Revelan que miembros de la iglesia católica de abusaron sexualmente de casi 5.000 menores
La información surgió del trabajo de la Comisión Independiente que investiga este tipo de delitos. El papa Francisco tiene previsto un viaje a Lisboa en agosto para las jornadas mundiales de la juventud y podría reunirse con las víctimas.
Sacerdotes y otros miembros del clero católico de Portugal abusaron sexualmente de al menos 4.815 menores desde 1950, según una comisión de investigación que anunció este martes sus conclusiones tras escuchar a cientos de víctimas.
"Estos testimonios nos permiten establecer una red de víctimas mucho más amplia, de al menos 4.815", declaró el psiquiatra infantil Pedro Strecht en una rueda de prensa en Lisboa, reportó la agencia de noticias AFP.
En este sentido, los miembros de la comisión de expertos expusieron durante dos horas, de forma cruda y detallada, las conclusiones de 512 testimonios validados junto con sus investigaciones en los archivos de la iglesia y sus entrevistas con sus altos responsables de la jerarquía.
Strecht habló de "auténticas zonas negras", con especial incidencia en las décadas de 1960 a 1990: casi el 25% de los testimonios se refieren a casos desde 1991 hasta la actualidad.
Aproximadamente la mitad de las personas confiaron su difícil situación por primera vez, en algunos casos tras esperar hasta diez años, precisamente en el contacto que mantuvieron con la Comisión.
Los casos denunciados se produjeron principalmente en "seminarios, colegios e instituciones, confesionarios, sacristías y hogares de sacerdotes", incluyendo, más recientemente, campamentos y actividades al aire libre.
No se reveló el número total de abusadores, pero la Comisión reveló que no era elevado y que el 96% eran hombres y el 77% sacerdotes en el momento de los hechos. Predominaron los abusos "continuados" (en el 27% de los casos, los abusos duraron más de un año), que comenzaron, de media, a los 11 años de edad de la víctima.
Las víctimas -el 25,8% se considera católico practicante- dijeron haberse alejado de la Iglesia como institución y de la práctica religiosa, esperando una "disculpa". Se confirmaron siete casos de suicidio entre las víctimas.
"El informe publicado hoy revela una realidad dura y trágica. Creemos sin embargo que el cambio está en marcha", dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), el obispo de Leiria-Fátima, José Ornelas.
"Pedimos perdón a todas las víctimas", añadió, refiriéndose a una "herida abierta que nos (...) avergüenza", tras asistir a la presentación del informe.
El papa Francisco tiene previsto viajar a la capital portuguesa en agosto para las jornadas mundiales de la juventud y podría reunirse con las víctimas, indicó recientemente el arzobispo auxiliar de Lisboa, Américo Aguiar.
La investigación sobre el clero de Portugal fue encargada en 2021 por la iglesia de este país de arraigada tradición católica. En octubre, un equipo de seis expertos, encabezado por Strecht, anunció que había registrado 424 testimonios legítimos de presuntas víctimas pero advirtió que el número total era "mucho mayor".
Los hechos denunciados revelan "situaciones graves que persistieron durante décadas, que se hacen más evidentes cuanto más se retrocede en el tiempo y que, en algunos lugares, adquirieron proporciones verdaderamente endémicas", concluyó el equipo en octubre, durante un primer balance.
La mayoría de los crímenes denunciados prescribieron, pero 25 acusaciones fueron transmitidas a las autoridades judiciales, que abrieron investigaciones.
Uno de esos casos es el de Alexandra, el segundo nombre de una mujer de 43 años que prefiere permanecer en el anonimato y fue violada por un sacerdote cuando se preparaba para la vida de monja a los 17 años. "Es muy difícil hablar del tema en Portugal", un país en el que el 80% de la población se define como católica, explica Alexandra, que ahora es madre, se formó en informática y trabaja como ayudante de cocina.
"Llevaba muchos años guardando este secreto, pero sentía que era cada vez más difícil gestionar eso sola", cuenta durante una entrevista telefónica con la agencia AFP.
Llegó a denunciar a su agresor ante las autoridades eclesiásticas, pero se sintió "ignorada".Tres años más tarde, los expertos de la comisión independiente ofrecieron escucharla y proporcionarle un apoyo psicológico.
En abril, el cardenal-patriarca de Lisboa y máximo prelado de la iglesia portuguesa, Manuel Clemente, se declaró dispuesto a "reconocer los errores del pasado" y a "pedir perdón" a las víctimas. "Que los obispos pidan perdón no significa nada para mí. No sabemos si lo dicen en serio", replicó Alexandra, que dijo sentirse "asqueada" por la iglesia y su encubrimiento de los abusos sexuales.
El papa Francisco, quien viajará a la capital portuguesa en agosto, podría reunirse con las víctimas. Ante los miles de casos que han salido a la luz en todo el mundo y las acusaciones de encubrimiento, el Pontífice prometió en 2019 erradicar los abusos sexuales a menores del clero en el seno de la iglesia.
Varios países publicaron informes sobre estos delitos, entre ellos Francia, Irlanda, Alemania, Australia o Países Bajos.Los obispos portugueses se reunirán a principios de marzo para sacar conclusiones del informe y "erradicar en la medida de lo posible esta lacra de la vida de la Iglesia", declaró en enero el secretario de la conferencia episcopal, el padre Manuel Barbosa.