Gobierno "desinvitó" a sindicalistas y empresarios a la reunión para explicar su estrategia con el FMI
La reacción de Juntos por el Cambio -que calificó la convocatoria de "acto político"- y el enojo de la bancada oficialista por el cambio de estrategia de Martín Guzmán, llevaron a Alberto Fernández a modificar una vez más su plan en la búsqueda de consensos. Por eso, este miércoles el ministro de Economía sólo informará a los gobernadores y en días siguientes mantendrá distintos encuentros con empresarios, sindicalistas y los jefes de todos los bloques de Diputados y el Senado.
Todo comenzó la semana pasada con una convocatoria del ministro de Economía Martín Guzmán a gobernadores y gobernadoras a fin de informarles sobre los avances de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, El objetivo era claro: además de brindar datos para que los mandatarios comprendan la importancia del acuerdo, iba a haber una foto de alto impacto con todos los representantes de las provincias "avalando" las gestiones del gobierno nacional.
Hasta allí todo parecía discurrir con cierta normalidad. Pero durante el fin de semana, a algún funcionario se le ocurrió que era buena idea "ampliar" la invitación al encuentro de este martes a las 17 en el Museo del Bicentenario a otros sectores como empresarios y sindicalistas e instrumentar la transmisión en vivo de la reunión, con presencia de periodistas, en busca de mostrar total transparencia.
La intención no era mala en pos de lograr una imagen más contundente de la respuesta institucional de la Argentina ante el complicado escenario de su deuda. Sin embargo, como suele ocurrir con algunas acciones de este gobierno, los desacuerdos internos y el mal manejo en la toma de decisiones, provocó un cortocircuito que hizo fracasar el intento.
Este lunes, en un off con periodistas acreditados en el Palacio de Hacienda, Guzmán comunicó la idea que ya había comenzado a correr como reguero de pólvora entre los pasillos del poder. Y la reacción estuvo muy lejos de lo esperado por el oficialismo. Por la tarde, la mesa de los gobernadores de Juntos por el Cambio decidió no asistir, pero se comprometieron a "estar la semana que viene cuando el ministro vaya al Congreso”, advirtieron una vez terminada la reunión. El "detalle" que faltaba es que nadie en la conducción de la bancada oficialista había sido advertida de esta presencia imprevista.
Muy enojados, desde el bloque del Frente de Todos hicieron llegar un mensaje intimidatorio: “Si Guzmán quiere venir la semana que viene, que venga, pero en el Congreso no hay actividad hasta el 19 de enero”. En la bancada oficialista creen que Guzmán intentó tapar el error por la fallida reunión con gobernadores convocando a una segunda reunión que incluya al Congreso. El nexo opositor entre el gobierno y la oposición, fue el jujeño Gerardo Morales.
En el comunicado, JxC señala que "se ponen a disposición del Poder Ejecutivo nacional para colaborar en la búsqueda de acuerdos de largo plazo" pero aseguran que "así como está planteada la reunión informativa a la que fueron convocados se asemeja a una reunión política mas que a una reunión institucional de trabajo".
"Es por ello que los gobernadores de Juntos por el Cambio plantean que es en el Congreso Nacional donde debiera darse este debate, por lo que manifiestan al ministro Guzmán su voluntad de llevar a cabo una reunión especifica en dicho ámbito junto a los jefes de los bloques parlamentarios de Juntos por el Cambio, para así interiorizarse de los detalles de las negociaciones, tan pronto como el ministro lo disponga", concluyeron.
Retroceder en chancletas
Durante toda la tarde, desde Economía trataron de comunicarse con el siempre negociador titular de la Cámara de Diputados Sergio Massa para intentar destrabar el intríngulis generado por el cambio de estrategia. Finalmente, con el rancho incendiado, en la calurosa noche del lunes el ministro tuvo que retroceder en chancletas -con lo dificultoso que siempre resulta- y anunciar que finalmente, el encuentro de este miércoles será para mandatarios provinciales y que el resto de los actores sociales, políticos y económicos serán convocados con posterioridad.
"Ante la negativa de algunos gobernadores de la oposición a acudir a una convocatoria y reunión institucional del Gobierno nacional para sentarse en una misma mesa junto a empresarios y sindicatos, para conocer y discutir acerca del estado de situación de las negociaciones de la República de Argentina con el FMI para renegociar una deuda contraída por el Gobierno de juntos por el Cambio en 2018, se ha decidido: que la convocatoria a la reunión del día miércoles se circunscriba solamente a las y los gobernadores de todas las provincias de Argentina (24); en una fecha posterior, se convocará a otra reunión a empresarias, empresarios y sindicatos", comunicaron desde la Casa Rosada.
A través de un texto distribuido entre los periodistas, bajo el título "Información en off, de fuentes oficiales" (¿un comunicado en off?), se explicó que la intención del Gobierno es explicar la situación a todos los actores de la sociedad "porque la deuda no es de un Gobierno. Las consecuencias son sobre el pueblo y la Argentina toda; la negociación con el FMI es una negociación geopolítica, es decir de un Estado Nación con más de 190 estados nación; una negociación de tales características se realiza desde una posición de mayor fortaleza para la República cuando se busca construir apoyos internos amplios".
El gobierno claramente quiso evidenciar su vocación de diálogo, intención ponderada por muchos sectores opositores y criticada por varios integrantes del oficialismo. Pero, una vez más, las formas desprolijas y las desinteligencias internas hicieron fracasar el intento por consolidar esa imagen de unidad tan necesaria para encarar este último tramo de la negociación con el organismo crediticio internacional.
Hasta anoche, los cuatro mandatarios que responden a Juntos por el Cambio -el porteño Horacio Rodríguez Larreta, el jujeño Gerardo Morales, el correntino Gustavo Valdés y el mendocino Rodolfo Suárez- no habían comunicado aún si modificaban su decisión política de no asistir.