El ajuste que se necesita para cerrar el año y la carta del blanqueo para 2023
La meta de un déficit fiscal del 2,5% del PBI para 2022 tiene sus exigencias, más las tendrá para el año que viene. El Gobierno utilizará el intercambio de información con Estados Unidos para propiciar una exteriorización de capitales que permita ampliar la base tributaria.
El objetivo para cumplir la meta de déficit fiscal del 2,5% del PBI pactada con el FMI requiere para este último mes del año una fuerte caída del gasto primario en términos reales. Si bien los ingresos extraordinarios por el “dólar soja” ayudarán al Gobierno a acercarse al objetivo, las exigencias son muy fuertes en esta parte del año. El ajuste para 2023 deberá llegar a casi 1 punto del PBI, pero el blanqueo que propone el oficialismo podría ampliar la base tributaria.
El último dato oficial de octubre marcó que la caída real del gasto escaló al 13%, acumulando cuatro meses en baja, luego de un crecimiento muy fuerte en el primer semestre. Por segmentos, la consultora Sarandí detalló que el primer trimestre de gestión de Sergio Massa muestra una retracción del 6,4% en prestaciones sociales, una merma del 8,8% en fondos para universidades, una caída del 13,2% en gastos de funcionamiento, una baja del 17,4% en subsidios económicos y una disminución del 19,6% en los giros a las Provincias. Solo crecen los gastos de capital (+48,8%) vinculados a obras de infraestructura en las Provincias, aunque explican solo 10% del gasto total.
Pero las exigencias más grandes se dan en el último bimestre, para el que el Gobierno decidió aplicar nuevamente el incentivo de liquidación para el sector sojero. Equilibra estimó que el fisco obtendrá un ingreso no previsto de $115.000 millones vía retenciones, 0,1% del PBI, que aliviarán la necesidad de recorte para el último bimestre para cumplir con el objetivo de rojo primario, dinámica similar a lo que sucedió en septiembre.
La consultora afirmó que con esa recaudación, el ajuste en términos reales debería ser de 11,6% interanual entre noviembre y diciembre. Si bien esa exigencia es el doble al observado en los últimos cuatro meses, es menor al recorte del 13% que consiguió Economía durante octubre. Obviamente, la emisión monetaria para financiar el diferencial por la oleaginosa se contabilizará, “por debajo de la línea”, por lo que no implica mayor gasto.
Econviews sostuvo: “El desafío estará en noviembre y diciembre. El déficit combinado no podrá superar el 1,2% del PBI, una valor ajustado considerando las demandas financieras del último mes del año, pero alcanzable teniendo en cuenta que el PBI cerrará por arriba de lo previsto y especialmente si se relanza el dólar soja, que volverá a generar ingresos extra por retenciones y a no contabilizar el costo del subsidio. Es quererlas todas para vos. Pero así es la contabilidad pública”.
El verdadero desafío será llegar a un déficit fiscal primario del 1,9% del PBI, más en un año de elecciones. Pero el anuncio del acuerdo de intercambio de información con Estados Unidos podría abrir la puerta a mayor recaudación, la pregunta es cuántos recursos podrían ingresar por el blanqueo que propone el Gobierno.
"El próximo acuerdo de intercambio de información internacional con los Estados Unidos podría apoyar la movilización de ingresos (fiscales) y la acumulación de reservas", resaltó el FMI en su último comunicado.