Secretos de la Casa Rosada: confianza oficial en el rumbo económico, a pesar de la suba del dólar y la inflación
El Palacio de Hacienda prevé lograr un acuerdo con el FMI a mediados de diciembre y lograr la aprobación del directorio a principios del 2021. En el medio hay distintos análisis del gabinete económico, como eliminar el impuesto al dólar ahorro y turista y "apurar" estímulos impositivos para la construcción. También afirman que reina la paz entre Pesce y Guzmán, aunque Cristina Kirchner ya tuvo reuniones con Martín Redrado y sería su candidato al Banco Central. Detalles.
Aunque sobre el fin de la semana el dólar blue nuevamente volvió a subir, en la Casa Rosada, o mejor dicho en la Quinta de Olivos donde está recluido el presidente Alberto Fernández, se percibe un clima de más confianza que semanas atrás.
Insisten en que la conducción económica “le encontró la vuelta” al problema del dólar y que es un tema de tiempos a partir de las últimas medidas adoptadas por Martín Guzmán, el titular del Palacio de Hacienda.
A principios de la semana se conversó de manera informal con los miembros de la Misión del Fondo el eliminar la retención de 35% que, en concepto de anticipo del impuesto a las Ganancias, hoy rige sobre la compra de dólar ahorro y turista. Esta información fue confirmada por una alta fuente del Gobierno a Data Clave. “La intención es que converja el dólar ahorro al tipo de cambio oficial”, explica.
En tanto, en otras áreas de gobierno que tienen una mirada de la problemática cambiaria más parecida a la que sostiene el titular del Banco Central, Miguel Pesce, le bajan el precio a la iniciativa al decir “es una idea que se barajó”.
Con aunque con una mirada crítica preguntan: “¿Cuál sería el sentido? La consecuencia sería que se incrementarían las compras con tarjetas e impulsaría el turismo de argentinos en el exterior”. Cabe recordar que el BCRA fue el que impulsó los diferentes controles para impedir la salida de dólares.
Si bien hoy el comando económico está unificado bajo la batuta de Guzmán, tanto poder también genera rispideces. Por caso, si bien desde el Palacio de Hacienda manejan la política cambiaria, la intención del ministro sería poner a alguien de su equipo al frente del Banco Central.
En tanto, desde la Casa Rosada señalan que “el titular del BCRA cuenta con el total apoyo de Alberto”, y no está pensando efectuar cambios en la entidad monetaria. “Pesce es leal ciento por ciento al presidente y él lo sabe y valora”, enfatizan.
Lo cierto es que el vínculo entre Pesce y Guzmán no atraviesa su mejor momento y esto es sabido. Con la inocente idea de mostrar “acá no pasa nada”, el viernes Guzmán y Pesce se sacaron una foto en el Palacio de Hacienda con la consigna “el equipo económico trabaja unido…”. “¿Y la independencia del BCRA donde quedó?”, preguntaban con ironía en la City.
En tanto, sorprendió la noticia del encuentro entre el ex titular del Banco Central, Martín Redrado y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Es sabida, y lo hizo público a través de la famosa carta, la preocupación que tiene Cristina por la economía y en particular por el tema cambiario. También que desde hace tiempo que tiene una mirada crítica respecto de la gestión de Miguel Pesce al frente del Banco Central.
Un dato curioso es quien gestionó la reunión rompiendo el distanciamiento de varios años fue Joseph Stiglitz, mentor de Martín Guzmán y de quien se dice tiene más injerencia en la economía argentina de la que se conoce.
Devaluación
Volviendo al tipo de cambio, del lado de quienes no descartan que se elimine el anticipo de Ganancias en la compra del dólar Solidario, argumentan que se trataría de un nuevo intento de cerrar la brecha entre el tipo de cambio oficial y sus versiones alternativas (contado con liquidación, dólar bolsa y blue).
Sucede que con la aplicación del impuesto país (30%) sobre el tipo de cambio oficial más la retención por Ganancias, el dólar tiene un piso “virtual” del orden de los 140 pesos. Se trata de una brecha de 65% que, a juicio de las autoridades, alimenta las otras brechas.
“Tomar esta medida -muy arriesgada- sólo se explica si la intención es acercar el valor del dólar oficial al solidario -un poco más de 100 pesos-”, comentaba un especialista. En otras palabras, de concretarse esta medida sería la aceptación oficial de que el tipo de cambio oficial necesita una corrección. Aunque, especulaban que esta decisión se debería tomar en el marco de una serie de anuncios, entre ellos y el más importante, el plan económico, monetario y fiscal que acordaron con el Fondo.
El tema de tender a unificar los tipos de cambio no sorprende que haya sido comentado con la misión técnica del FMI encabezada por Julie Kozack, Luis Cubeddu y Trevor Alleyne. Cabe recordar que el organismo, en líneas generales, ve con desagrado la existencia de tipos de cambio múltiples.
“Se está acabando la timba del dólar blue, me imagino que los que compraron a 190 pesos se deben estar queriendo cortar las venas”, señalaban confiados en el gobierno los primeros días de la semana dando a entender que no habría más subas abruptas. Claro que, en estos temas, las victorias suelen ser efímeras, ya desde el jueves los ánimos no eran tan entusiastas.
Sigue la confianza oficial
A pesar de la suba del dólar blue, en el Ministerio de Economía insisten que se están dando todos los pasos para lograr estabilizar la economía. Están convencidos que se podrá logar un acuerdo a corto plazo con el Fondo Monetario Internacional. De la mano de este entendimiento, sostienen, se tendería a estabilizar la matriz cambiaria.
A favor de este arreglo, el ministro Guzmán dio a entender que podría aplicar más medidas de austeridad.
Como se recordará, la previsión oficial contempla un déficit primario de 4,5% del producto bruto interno (PBI) para el año próximo. Fuentes cercanas a la negociación especulan con que el FMI consideraría necesario un esfuerzo mayor, con una reducción del desequilibrio a 3% del PBI. Así planteado, hay quienes creen que se podría lograr un acuerdo en un punto intermedio, en torno de 3,7 a 3,8% de déficit.
Consideran que el país podría lograr un entendimiento con los técnicos del FMI hacia mediados de diciembre y la expectativa sería lograr la aprobación del directorio a comienzos del año próximo.
“Tras resolverse el acuerdo con el Fondo se puede llegar a algún acuerdo soberano para completar el financiamiento sin tener que ir al mercado”, argumentan en estas fuentes intentando despejar dudas sobre la solidez del frente externo.
Por otra parte, señalan que la demanda de divisas se vio potenciada en los últimos meses por los adelantos -especulativos- de importaciones, una presión que estiman tenderá a descomprimirse en los próximos meses.
Para contener al dólar blue también consideran importante alentar las alternativas de inversión en pesos. Particularmente que el Congreso apruebe los estímulos impositivos que se proyectan para invertir en construcción de forma tal que “el dinero se vaya del dólar paralelo al metro cuadrado”.
Asimismo, confían en que hacia fin de año con el ingreso de la cosecha fina y luego la gruesa, en el comienzo de 2021, el mercado de divisas estará suficientemente abastecido.
Manejan números positivos para el 2020, que el PBI crecerá en el orden del 6% (con solo mantener el nivel actual de actividad se crecería el 3%).
El crecimiento vendrá de la mano de cinco sectores que consideran estratégicos: petróleo, gas, minería, agro, construcción. Y, comentan que ya se comenzó a dar señales precisas para que estos actores tengan un horizonte claro para sus inversiones. Por caso, el anuncio de aumento de tarifas, el Plan Gas, la intención oficial de ir achicando los subsidios, entre otras. Apuestan a duplicar el nivel de inversión de este año (no es una meta muy ambiciosa), y que el consumo aumente 9,5%.
A esto suman la probabilidad de contar a corto plazo con una vacuna efectiva contra la pandemia. Tanto es así que esperan que en marzo venidero el 30% de la población esté vacunada, según confío a Data Clave uno de los hombres más influyentes de la coalición gobernante.
Las dudas
Si bien el Banco Central compró 91 millones de dólares entre el 3 y el 9 de este mes, el pago de compromisos con organismos multilaterales terminó reduciendo las reservas. Al 5 de noviembre las reservas netas se ubicaban en 4.500 millones de dólares -600 millones menos con relación al 20 de octubre-. Y si se resta el oro y otros activos, resulta que las reservas líquidas son negativas en 1.700 millones de dólares, estiman diferentes economistas.
Se explica en estas condiciones que las autoridades estén desplegando toda una batería de medidas para contener la salida de divisas. Y se trata no sólo de las adoptadas por resoluciones formales -por ejemplo, la suba en la tasa de interés- sino también de otras de carácter informal, como el pedido a grandes empresas que “racionen” sus compras de divisas para la importación -con el consiguiente riesgo de desabastecimiento-.
En este contexto, los operadores señalan que el mercado sigue desconfiando de la estrategia oficial. Como muestran sostienen que grandes firmas cuentan con abultados excedentes en pesos que están a la espera de una oportunidad para dolarizarse.
Y el problema se agrava con la aceleración de la inflación que debería llevar al gobierno a aumentar el ritmo de la devaluación del dólar oficial. “La inflación es la batalla más importante que vamos a tener que dar”, reconoció a este medio un alto funcionario.
La suba de 3,8% del índice de precios al consumidor en octubre superó en un punto al registro de septiembre. De esta forma quebró la tendencia a la desaceleración en la inflación interanual que se venía registrando, pasando de 36,6% en septiembre a 37,2% el mes pasado.
Las consultoras privadas prevén una aceleración de los precios para los próximos meses. Entre otros motivos argumentan la flexibilización de la cuarentena, las subas previstas en combustibles y prepagas, las liberaciones de precios máximos para algunos bienes y el impacto sobre los precios de las restricciones en las importaciones.
Un anticipo en este sentido mostraría el índice de precios mayoristas del mes pasado -que se dará a conocer en los próximos días- y que también habría registrado una importante aceleración.
En las últimas semanas, el ministro Guzmán vino dando señales hacia un mayor control fiscal. La promesa de descongelar tarifas, las eliminaciones del IFE y el ATP y el avance en el cambio de fórmula para ajustar las jubilaciones van en el sentido de un mayor control del gasto.
Paquete social
El problema es que esta mayor austeridad encuentra al país con indicadores socioeconómicos profundamente deteriorados.
La pobreza ronda el 45%, el ingreso disponible de las familias cayó 11% (descontada la inflación) y si se contabilizaran los 4 millones de personas que se retiraron del mercado laboral, la desocupación podría llegar a 29% (contra el 13% informado por el INDEC).
La CGT y algunos movimientos sociales ya han comenzado a pronunciarse en contra de las medidas de austeridad, de donde la duda que se plantean algunos analistas es hasta dónde es sostenible políticamente el programa de ordenamiento fiscal que intenta llevar adelante el Gobierno.
En este sentido, y con la intención de calmar los ánimos sindicales, se anunció el reemplazo del ATP por un REPRO II, que a través del Ministerio de Trabajo, pagará a los trabajadores de las empresas que lo soliciten una suma a cuenta por las remuneraciones de hasta 9.000 pesos mensuales.
Para compensar el desarme del IFE también se definió que se otorgarán becas de $8.500 para jóvenes, se continuará incorporando beneficiarios a la AUH, se entregarán cajas navideñas, se destinarán más planes a través de Potenciar Trabajo y se duplicará el monto de la Tarjeta Alimentar para fin de año. Este significa que una familia con un hijo recibirá $8.000 y si tiene más hijos cobran $12.000.
Se está estudiando darle un aumento o bono para jubilados y los beneficiarios de AUH que ya alcanza a casi 4 millones de niños. La intención oficial es ampliar la base de esta asignación. Hoy el Estado otorga $3.540 por niño, cifra que es actualizada por la misma fórmula que el sistema previsional.
Asimismo, el gobierno prorrogará la suspensión de despedir y la penalización de pagar la doble indemnización.
Malestar empresario
Los empresarios no se sienten muy acompañados por el Ejecutivo. No pocos se quejan que sobre ellos parece caer toda la responsabilidad de la recuperación económica “como si la pandemia no nos hubiera afectado”, se quejan.
Y sus esfuerzos por que el proyecto del Impuesto a la Renta no prospere no dieron resultados. Dudan que el Legislativo vaya a solucionar el problema de la inequidad entre capitales nacionales y extranjeros.
Desde el gobierno retrucan con números, “el 95% de las tenencias es dinero líquido y acciones” y respecto a que tendrán que tributar por la inversión en activos como maquinas, argumentan que la valuación es fiscal y se toma en cuenta los Balances del 2014 (que no se ajustan por inflación).
Viento de cola
Los cambios en el contexto internacional favorecerían la posición externa de la Argentina. Con la llegada de Joseph Biden a la presidencia de los Estados Unidos es de prever un mundo más calmo, particularmente en lo que concierne a la guerra comercial con China desatada por el mandatario saliente Donald Trump.
Este enfrentamiento tuvo efectos negativos para los mercados emergentes, precisa el economista Leonardo Chialva. Una de las respuestas de Pekín a los ataques estadounidenses fue la devaluación del remimbí (para hacer más competitivas sus exportaciones). Ahora, por el contrario, la menor belicosidad podría significar un fortalecimiento de la moneda china, ampliando en consecuencia las posibilidades de exportación de la Argentina.
La llegada de Biden también preanuncia un nuevo paquete de ayuda financiera para la economía norteamericana que tendría como correlato un debilitamiento del valor del dólar en los mercados internacionales. Y como las materias primas se cotizan en la divisa norteamericana, no debería extrañar que la soja siga subiendo.
En pocos meses la oleaginosa saltó de unos 320 dólares por tonelada a más de 400 y hay ya proyecciones de que podría llegar a 450/480. Esto implicaría un ingreso adicional de divisas para la Argentina del orden de los 2.000 a 3.000 millones de dólares.
El mejor clima internacional alentado también por los avances en la elaboración de la vacuna contra el coronavirus, despierta un mayor apetito de los inversores internacionales por los activos de riesgo, incluyendo los mercados emergentes.
Es incipiente, pero noticias provenientes de San Pablo señalan que ha comenzado a revertirse la salida de capitales de Brasil. Si, como se espera, el país vecino vuelve a atraer inversiones, es de prever un fortalecimiento del real. Así, también en este caso, se alentarían las exportaciones argentinas, particularmente de bienes industrializados, ya que el socio mayor del Mercosur es el primer destino de las ventas externas de manufacturas argentinas.