La expresidenta Cristina Fernández y el gobernador Ricardo Quintela mantendrán hoy una reunión para ver la posibilidad de acercar posiciones de cara a lo que será la fecha límite para determinar qué pasará en las elecciones del próximo 17 de noviembre: si habrá o no interna peronista. La posibilidad de un acuerdo, incluso, podría poner a un nuevo jugador en cancha. Pero para eso todavía falta. Y las horas próximas horas de este viernes y sábado, serán decisivas.

Con ese marco de fondo, el peronismo organizó diferentes actos a lo largo y ancho del país. Con algunos movimientos que llamaron la atención por diversos motivos. Sin dudas, el encuentro de mayor convocatoria fue el que prepararon para el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, sus ministros más leales, Carlos Bianco y Andrés Larroque, y un grupo de intendentes que viene trabajando para ponerlo al frente de la oposición nacional.

Desde Berisso, Kilómetro 0 del peronismo, el mandatario provincial logró una sólida concurrencia que lo puso en el centro del Día de la Lealtad. Con todas las miradas puestas en la interna peronista, Kicillof eligió separarse de la confrontación hacia adentro. “Nunca me van a ver buscando divisiones, manifestó.

En los últimos días referentes kirchneristas como la senadora nacional, Anabel Fernández Sagasti, su par bonaerense, María Teresa García y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, se habían pronunciado bajo una misma línea: llamado de atención y dolor en relación al no posicionamiento de Kicillof en relación a la interna en pos de CFK.

Durante el acto en Berisso, el gobernador fue más directo: “Los días más felices siempre fueron peronistas, los mejores días siempre fueron con Cristina y los días mejores que se vienen tienen que estar en el futuro. Ese futuro mejor lo vamos a construir inspirados en la gesta rebelde que nació el 17 de octubre, en los ejemplos de Perón, Evita, Néstor y Cristina. Lo vamos a construir con nuestras convicciones que vamos a seguir repitiendo”, sostuvo Axel durante un tramo de alocución.

El gobernador estuvo rodeado por quienes promueven su candidatura para el 2027 como presidente. Así lo dejó en claro el intendente anfitrión, Fabián Cagliardi. “Hoy tenemos un gobernador que se enfrenta a este gobierno neoliberal, y lo digo yo, me hago cargo, va a ser el futuro presidente de los argentinos”. Horas más tarde se sumaron otros como el jefe comunal de Villa Gesell, Gustavo Barrera, quien manifestó que “ya no alcanza con ser escudo: tenemos que ser alternativa y futuro. Axel Presidente”.

Atenta a lo que iba a suceder en Berisso, Cristina Fernández no desaprovechó la oportunidad de bajar a Avellaneda y pisarle el distrito al jefe comunal, Jorge Ferraresi, sin previo aviso. Tal como había hecho días atrás en La Matanza. La expresidenta estuvo por la mañana en la Universidad Nacional de Avellaneda en un contexto de puja entre las casas de altos estudios y el gobierno nacional por la falta de presupuesto educativo.

Esa Universidad fue inaugurada en el 2013, en el último mandato de CFK como presidenta. El contexto nacional no es el mejor, pero a nivel institucional, La Cámpora viene de vencer a una lista referenciada en Ferraresi. De ahí que la acompañaran el director de la casa de estudios, Jorge Calzoni, y el senador bonaerense y principal competidor interno del intendente, Emmanuel González Santalla.

No fue su única actividad de un día movido. La dirigente además se reunió con los senadores Juan Manzur, Wado de Pedro, Sergio Uñac y Antonio José Rodas, en lo que fue interpretado como una serie de conversaciones clave para fortalecer su candidatura en el PJ.

Golpes, llanto y homenaje

Quien también organizó su propio fue el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Pero las cosas no salieron según lo planeado. Sucede que en la previa del inicio del encuentro en la plaza Juan Domingo Perón, se produjeron incidentes entre militantes de las agrupaciones que se encontraban allí para escuchar al dirigente.

Tras lograr bajar la espuma, Moreno habló ante los presentes: “No quieren hacer costos de las tarifas de energía ni de la nafta. Nadie lo hace, el último que lo hizo fui yo. Es una estafa lo que están haciendo”. E hizo un pedido directo para levantar el mercado interno:  "Esta vez le toca a la Sociedad Rural, el esfuerzo no lo pueden hacer ni los trabajadores ni los jubilados"

La Ciudad de Buenos Aires amaneció el jueves con una gran cantidad de carteles distribuidos en puntos claves en los que se podía observar una foto de Evita llorando. La imagen llamó la atención de muchos. Sobre todo por su impacto. El mensaje llegó de la mano del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray.

Como le manifestó a este medio, el jefe comunal está en contra de la posibilidad de un acuerdo entre Cristina y Quintela para cerrar la elección del P y como ya anunció a través de un comunicado que dio a conocer en los últimos días le pidió a la expresidenta que dé un paso al costado y que, además, postergue las elecciones partidarias.

Como es sabido, Gray mantiene un duro enfrentamiento con La Cámpora y es muy crítico de la gestión de Máximo Kirchner como presidente del PJ bonaerense. La imagen de Evita llorando fue la forma que encontró el jefe comunal para exponer la situación que atraviesa hoy el partido. 

Otro de los datos llamativos de la jornada peronista lo protagonizó la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien sorprendió en la tarde del jueves al compartir imágenes de lo que fue un encuentro que mantuvo en Madrid semanas atrás. “Con Isabel Martínez de Perón, primera presidente mujer del mundo y de la Argentina constitucionalmente elegida. Vicepresidente como yo y argentina bien nacida”, manifestó a través de las redes sociales.

Horas más tarde, Villarruel fue por más. Y ayer inauguró el busto de de Isabelita en el Senado. En el mismo lugar de donde meses atrás quitó el del expresidente Néstor Kirchner. "Hoy se termina la proscripción de Isabel Perón, impuesta por los mismos que ahora dirigen el partido político que lleva su mismo apellido y que ha corroído las bases estructurales de nuestra gran nación, desoyendo las ideas que alimentaron la doctrina justicialista, cerró Villarruel.