El peronismo bonaerense avanza firme rumbo a una zona de conflicto que no deja margen para la retirada. La escalada armamentista alcanzó un punto de no retorno y desde ambos bandos están decididos a ir por todo en pos de ganar una batalla que podría generar un quiebre interno. 

La visita del jefe comunal de Avellaneda, Jorge Ferraresi, a Quilmes y la posterior reacción virtual de su par, Mayra Mendoza, con críticas incluidas al gobernador Axel Kicillof, es solo una muestra de lo que será una guerra que podría extenderse, de mínima por tres años más.

Los motivos son claros. Ambos tienen objetivos similares: reemplazar al mandatario provincial en 2027. Una carrera política que, ambos saben, tendrá su primera medición en el armado de listas del 2025, cuando sendos dirigentes disputarán a través de delfines propios la representación de la tercera sección electoral que el año próximo pondrá en disputa 18 diputados provinciales.

Con el campo de batalla abierto, tanto Ferraresi como Mendoza representan de manera territorial dos de los bandos enfrentados hacia adentro del PJ. El intendente de Avellaneda es el principal promotor de la campaña que busca poner a Kicillof como candidato a presidente en 2027 y su par de Quilmes quien funciona como el brazo armado del titular del PJ bonaerense y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner.

Visitas incómodas

Ferraresi tiene en claro cómo quiere jugar. Y ante cada movimiento consigue una devolución. El quiebre de la bancada de Unión por la Patria en el HCD de Lanús, otro distrito de La Cámpora, a fines de diciembre de 2023 fue su primera acción. El jefe comunal le pidió a su edil Belén Barrueco armar un monobloque. Y desde el PJ local emitieron un comunicado en el que llamaron "a la reflexión al compañero Jorge Ferraresi para hacer un aporte a la unidad que nuestro Pueblo necesita y deponer las divisiones que tanto daño nos han hecho en nuestra Ciudad”. 

Pero nada cambió. El intendente de Avellaneda profundizo las diferencias y comenzó una serie de desembarcos políticos en Lanús y Quilmes con el fin de dejar en claro sus intenciones. Además, expandió estas visitas a distritos donde manda el Frente Renovador, como San Fernando, y generó la reacción directa de los massistas.

Incluso Ferraresi se llevó un un insulto de parte de Mendoza frente al gobernador. “Sos un cagón”, fueron las palabras elegidas por la jefa comunal ante su par durante la firma de contratos de leasing con el Banco Provincia para financiar la compra de bienes de capital en 10 municipios en junio pasado.

Mendoza no se quedó atrás y fue por más. Y en alianza con el jefe comunal de Lanús, Julián Álvarez, unieron armas para salir a dar la pelea y realizaron una presentación ante la Justicia con el objetivo de que se verifique los asientos contables y se proporcione información sobre la actividad de las empresas, mercaderías, tasas y vehículos, entre otras cosas; y un perito informático que extraiga datos del sistema de las empresas y del Consorcio, incluyendo detalles de carga, descarga, distribución, control logístico, y rastreo satelital de vehículos.

¿El fin real? Jaquear una caja estratégica para Ferraresi y provocar que replantear las condiciones establecidas para que Lanús y Quilmes puedan recibir parte de la tajada como devolución como parte del daño que se realiza en las calles de los distritos por el paso de camiones de carga. 

Los dos desembarcos de Cristina Fernández en Avellaneda en la previa de lo que fue su confirmación como presidenta del PJ nacional tampoco fueron casualidad. El senador bonaerense camporista, Emmanuel González Santalla, se cargó al hombro el seguimiento de la exprimera mandataria. El legislador es el principal competidor interno que tiene Ferraresi en su distrito.

Justamente a partir del cruce de este martes entre Mayra y Ferraresi, González Santalla tomó un pedido de unidad que se hizo desde un programa de Radio 10 para dar su visión al respecto. “Ninguna de las visitas de Cristina a nuestra querida Avellaneda fue para hablar sobre los problemas de gestión municipal que existen en nuestros barrios, algo que tranquilamente podría hacerse ya que, como vos sabrás, no existe la gestión perfecta y también en Avellaneda aún hay muchísimas situaciones por resolver”. 

Y agregó que “Ferraresi accedió a conducir sin ir a competir en una elección interna (como sí lo hizo Mayra) sino por “el dedo” de Baldomero Álvarez que lo dejó de interino en 2009, y a partir de ahí le tocaron 6 años con Cristina de Presidenta hasta el 2015. Un contexto que ayudaba al progreso de cada rincón del país, esta suerte no la tuvo la compañera intendenta de Quilmes”.

Puja por la tercera

En 2025, la tercera sección pondrá en juego sus 18 bancas, de las cuales ocho pertenecen a Unión por la Patria. Mendoza tiene una banca en su favor a través de Berenice Latorre, pero Ferraresi no cuenta con ninguna

El 2025 va a ser clave para saber cómo quedamos parados. Pero va a ser muy difícil porque va a ser una pelea feroz. Ya nadie quiere acordar con nadie. Hay mucho recelo y desconfianza”, le dijo a Data Clave una fuente clave en la Cámara baja de la Legislatura bonaerense.

Sin embargo, Kicillof tiene cuatro bancas de aliados: Ricardo Rolleri y Liliana Pintos, por La Matanza; Mariana Larroque, hermana del ministro de Desarrollo para la Comunidad, Andrés Larroque; y Susana González, representante del jefe comunal de Ensenada, Mario Secco.

Hay compañeros que gastan su energía en desgastar a Axel en vez de salir a enfrentar a Milei”, señaló González en las últimas horas. Y agregó: La sociedad juzgará quién estuvo siempre del mismo lado. Pero hay compañeros que parecen haber olvidado lo que significa el compromiso territorial y la lucha por nuestras bases".