Agustín Rombolá: "Peronismo y radicalismo tienen ideas que no son ni mejores ni peores, son diferentes"
El presidente de la Juventud Radical de la Ciudad de Buenos Aires brindó una entrevista a Data Clave para hablar sobre la coyuntura. En los últimos días se dio un encuentro entre radicales y peronistas que salteó la grieta. "Argentina está llegando a un punto en el que ni siquiera se permite discrepar con el otro", planteó. La solidaridad con el adversario por el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner y el debate pensando en 2023.
En los últimos días se dio una curiosa foto que llamó la atención en el mundo político. En el medio de la grieta y las diferencias interpartidarias, las juventudes del radicalismo y el peronismo de la Ciudad de Buenos Aires tuvieron una reunión para rechazar la violencia política y proponer acciones que contribuyan con el fortalecimiento de la democracia.
Como contó este medio, fue un encuentro entre jóvenes dirigentes porteños que en primera medida rechazaron el intento de magnicidio contra Cristina Kirchner y repudiaron la violencia política como instrumento de transformación.
"Enorgullecernos de nuestras diferencias políticas y poder seguir pensando un país juntos fue el verdadero triunfo del encuentro”, dijo Agustín Rombolá, presidente de la JR porteña tras el encuentro.
En ese marco, Data Clave tuvo una extensa entrevista con el titular de la Juventud Radical de la Ciudad y rescató los puntos de acuerdo con el peronismo. También habló de las elecciones pensando en 2023 y resaltó la renovación que tuvo su espacio con la irrupción de UCR-Evolución con el senador Martín Lousteau como principal dirigente.
Data Clave: ¿De qué se trató el encuentro que compartieron entre las juventudes del radicalismo y el peronismo en la Ciudad de Buenos Aires
Agustín Rombolá: Después del atentado contra Cristina nos pusimos en contacto solidarizándonos. Entendemos que la violencia política está llegando a un punto que puede ser de no retorno. No es lo que queremos y lo que nos representa y un primer paso para cambiar esto es juntándonos y hablando entre nosotros, por lo menos para ver qué piensa cada uno. Lamentablemente Argentina está llegando a un punto en el que ni siquiera se permite discrepar con el otro.
DC: ¿Qué rescataste de este encuentro?
AR: Me pareció un encuentro buenísimo. La reunión tuvo dos ejes: primero estuvo sobre la mesa la discusión desde la perspectiva histórica, donde debatimos las consecuencias de la violencia política y cómo logramos reconstruir el sistema democrático; el segundo fue sobre agenda de presente y de futuro y los puntos de acuerdos que podemos tener entre radicales y peronistas. Lo que pudimos concluir es que ambos espacios tenemos puntos en común, sobretodo en la agencia generacional, como políticas de drogas, medioambiente, género y defensa de las diversidades. Pero también tuvimos muchos puntos de desencuentro, y eso es lo más importante para destacar. Hay cosas que nos diferenciaron, pero que estuvo bien que eso pasara, porque las diferencias son las que nos constituyen como identidades. Y más allá que en las diferencias no pudimos establecer un tipo de acuerdo, las trascendimos y pudimos seguir pensando el país juntos. Esa fue la ganancia de la reunión.
DC: ¿Qué diferencias los alejan para conformar una coalición o tener una agenda conjunta?
AR: Las diferencias son las programáticas con lo que tiene que ver con la forma de llevar el Estado en temas macroeconómicos. Uno de los temas que debatimos, por ejemplo, fue el endeudamiento. Ellos tuvieron reparos con los últimos períodos de deuda. Nosotros, en nuestra visión, entendemos que el endeudamiento maximizado de los últimos tiempos no los excluye a ellos y que no tiene que ver con un partido político. Fue un error de todos los espacios. En mi opinión, que la plantee en el encuentro, fue que el endeudamiento por sí mismo no significa nada. Los países más desarrollados del mundo tienen niveles altos de deuda. Lo importante es endeudarse para qué y cuál es el programa económico. La conclusión, a grandes rasgos, es que tanto el peronismo como el radicalismo tienen ideas propias que no son mejores ni peores, sino diferentes. Y dentro de esas diferencias, todas tienen un objetivo común: fortalecer la democracia, descartar la violencia política y tener un mejor país para todos.
DC: ¿Recibieron alguna crítica dentro de Juntos por el Cambio por este encuentro? Sobretodo teniendo en cuenta que estamos en tiempos de campaña y donde el 2023 está muy latente. ¿Le conviene al radicalismo mostrarse con el peronismo en esta etapa, donde son Gobierno y los números que muestran no son alentadores?
AR: El radicalismo tiene su propia identidad y la vocación de diálogo es lo que nos representa. En la Ciudad de Buenos Aires, nuestro espacio de juventud pasó de tener el 3% a contar con 4.000 militantes y haber obtenido 30.000 votos en la última interna del 2021. Vamos también a tener candidatos competitivos en todos los distritos. La influencia electoral por este encuentro es nula.
DC: Una foto de peronistas y radicales juntos son el pretexto que usan algunos sectores de derecha para decir "son lo mismo". El de Javier Milei, por ejemplo.
AR: Entendemos que las fallas constantes de los gobierno son la causa del crecimiento de estos movimientos de derecha. Vos me hablas de Milei, yo a ese espacio lo considero como la materialización de la frustración de la gente con la política en general. Por eso nosotros hablamos mucho de otra forma de hacer política. Yo no creo que la gente no quiera que haya política, sino que lo que busca es una mejor política, bien hecha, bien realizada. La juventud radical, el peronismo y las juventudes de otros espacios también creen que las soluciones son hablando, discutiendo ideas y estableciendo desacuerdos y trabajar en conjunto para tratar de llegar a puntos en común. Es importante para eso también que empecemos a diferenciar las políticas de Gobierno, propias de las distintas gestiones, con las políticas de Estado, que son las que tienen que estar firme y deben ser las bases de un país. Todos los países desarrollados tienen políticas que se sostienen a lo largo del tiempo, asuma el color político que sea.
DC: ¿La intención es tener más encuentros con el peronismo?
AR: Totalmente. Este primer encuentro fue en una cuestión de urgencia por la violencia política que se está viendo. La idea siempre es seguir ampliando la mesa y los lugares para que estén todos representados y que se puedan escuchar todas las miradas. La misión es que todos se incorporen a la discusión pública que parece que, en muchos casos, nos deja afuera. Ese problema explica el crecimiento de las derechas autoritarias y por qué siete de cada 10 jóvenes se quieren ir del país.
DC: ¿Cómo se lleva la juventud radical con la coalición Juntos por el Cambio? Es decir, en ese sector hay muchas expresiones que están muy inclinadas hacia la derecha. Desde los discursos duros de Patricia Bullrich hasta un Miguel Ángel Pichetto que culpa a los extranjeros por atenderse en hospitales públicos...
AR: Nosotros entendemos que tanto Juntos por el Cambio como el Frente de Todos son dos coaliciones donde confluyen partidos, identidades y visiones muy distintas. A ver, yo no creo que el Gobierno actual sea una coalición de centroizquierda y la oposición de centroderecha. Es una visión que ni siquiera explica los actores que intervienen. ¿A dónde lo pondríamos a (Sergio) Berni o algunos gobernadores del Norte del país? No tienen gestiones de izquierda en absoluto. Y yendo a Juntos por el Cambio, ¿a dónde pondrías en una coalición de centroderecha a Martín Lousteau? En la Ciudad dejamos en claro que nuestra gestión tiene una impronta orientada a la socialdemocracia.
Lo que yo creo es que la diferencia está en un espacio que promueve la República y las instituciones y que también se propone como una opción distinta a lo que fueron los gobiernos del Siglo XXI. El Frente de Todos, al contrario, plantea una continuidad a las políticas que funcionaron en el Siglo XX y que hoy perdieron potencia. Personalmente me siento más alejado de los espacios o dirigentes que mencionas, por una cuestión tanto ideológica como pragmática. Además, esos sectores no tienen tantos espacios de juventud como para discutir. Fuera de eso, creo que tienen que estar adentro y es importante que todos los espacios representen en la mesa a un sector de la sociedad que quiere discutir políticas.
DC: Me da la sensación que hay un grupo de dirigentes de Juntos por el Cambio que se lleva mejor con los sectores considerados "moderados" dentro del Frente de Todos. Incluso, en su último acto, Cristina Kirchner elogió al radicalismo por sobre el PRO cuando recordó que la UCR acompañó con votos la estatización de YPF. ¿Esa sinergia no quedó reflejada en la discusión por el Presupuesto, donde la UCR terminó votando positivamente?
AR: No sé si es una mejor vinculación, sí es cierto que puede haber coincidencias a nivel macro en lo que tiene que ver con el rol del Estado y su intervención en la vida económica y productiva del país. A diferencia de Estados Unidos, no tenemos el "shutdown" que si no aprobamos el Presupuesto, el Estado se paraliza. Aún así, me parece una buena práctica política acompañar las propuestas iniciales del Gobierno de turno que no es ni más ni menos que el espacio político que ganó las elecciones. Con las negociaciones necesarias para representar y los aportes para modificar algunos puntos, es una práctica sana. Por ejemplo, nosotros logramos que haya un aumento en materia de financiamiento para universidades, algo que consideramos necesario para que mejore la educación pública. No debiera haber muchas razones para que un espacio le vote en contra el Presupuesto al otro. En la última votación, si bien nosotros votamos a favor, el PRO dio quórum y se abstuvo, facilitando que se apruebe. Es una señal de acuerdo, porque el año pasado se votó en contra. Esa forma de hacer política desde la negación no colabora, sobretodo un espacio como el nuestro que tenemos vocación de poder, de mayorías y de ganar las elecciones para 2023.
DC: ¿Cómo ven desde la juventud peronista de la Ciudad a Martín Lousteau? Él públicamente se lanza como candidato para jefe de Gobierno, pero en las provincias buscan posicionarlo como candidato a presidente.
AR: Creo que Martín es el político más brillante de su generación. Es el que mejor explica las problemáticas de la Argentina con una claridad muy importante. Es algo que a la gente la despierta y la motiva para el futuro. De ahí creo que se explica por qué se lo ve como un potencial candidato a presidente. Creo que puede ser un gran gestor de cualquier distrito, sea del país o de la Ciudad de Buenos Aires. Veo en las provincias que la gente se ve representada por él y me parece absolutamente natural. Y eso también se refleja en lo que pasa con UCR-Evolución, que está logrando victorias en todas las internas del partido. Hay un radicalismo renovado que tiene mucha fuerza, ímpetu y que va a ser competitivo en todas las provincias. Como militante de la Ciudad, me lo imagino de jefe de Gobierno, militamos para eso. Ahora bien, creo que en este momento Argentina necesita un presidente radical y creo que Martín Lousteau podría serlo tranquilamente.
DC: ¿Por qué hoy es UCR-Evolución y cuál es la diferencia con el radicalismo tradicional?
AR: Programáticamente somos todos radicales y tenemos acuerdos en común. La diferencia clara que muestra Evolución es que nuestro espacio rediscute y relegitima los liderazgos constantemente. Evolución no tiene reparos en salir a testear su legitimidad, que es en las urnas. Por eso promovemos las PASO en todos lados y que haya elecciones internas. Incluso legitima también liderazgos jóvenes del resto de las líneas. Se me ocurre Carolina Losada, por ejemplo. En Santa Fe Evolución tiene un candidato que es Maximiliano Pullaro, que creo que va a ser el próximo gobernador de esa provincia. Pasó lo mismo con Facundo Manes. Lo que hizo Evolución fue renovar el partido y rediscutir liderazgos, que es lo que necesitaba el partido.