Peronismo, consenso y liderazgo: ¿puede Alberto Fernández transformarse en el líder del Frente de Todos?
El disparador lo propuso el canciller Santiago Cafiero, cuando en una entrevista dominical planteó que el espacio peronista "necesita un liderazgo consensual, como el del Presidente". Tras una polémica tuitera desatada por el desafío propuesto en las redes por Raúl Timerman, Data Clave consultó a ocho analistas políticos para analizar esta afirmación y los resultados del relevamiento arrojaron conclusiones muy interesantes.
Domingo por la mañana, medialunas, cafe con leche o mates y los diarios desparramados sobre la mesa. El analista político Raúl Timerman -de vacaciones, pero siempre activo- inmediatamente rescató entre el cúmulo de buenos artículos periodísticos, una entrevista de Jorge Fontevecchia al canciller Santiago Cafiero, que se publicó en la edición dominical del bisemanario Perfil.
En el extenso reportaje, el ex jefe de Gabinete y actual ministro de Relaciones Exteriores, se refirió a los motivos que llevaron a constituir la actual coalición de gobierno y habló sobre el futuro del Frente de Todos. En ese contexto, planteo el tema de los líderes del espacio peronista y asumió que "Néstor Kirchner tenía un liderazgo más racional que carismático; mientras que Cristina tuvo uno mucho más carismático". Tras esa caracterización, Cafiero se despachó con una frase que despertó el interés del analista: "Es tiempo de un liderazgo consensual, que es el liderazgo de Alberto, del Presidente", dijo.
Al propio Timerman se le ocurrió la idea de abrir el debate a través de twitter para recoger las opiniones de sus seguidores y, de alguna manera, obtener un muestreo de las miradas que colecta el sondeo de este universo tan heterogéneo, como complejo de encuadrar, ante los dichos de uno de los hombres de mayor confianza del Presidente.
El resultado arrojó resultados interesantes que permitan apreciar los contrapuntos de un espacio tan plural, como polémico. Las cientos de respuestas -muchas de las cuales pertenecen a usuarios con identificaciones difusas, perfectamente compatibles con las de un troll- van desde el político y cientista social Osvaldo Nemirovsci, quien propuso "pensar, tipo siglo 21, que los liderazgos pueden ser de distinto tipo al individual clásico, cuando no alcanza con uno, probá con dos o tres"; hasta una Marisabel Sande, que definió que "el liderazgo no se obtiene con declaraciones mediáticas, sino ejerciendo y convocando al pueblo que es el que va a determinar si sos líder de las aspiraciones que pretende el ciudadano para mejorar su calidad de vida, líder es Cristina, que siempre amplio derechos".
El propio Timerman, desde su refugio estival y tras haber impulsado al autor de este artículo a consultar la opinión de varios de sus colegas especializados en el análisis de la opinión pública y los contextos socio-políticos, explicó el motivo por el cual, a su criterio, es imprescindible debatir el tema de los liderazgos. Al respecto, consultado por Data Clave, afirmó: "a pesar de no ser el 2022 un año electoral, va a tener las características de un año de definiciones muy importantes porque se van a incrementar las tensiones internas en ambas coaliciones -la oficialista y la opositora- en la resolución de sus respectivos liderazgos".
A la hora de ponerle nombre propio al dilema, el autor intelectual de los jugosos Pica-Pica de C5N, no se arrugó. "No se si Alberto tiene las características para liderar el espacio del peronismo, o si Mauricio Macri o Patricia Bullrich u Horacio Rodríguez Larreta son los que reunen las condiciones para encarnar los intereses de Juntos por el Cambio. Pero al cabo de este año que comienza, ambos espacios deberán definirlo, de cara al 2023 en donde se realizarán las elecciones presidenciales", concluyó.
¿Qué opinan los que ayudan a formar opinión?
Para el director del Programa de Estudios de Opinión Pública de la Universidad Nacional de La Matanza Raúl Aragón "antes que definir un nuevo liderazgo, el peronismo necesita redefinirse a sí mismo. La Comunidad Organizada, texto fundacional del Peronismo, data de 1949. El país, la sociedad y el mundo ha cambiado drásticamente desde entonces", le dijo a Data Clave.
"El peronismo necesita un upgrade acorde a las condiciones de época actual, pero también rescatar sus conceptos fundacionales. Por ejemplo volver a la premisa de que su Sujeto Político es el trabajador y no el planero" y puntualizó que "entre las cosas que necesita redefinir, antes que un nuevo liderazgo, es el modo en que define sus liderazgos, sus candidatos y sus referentes".
Para culminar, Aragón opinó que "Alberto Fernández tal vez sea el líder que surja de un proceso en el que el peronismo vuelva a ser peronismo. Pero primero es necesario que esta fueza política se discuta a si mismo, su modo de ser y a su modo de hacer. De lo contrario no surgirán líderes, solo habrá candidatos”.
Desde otra perspectiva, el politólogo Gustavo Marangoni consideró que es "evidente" que el peronismo “necesita un liderazgo" . Pero también es obvio que "hasta aquí no se ha podido materializar". En lo que refiere al partido, "Alberto Fernández lo preside pero su funcionamiento no cubre siquiera las formalidades mínimas. Y más allá de las estructuras, el peronismo como variedad de expresiones provinciales, municipales y sociales no ha alcanzado una síntesis". En ese contexto "la declaración del canciller puede ser leída en términos aspiracionales, no vigentes y efectivos. Para materializarse el presidente debiera expresar la ambición y sus propósitos con más claridad. Hasta aquí su rol es de mediador no de líder. El líder realiza mediaciones pero el mediador no necesariamente lidera".
Carismáticos versus consensuales
"La caracterización realizada por Cafiero sobre los liderazgos como carismáticos –el de Cristina- o consensuales –el de Alberto- de alguna manera está revelando, en la divergencia de estilos, la tensión por su ejercicio. Tensión irresuelta", le dijo a este portal la directora de Trespuntozero Shilla Vilker. "En una escena política tan antitética como la que venimos atravesando, la promesa de un liderazgo de síntesis, como la que proponía Alberto en su campaña de 2019, sigue intacta. Esto significa que el diálogo y cierta transversalidad continúan siendo demandas sociales. Hasta el momento, los intentos del presidente por encontrar el camino de la síntesis han caído en el zigzag, leído por algunos como tibieza, por otros como contradicción y para otros, lisa y llanamente, como incapacidad de liderar", agregó la analista.
"Pero los liderazgos requieren tiempo para desplegarse. Y es posible que en el tiempo que viene Alberto se consolide como un líder de consenso, al menos para las distintas comarcas que tiene el peronismo. El elemento más importante para considerar esta especulación es la dificultad que tiene el peronismo para encarar un proceso de renovación", completó Vilker.
Y concluyó afirmando que "Cristina no ha logrado gestar un heredero por fuera de sus propias necesidades; el peronismo de provincias no termina de dar a luz una figura con proyección nacional, Sergio Massa tiene casi todos los elementos para perfilarse como líder si no fuese por sus límites en la opinión pública. Ante esta escena, dentro del oficialismo, la mejor imagen la tiene el presidente. Si podrá convertir ese capital en liderazgo es aún una incógnita".
También ante la requisitoria de este medio, el encuestador mendocino Elbio Rodríguez sostuvo que "cualquier partido puede generar conductores, liderazgos temporales, en un determinado contexto y en la superación de las dificultades que el mismo plantea". Pero, a criterio del analista, hay "tres elementos que son insustituibles para el reconocimiento de un conductor: la lectura que hace de la realidad, la transformación propuesta y que actores son visibilizados como motores de ese proceso de transformación".
"Con la pandemia fuera de nuestras fronteras como amenaza la lectura simplificada de la realidad en salud o economía y la visibilización de actores en la lucha por venir, (Kicillof – Rodríguez Larreta fundamentalmente) fue importante en la construcción de una imagen del presidente", afirmó Rodríguez. Y completó diciendo: "sostener la misma simplificación con la pandemia dentro del país, mostró la insuficiencia de esa lectura de la realidad, la inexistencia de una salida transformadora y la reducción a sí mismo como motor del proceso".
El "ser" peronista y el gen de liderazgo
El encuestador Carlos Graziano opinó que "el peronista ve en Alberto a un dirigente sin territorio, aferrado a su núcleo íntimo, sosteniendo personas por sobre su eficiencia, queriendo generar una corriente propia y no siguiendo la dinámica de una ideología que tiene como único fin, la transformación del Estado al servicio del pueblo. Definitivamente para el peronista de a pie, Fernández no representa el peronismo auténtico de Perón y Evita, aunque lo apoyan en defensa propia, ya que saben que enfrente está el modelo de la meritocracia desigual".
Para el consultor Sergio Berenzstein "los frentes no necesitan un solo líder, sino múltiples liderazgos. En todo caso, son diferentes visiones, ideas, concepciones que tienen los distintos grupos que componen ese espacio. Yo no creo ni que sea necesario, ni que sea positivo tener un solo liderazgo, es mucho más democrático que las referencias de un mismo espacio interactúen, intentando representar las demandas de la sociedad".
Desde esa perspectiva, el Frente de Todos "no puede pretender que haya un solo dirigente que represente a las diferentes miradas que coexisten en la coalición, eso no puede salir bien". Por último, Berenzstein se preguntó "a cuál Alberto Fernández se refiere Cafiero cuando propone que asuma un liderazgo. Alberto es lo más parecido a Zelig que hemos tenido en la política argentina. Alguno de todos ellos, podría asumir como uno de los liderazgos que necesita el peronismo, pero no este, que se sigue contradiciendo con sus propias afirmaciones".
Liderazgos resolutivos, con votos y con caja
Pablo Cano es abogado y analista político. Actualmente dirige el Instituto Federal de Estudios Parlamentarios del Honorable Senado de la Nación y es subsecretario de empleo. Desde su óptica, el liderazgo en el peronismo, reúne tres condiciones: "la jefatura de los votos, la jefatura de la política y la jefatura de la caja. La de los votos la ejerce quien mayor cantidad de apoyo obtenga en una elección. La de la política, es entendida como aquel que puede ser vértice de una construcción, alguien con el cual todos quieren hablar porque entienden que por él o ella pasan las definiciones centrales del proyecto. Y la de la caja, entendida no como los negocios espurios, sino como aquella persona que desde el poder político, arbitra los grandes negocios de un país, define una infraestructura, pauta los proyectos de desarrollo, es ese alguien con el cual las fuerzas vivas, los empresarios, el campo quiere hablar para definir sus intereses".
Para Cano "esa triple jefatura de votos, política y caja el peronismo no la tiene desde la muerte de Néstor Kirchner. Alberto hoy no califica en ninguna de las tres, aunque en 2023, si hace las cosas más o menos bien, pueda ser quien mayor caudal de votos acumule. La verdadera tragedia del peronismo es que precisa de esa triple jefatura y cuando uno mira para atrás, solamente Carlos Menem y Néstor pudieron cubrir esos casilleros, después de la muerte de Perón. Sin menospreciar la enorme trascendencia de la figura de Cristina, ha sido jefa de los votos, pero no lo ha sido de la política porque a pesar de la gran cantidad de gente que la apoyó, no pudo contener a un sector del peronismo que se abrió del Frente para la Victoria ya en 2011, cuando obtuvo el 54 %. Y jamás ha tenido vocación de ejercer la jefatura de la caja, una de las grandes falencias del kirchnerismo tras la muerte de Néstor, un verdadero cavador de tuneles que conectaban a la política con el círculo rojo".
El referente de la consultora Synopsis Lucas Romero cerró la ronda de consultas de Data Clave a propósito de los liderazgos en el peronismo. Al respecto opinó que "el peronismo -y al ser gobierno, de algún modo también el país- necesita un liderazgo, que en términos operacionales, tenga la capacidad de ser la última instancia resolutiva a la hora de tomar decisiones, porque la Argentina está atravesando un proceso de crisis muy profunda que requiere que ese proceso esté centralizado en la instancia que tiene esa capacidad. Y eso no está pasando".
Para Romero, "Alberto no ha logrado imponer su idea de gobierno por sobre la mirada de Cristina y eso es un demérito para su liderazgo. Es más importante lo operativo que lo axiológico. Este proceso requiere de alguien que conduzca y eso, con este formato frentista, no ha aparecido aún".