Por disposición de la Unidad Fiscal de Derechos Humanos del Chaco se dio inicio esta semana a tareas de prospección geofísica en un predio situado frente al cementerio San Francisco Solano de Resistencia para buscar restos de detenidos desaparecidos, de acuerdo a un testimonio aportado por el familiar de un policía condenado por delitos de lesa humanidad. Además, se continúa con las investigaciones sobre cuerpos arrojados en Río Paraná durante la última dictadura militar.  

Los trabajos son realizados por geólogos y peritos criminalista de Gendarmería, en coordinación con personal del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), que desde hace años realiza en esa provincia tareas de búsqueda e identificación de restos de víctimas del terrorismo de Estado.

El testimonio, aportado dos años atrás a la Fiscalía, indicaba que, en ese terreno adyacente a la necrópolis, donde anteriormente había una laguna, se hicieron enterramientos clandestinos entre 1976 y 1977.

Pero ahora, en ese predio, hay un galpón y dos canchas de paddle, por lo que los trabajos de indagación se realizan con un georradar que permite la detección de objetos y elementos óseos en el suelo.

“Todavía falta mucho, pero si se detentan indicios de restos, analizaremos cómo seguimos con el trabajo. Si excavamos y hacemos trincheras para detectar a los restos y después hacer un relevamiento más fino sobre lo que se encuentre”, explicó en declaraciones a Data Clave el antropólogo Juan Nobile, integrante del EAAF.

Estas tareas se suman a trabajos similares ordenados por la Unidad Fiscal, que permitieron la identificación de restos de víctimas de la Masacre de Margarita Belén, los detenidos de las Ligas Agrarias y del Regimiento de la Liguria del Ejército, ubicado en Resistencia.

“La Masacre de Margarita Bélen” fue el fusilamiento de más de 22 presos políticos ejecutados en diciembre de 1976 por efectivos de Ejército y policías, que fraguaron un enfrentamiento cuando eran trasladados a Formosa.

La hipótesis que maneja la fiscalía es que los restos que podría estar enterrados en ese predio cercano al cementerio de San Francisco Solano.    

También se desarrollaron indagaciones como estas en Puerto Tirol, la isla Soto (el Río Paraná) y en la localidad de Empedrado, en la vecina Corrientes.

“En base a testimonios de vecinos y pescadores que habían visto cuerpos flotando sobre el Paraná, ordenamos trabajos de identificaciones en el cementerio de Empedrado, donde eran enterrados después de que los sacaran del agua. Eran tirados desde río arriba por barcazas del Ejército”, señaló en declaraciones a este medio el fiscal Diego Vigay.

La Fiscalía requiere así información sobre restos que hayan sido hallados en el Paraná entre 1975 y 1980, y que hayan sido enterrados en cementerios de las localidades de Corrientes, Chaco, Santa Fe e incluso en Entre Ríos.          

Asimismo, siguen las búsquedas de las víctimas de Margarita Belén y de las personas que fueron detenidas en la Brigada de Investigaciones de la Policía del Chaco.

En tanto, el EAAF y el colectivo de Arqueología, Memoria e Identidad de Tucumán (CAMIT) vienen desarrollando con el auspicio del Ministerio Público Fiscal trabajos de búsqueda como excavaciones con trincheras, georradar y exhumaciones en el cementerio de San Francisco Solano desde 2007. Con estos trabajos se lograron ya ocho identificaciones en el Chaco, según se indica en el Registro Único de la Verdad.

Además, el EAAF realizó un trabajo vital para identificar los restos de las víctimas de la Masacre de Napalpí, ocurrida en 1924 durante el gobierno de Marcelo T. Alvear y que la justicia investigó como delito de lesa humanidad.