El último gran apagón afectó el pasado 5 de marzo a más de 600 mil usuarios y generó múltiples complicaciones en el Área Metropolitana de Buenos Aires, desde líneas de subte sin funcionar, caos vehicular y todo tipo de perdidas para los comercios. En ese momento, la empresa Edesur explicó que había existido una falla en una línea de alta tensión y que estaban averiguando lo que había sucedido.

Tres semanas después, la proveedora de energía eléctrica presentó una denuncia penal ante la justicia federal de Quilmes donde planteó que existió sabotaje el día del corte masivo. La calificación que escogieron para describir el presunto hecho delictivo es la de "entorpecimiento del servicio público".

“Se pudo identificar que ambas alteraciones en la red fueron generadas por factores externos, no relacionados con eventos climáticos como rayos, vientos o el roce de ramas de árboles, ya que la zona se encuentra libre de vegetación en altura. Se encontraron vestigios de que se arrojaron objetos intencionalmente sobre la red para hacer actuar la protección, la que operó en forma correcta, sacando los cables de servicio, sostuvieron desde la empresa en el comunicado donde dieron a conocer la denuncia penal.

“La falla tampoco se produjo por sobrecarga de demanda, ya que al momento del evento se encontraba funcionando a aproximadamente el 30% de su poder de carga, por lo que no estaban exigidas. En una línea se encontró una tanza y boya de pesca colgando, que habrían sido utilizados para que algún elemento conductor sea elevado para generar corto en la red”, aseguraron.

Por todo eso, en la denuncia pidieron que, una vez que el caso llegue a la fiscalía federal, se soliciten las cámaras de seguridad cercanas a los lugares donde se identificaron los cortes, además de un posible peritaje del cruce de antenas telefónicas para identificar a los presuntos responsables.