Bullrich potencia su cercanía a Milei, se aleja del PRO y usa el ministerio para capitalizar su figura
La derogación del programa sanitario para cárceles expone cómo la ministra de Seguridad ha abrazado políticas que antes cuestionaba. Su acercamiento a Javier Milei marcó un cambio de rumbo que divide opiniones en el PRO y refuerza su rol en el oficialismo libertario.
La reciente derogación del “Programa de Salud en Contextos de Encierro” no solo marca un giro en las políticas penitenciarias, sino que también evidencia el complejo vínculo entre Patricia Bullrich y las figuras tradicionales del PRO, tras su alineamiento con el gobierno de Javier Milei.
El programa, implementado en 2012, buscaba mejorar las condiciones sanitarias de personas privadas de libertad a través de la articulación entre el Estado Nacional y las provincias. Sin embargo, el Ministerio de Salud lo desmanteló bajo el argumento de que “carecía de operatividad” y que no existían indicadores que justificaran su continuidad. La resolución 2/2025, publicada en el Boletín Oficial, señala que “no se celebraron convenios con las provincias ni se implementaron informes de gestión”.
Bullrich, que durante su paso por el PRO se había posicionado como defensora de la articulación entre Nación y provincias en cuestiones de seguridad y derechos, ahora respalda medidas que avanzan en sentido contrario. Esta postura reaviva tensiones con figuras como Mauricio Macri dejando en evidencia la distancia entre los lideres amarillos.
La eliminación del programa también expuso las grietas en la coalición opositora. Mientras que sectores más cercanos al ala dura, como Cristian Ritondo, mantienen un discurso más conciliador hacia Bullrich, otros referentes del PRO critican su acercamiento al oficialismo. La dirigente ha sido acusada de abandonar principios fundamentales del espacio en favor de una agenda que prioriza ajustes y reducciones presupuestarias.
Desde organismos de derechos humanos alertaron sobre las posibles consecuencias de esta derogación. Señalan que, pese a las falencias operativas mencionadas, el programa representaba un marco para garantizar derechos básicos en contextos de encierro, especialmente en provincias con sistemas penitenciarios precarios.
En paralelo, Bullrich continúa consolidando su rol dentro del oficialismo libertario. Su defensa de medidas como la eliminación del programa sanitario refleja una estrategia para fortalecer su influencia en el gobierno de Milei, aunque a costa de profundizar su distanciamiento con sectores tradicionales del PRO.
Este escenario plantea interrogantes sobre el futuro de la coalición opositora. Con un PRO fragmentado y Bullrich afianzada en su nuevo rol, el impacto de estas decisiones no solo afecta el ámbito político, sino también la vida de miles de personas en contextos vulnerables.
Según datos recientes del Ministerio de Justicia, el sistema penitenciario argentino enfrenta problemas estructurales que podrían agravarse ante la falta de políticas sanitarias integrales. Este contexto será clave para evaluar los efectos de la derogación y el futuro de las alianzas políticas en el país.