Hay que dejar de salir a decir pelotudeces”. La frase fue corta, clara y contundente. Sin lugar para la reinterpretación. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner mandó un mensaje hacia adentro de la interna del PJ en la provincia de Buenos Aires con el objetivo concreto de redireccionar la compulsa hacia el gobierno nacional.

Lo hizo desde Quilmes, donde manda Mayra Mendoza, una de las dirigentes más fieles a Máximo Kirchner, presidente del PJ bonaerense y líder de La Cámpora, la organización política a la que, de a poco, varios dirigentes del justicialismo comienzan a intentar ponerle un freno de cara.

Los escenarios por delante son varios. Primero, la conducción del partido. Y, después, la puja por el armado de lo que será la elección legislativa de 2025. Un escenario que parece lejano pero que ya tiene a diferentes dirigentes del peronismo en movimiento con el fin de reposicionarse en sus distritos, la provincia y, también, en el ámbito nacional ya con la mira puesta en 2027.

En ese marco, los intendentes bonaerenses no se quedan quietos y ya sea por medio de una foto, declaraciones en on y off y lo que callan, se reposicionan en busca de lo que vendrá en un peronismo balcanizado. 

La construcción de una rama interna en apoyo al gobernador Axel Kicillof es más que un hecho en sí mismo. Es, quizá, uno de los motivos que llevaron a CFK a reaparecer e intentar marcar la cancha con la participación en la inauguración de un polideportivo en Quilmes en la misma fecha que el mandatario provincial diría presente en Avellaneda y Ensenada. Se trató, sin duda, de una causalidad.

Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Fernando Espinoza (La Matanza) y Julio Alak (La Plata) forman parte de un grupo que ya no disimula, sino que reafirma, su intención de posicionar al gobernador como candidato nacional y como líder del espacio.

El mismo sábado lo dejaron en claro. "Más que nunca, tenemos que estar codo a codo con nuestro gobernador, que tiene la doble tarea titánica, por un lado administrar esta provincia gigantesca, de millones y millones de habitantes; y por otro lado la historia lo ha puesto en esta posición de liderar nuestro movimiento nacional y popular”, sostuvo Alak.

Secco, por su lado, respaldo los dichos de su par y expresó que “nosotros decimos que tenemos una esperanza. Que vengan más esperanzas, que las queremos ver. Nosotros tenemos una y la tenemos en la calle, es nuestro gobernador, esa es nuestra esperanza. No decimos que es la única, es la nuestra, la que ponemos en valor”. Mientras que Ferraresi planteó que Kicillof esla carta del futuro para reconstruir el triunfo nacional”.

No son los únicos encolumnados en esa línea. Fabián Cagliardi (Berisso), Pablo Descalzo (Ituzaingó), Andrés Watson (Florencio Varela), Gustavo Barrera (Villa Gesell), Walter Wischnivetzky (Mar Chiquita), Juan José Mussi (Berazategui) y Germán Lago (Alberti) son algunos de los que engrosan la lista kicillofista.

Por otro lado están los jefes comunales que eligen no quedarse afuera de la foto, pero por fuera de la representaciones directas, como sucede con Gustavo Menéndez (Merlo), Mariano Cascallares (Almirante Brown) y Nicolás Mantegazza (San Vicente), estos dos últimos delfines políticos del exjefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, quien todavía lleva adelante una alianza con Máximo.

Ya sin el título de jefe comunal, pero con el liderazgo tácito de General San Martín, donde quedó al frente su alfil, Fernando Moreira, el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis se mueve por todo el amplio campo en busca de reposicionarse como una fuerte opción de cara a lo que será el cambio de liderazgo que se dará en 2027 tras los dos gobiernos de Kicillof. 

Otro de los que no se muestra es Mario Ishii, el jefe comunal de José C. Paz, que no suele acudir a las reuniones partidarias pero que desde el entorno del gobernador cuentan como propio. Lo que está claro es que el alcalde se para en la vereda opuesta de La Cámpora y ya tuvo sus problemas al respecto.

Solitarios

También están los que se plantan, claro. Y ya dejaron a la vista sus intenciones. El caso más resonante es el de Fernando Gray que ya avisó que le disputará la presidencia del partido a Máximo debido a que, a su entender, y como ya le dijo a Data Clave, “el principal partido de la oposición no puede ser un simple espectador de la realidad”. Al tiempo que agregó que me apena mucho ver a mi partido en esta situación. Creo que está siendo forzado ideológica y metodológicamente hacia algo que no es”.

Gray volvió a utilizar una metodología que ya le sirvió tiempo atrás: la ironía. El jefe comunal de Esteban Echeverría posteó en redes una foto suya tomando sopa bajo el título de “Otra vez sopa”, en referencia al discurso de CKF en Quilmes. El intendente le había dicho a este medio días atrás que “Cristina fue dos veces presidenta y una vez vice. No se le puede pedir más.

Ya en modo ex, quien no dejó de pasar la oportunidad fue Juanchi Zabaleta, quien también se mostró, a través de un video en redes sociales, sirviendo sopa de una olla en una misma y clara alusión a la del jefe comunal de Esteban Echeverría. Zabaleta es uno de los dirigentes del peronismo bonaerense que más expuso su enfrentamiento con La Cámpora. 

Julio Zamora es otro de los dirigentes que suele no sumarse a ningún grupo interno en pos de construir algo más parecido al vecinalismo. Sobre todo por la fuerte presencia del massismo a nivel local, algo que cambió a partir de lo que fue la victoria del jefe comunal en la PASO contra Malena Galmarini (Frente Renovador).