la disponibilidad de especialistas, sino también el acceso a tecnología médica adecuada y la infraestructura hospitalaria. En provincias como Buenos Aires, Santa Fe y Misiones, las largas listas de espera y los traslados a hospitales alejados dificultan el acceso a tratamientos esenciales. Además, la migración de médicos al exterior en busca de mejores oportunidades genera una pérdida acumulativa de talento que no es reemplazada.
La SAP también subrayó la relevancia del rol del pediatra en un sistema de salud integral: "No se trata solo de salvar vidas, sino de garantizar un desarrollo saludable desde los primeros días de vida", remarcaron en su documento. Esta problemática impacta directamente en la calidad de la atención y en los indicadores sanitarios del país, especialmente en un contexto de alta demanda en regiones vulnerables.
Sumándose a los reclamos, enfermeros de la Ciudad de Buenos Aires se movilizaron recientemente para exigir mejoras salariales y el reconocimiento formal como profesionales de la salud. Denuncian que la desvalorización económica y laboral de su rol dificulta la retención de personal y agrava la crisis de recursos humanos en los hospitales. Además, señalan que el incremento en la demanda sanitaria no es acompañado por condiciones acordes a su responsabilidad, lo que impacta directamente en la calidad de atención.
Estos trabajadores destacan que su labor es fundamental para sostener el sistema de salud, especialmente en áreas de internación y emergencias. Sin embargo, la falta de políticas públicas que promuevan su bienestar laboral profundiza el colapso en hospitales, generando jornadas laborales insostenibles y afectando su salud mental y física.
El Día del Médico debería ser una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de fortalecer la salud pública como pilar fundamental del desarrollo social. Sin embargo, la realidad indica que la sobrecarga de trabajo, la desvalorización económica y la falta de reconocimiento están empujando a muchos profesionales a abandonar su vocación o buscar horizontes más prometedores fuera del sistema público.
En este marco, distintas organizaciones médicas, junto con la SAP, reiteraron su pedido al gobierno para diseñar un plan estratégico que priorice la atención primaria, la formación de especialistas y la dotación equitativa de recursos en todas las provincias. La salud de las generaciones futuras, destacaron, depende de decisiones inmediatas y sostenidas en el tiempo.
La gestión de Javier Milei ha generado preocupación en el sector por los recortes presupuestarios aplicados al sistema de salud. Esta medida ha comprometido el acceso a medicamentos esenciales, el mantenimiento de infraestructura hospitalaria y la incorporación de tecnología médica. El desfinanciamiento también afecta a programas nacionales de prevención y atención primaria, lo que podría incrementar desigualdades sanitarias entre provincias.
Organizaciones médicas advierten que esta tendencia podría derivar en un colapso estructural, con hospitales públicos desbordados y más profesionales migrando al sector privado o al extranjero. La necesidad de un plan estratégico que priorice la salud pública es apremiante, no solo para evitar una crisis inmediata, sino también para garantizar el acceso equitativo y sostenible a los servicios de salud en el futuro.