El gobierno de Javier Milei enfrenta un nuevo desafío en el Congreso con el inminente veto a la ley de financiamiento universitario. Pese a contar con un bloque significativo en la Cámara de Diputados, no tiene asegurado el apoyo necesario para frenar la normativa que propone un aumento de los recursos destinados a las universidades públicas. En este contexto, Patricia Bullrich ha emergido como una aliada clave para el oficialismo, instando a los diputados del PRO a “comprometerse más” con la agenda gubernamental.

En un acto realizado en Parque Lezama, Milei agradeció públicamente el respaldo de Bullrich: “Gracias a la doctora Bullrich por haber colaborado en el ajuste estructural más grande de la historia”, dijo, en referencia a su apoyo a medidas económicas impopulares. Este acercamiento refuerza una relación que viene consolidándose desde la campaña presidencial, cuando Bullrich optó por respaldar al actual presidente en el balotaje de 2023. La sintonía entre ambos es evidente en su discurso, centrado en la necesidad de reducir el gasto público y avanzar con reformas profundas.

Sin embargo, dentro del PRO la situación no es tan sencilla. Muchos legisladores macristas se resisten a seguir ciegamente la agenda libertaria, lo que ha generado tensiones internas. Algunos referentes del partido consideran que apoyar el veto a la ley de financiamiento universitario podría intensificar el malestar social y provocar movilizaciones estudiantiles masivas. Aun así, Bullrich ha mantenido firme su postura y ha remarcado la importancia de la coherencia en las decisiones parlamentarias. “No podemos decir que apoyamos un ajuste y luego votar en contra cuando llega el momento de hacerlo”, expresó en declaraciones radiales.

El Gobierno enfrenta también la presión de los gremios universitarios, que denuncian una caída del 50% en sus ingresos reales desde diciembre pasado. Las protestas de las universidades públicas han ido en aumento, mientras que las instituciones han advertido sobre la imposibilidad de mantener sus operaciones sin un aumento en el presupuesto. A pesar de esto, Milei no parece dispuesto a ceder terreno en este aspecto. Para el Presidente, el veto a la ley representa un símbolo de su lucha contra el “derroche fiscal”, como lo ha señalado en diversas oportunidades.

La incertidumbre en el Congreso es palpable. Para sostener el veto, el oficialismo necesitará que sus aliados se presenten en pleno, algo que no está garantizado. En agosto, cuando la ley fue votada, la oposición estuvo a solo tres votos de conseguir los dos tercios necesarios para su aprobación, y las ausencias en el bloque oficialista podrían inclinar la balanza nuevamente. Aunque Milei cuenta con el respaldo de un bloque sólido, muchos de los "87 héroes" que inicialmente apoyaron su reforma previsional podrían ahora distanciarse de esta nueva medida, complicando las aspiraciones del Ejecutivo.

Bullrich, por su parte, ha mantenido su rol como articuladora dentro de Juntos por el Cambio y parece estar dispuesta a jugar un papel determinante en la batalla parlamentaria que se avecina. Su pedido de "más compromiso" a los diputados del PRO es un mensaje directo a quienes han mostrado dudas sobre acompañar el veto. Sin embargo, los desafíos políticos no se limitan solo al financiamiento universitario: el gobierno también deberá enfrentar, en las próximas semanas, la discusión sobre el Presupuesto 2025, donde la coparticipación federal y el financiamiento a la Ciudad de Buenos Aires ya son puntos de fricción.

En tanto, el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) ha solicitado un presupuesto de $7,2 billones para 2025, cifra que casi duplica la propuesta inicial del Gobierno de $3,8 billones. Las universidades, particularmente las de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, han intensificado sus esfuerzos para presionar a los legisladores de sus respectivas provincias, lo que ha generado una serie de reuniones privadas con representantes nacionales. Este conflicto no solo tiene implicancias presupuestarias, sino que también puede marcar un antes y un después en las alianzas políticas que se formarán de cara a las elecciones legislativas de 2025.

La capacidad de Bullrich para mediar entre las distintas facciones de la oposición será clave en las próximas semanas. Mientras tanto, Milei sigue apostando a su base electoral más fiel, dependiendo de que el malestar social no escale al punto de poner en peligro su proyecto de gobierno. La situación, sin embargo, es frágil, y el desenlace de este conflicto en el Congreso podría tener un impacto significativo en la estabilidad del gobierno libertario.

El oficialismo tiene hasta el 3 de octubre para confirmar el veto a la ley de financiamiento universitario. La oposición, mientras tanto, busca recuperar terreno y presiona para mantener la norma vigente. En paralelo, los gremios docentes planean una movilización para defender los fondos educativos, aumentando la tensión política y social en torno al debate parlamentario.