Política tarifaria: el kirchnerismo le pone tope a los aumentos de 2022 y deja expuesta la interna
Fuentes de la Secretaría de Energía deslizaron a los medios que se autorizará una actualización en las boletas de luz y gas de hasta 20% a principios de 2022. Ese porcentaje está muy por debajo de la inflación y va en contra del objetivo del Ejecutivo de reducir los subsidios. Otras fuentes oficiales señalaron que la información fue filtrada para marcarle la cancha al Gobierno nacional.
Fuentes de la Secretaría de Energía deslizaron a varios medios que se autorizará un aumento en las tarifas de luz y gas de entre 17% y 20% como tope para el año próximo. A eso se sumará la famosa “segmentación” que tendrá lugar a partir de marzo y afectará al 20% de los usuarios, es decir cerca de 500.000 en toda el Área Metropolitana (AMBA), que gradualmente comenzarán a pagar la tarifa plena.
Sin embargo, desde el Gobierno nacional no confirmaron la medida y señalan hacia el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, quien habría filtrado la información a la prensa en un intento de marcar la cancha para las subas en las boletas de 2022. Esa decisión no cuenta con el aval del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien a principios de año había intentado desplazar al subsecretario cercano a Cristina Kirchner, pero sin éxito.
De ser así, los porcentajes de aumentos estarían por debajo de la inflación nuevamente, ya que se espera una variación de precios de por lo menos 50% para 2022 y el Gobierno habla de, por lo menos, 40%. Eso va en línea con lo que explicó en la presentación del Presupuesto en Diputados el secretario de Energía, Darío Martínez, que justificó las subas por debajo de los precios para “sostener la recuperación”.
Vale aclarar que las boletas están integradas por cuatro componentes: el costo mayorista; el transporte y la distribución, regulados por los entes; y los impuestos.
Las tarifas estuvieron congeladas dos años y en 2021 volvieron los aumentos, aunque muy por debajo de la inflación. En concreto, fueron de 6% a nivel nacional para el gas y de 9% en la luz, sólo para el AMBA, mientras que el IPC marcará cerca de 50%. La idea original de Guzmán era una recomposición mayor, que finalmente fue frustrada cuando triunfó la iniciativa de Basualdo en representación de la vicepresidenta.
Eso hizo que los subsidios energéticos alcanzaran los US$ 10.000 millones en 2021, algo que el Ministerio de Economía quiere corregir de cara a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de bajar el déficit fiscal. En esa línea iba el proyecto de Presupuesto 2022, que preveía una baja en los subsidios del 1,8% del PIB al 1,5% del PIB con la segmentación.
Esa suba segmentada se dará luego del aumento general del 20%. Sin embargo, todavía no está muy claro cuáles serán los criterios, aunque desde el Gobierno afirman que será en base a los ingresos de los usuarios. Lo que sí está claro es que una actualización por debajo de la inflación va en contra de una reducción de los subsidios, uno de los objetivos principales trazados por Economía.
Por otro lado, en las últimas semanas, se firmaron numerosos acuerdos con la finalidad de que cooperativas eléctricas y distribuidoras de distintas zonas del país pudieran regularizar sus obligaciones de pago con la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) en el marco de los previsto en el artículo 87 de la Ley de Presupuesto. Ese es otro de los objetivos del Gobierno: regularizar la situación financiera del sector.
Otra vez las tarifas: internas no tan internas
En tanto, otras fuentes oficiales señalaron a Data Clave que la información fue brindada "off the récord" por Federico Basualdo en un intento de marcarle la cancha a Martín Guzmán para el esquema de incrementos para 2022. Desde la Subsecretaría de Energía Eléctrica dijeron a este medio que "no sabemos nada" al respecto de la filtración.
En el caso de la electricidad, el Gobierno nacional define solo las tarifas de Edenor y Edesur en el área metropolitana de Buenos Aires, pero en el caso del gas su alcance es nacional.
Según pudo reconstruir Data Clave, todo comenzó el lunes cuando desde el Ministerio de Desarrollo Productivo, que responde al presidente Alberto Fernández, dejaron trascender que se aplicaría un aumento de tarifas, a lo que se sumaría una segmentación, a partir de marzo. Entre otros conceptos salieron nuevas pautas de inflación y consideraciones sobre la negociación con el FMI.
Esa filtración no cayó bien en el kirchnerismo, que en los hechos está al frente de la política energética y terminó con trascendidos que se conocieron hoy. "Es una imprudencia filtrar ese tipo de decisiones, lo único que logra es acelerar las expectativas de inflación, justo cuando estaba estabilizada, en un nivel muy alto, pero estabilizada", había dicho a La Política Online una fuente de ese sector del Gobierno.
En ese marco, el Ministerio de Economía quedó en medio de una interna que no protagonizaron, pero que no dejó parado en el lugar más cómodo al ministro Guzmán. Tampoco es una situación ideal para el secretario Martínez. Nuevamente, las internas en el Frente de Todos quedaron expuestas debido a las diferencias en la política tarifaria.