El gobierno de Javier Milei salió este lunes a desmentir los rumores que indicaban que el veto a la nueva fórmula jubilatoria aprobada por el Congreso podría ser parcial. En una clara señal de firmeza, el vocero presidencial, Manuel Adorni, aseguró en conferencia de prensa que la decisión del presidente es definitiva: el veto será total y no habrá lugar para negociaciones.

"El presidente lo dijo: el veto va a ser total. No hay ningún tipo de negociación con respecto a absolutamente nada. La decisión del presidente está tomada", afirmó Adorni y subrayó que el Gobierno tiene un plazo de diez días hábiles para formalizar la medida. "No sé si va a estar esta semana o no, veremos cómo avanza administrativamente y en el proceso burocrático la decisión del presidente", añadió.

La ley en cuestión, sancionada la semana pasada por el Senado, establece una actualización mensual de las jubilaciones basada en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), además de una recomposición adicional del 8,1% para compensar la inflación de enero. Sin embargo, el presidente Milei considera que esta fórmula es insostenible y que su aplicación generaría un impacto negativo en las cuentas públicas, poniendo en riesgo el programa económico que su gobierno intenta llevar adelante.

En su discurso del viernes en la Bolsa de Comercio de Rosario, Milei dejó en claro su postura al respecto, criticando duramente a los senadores que aprobaron la reforma jubilatoria. "Hace dos meses dije que si los degenerados fiscales que están en el Congreso quieren romperme el programa económico, lo voy a vetar. Y ayer (por el jueves) los degenerados fiscales votaron un disparate que implica 62% del PBI de toma de deuda. La medida cuesta 370 mil millones de dólares, arruinándole la vida a nuestras generaciones futuras", expresó con contundencia.

El presidente también insistió en que su palabra es innegociable: "Hago lo que digo siempre. Mi palabra no se negocia. No voy a dejarle pasar ni un milímetro a los degenerados fiscales que quieren arruinar el país por tener beneficios para la casta política", agregó.

En las últimas horas, circulaban versiones que indicaban que el Gobierno podría estar considerando un veto parcial, en un intento por evitar que el conflicto político escalara aún más. La posibilidad de un veto parcial buscaba minimizar el riesgo de que el Congreso, con una mayoría de dos tercios, pudiera ratificar la ley a pesar del veto presidencial, un escenario que desencadenaría una crisis institucional sin precedentes.

No obstante, la confirmación de un veto total por parte del Gobierno pone en jaque cualquier intento de conciliación con la oposición. Según la Constitución Nacional, si el presidente veta una ley, el Congreso puede insistir en su promulgación, pero solo si logra reunir una mayoría especial de dos tercios en ambas cámaras. Si esto ocurriera, la ley sería promulgada automáticamente, sin necesidad de la aprobación presidencial, un escenario altamente improbable dada la fragmentación actual del Poder Legislativo.

El veto presidencial es una herramienta constitucional que permite al Ejecutivo frenar la promulgación de una ley que considera perjudicial o inconstitucional. En este caso, la decisión de Milei de vetar completamente la nueva fórmula jubilatoria refleja su compromiso con mantener el equilibrio fiscal y evitar medidas que, según su gobierno, pondrían en peligro la estabilidad económica del país.

Este panorama abre un nuevo capítulo de tensión entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo. En ese sentido, la oposición ya anticipó que intentará reunir los votos necesarios para revertir el veto: dependerá principalmente de la postura que adopte el bloque del PRO, ya que deben lograrse los dos tercios en ambas cámaras.