Un avión privado que provenía de Punta del Este se despistó en el aeropuerto de San Fernando y chocó contra una casa. La aeronave pertenecía a la familia de Jorge Brito, presidente del River y dueño del Banco Macro. Como consecuencia, murieron el piloto y el copiloto, quienes tripulaban un Challenger 300, operado por la empresa New Lines SA. 

Según confirmó la Policía de Seguridad Aeroportuaria, el piloto fue identificado como Martín Fernández Loza, de 45 años. El hombre oriundo de la localidad bonaerense de Muro tenía una amplia experiencia. Trabajó para empresas como Top Air SA, la línea aérea Austral (que hoy forma parte de Aerolíneas Argentinas), Servicios y Emprendimientos Aeronáuticos, Aviaser SA, Jet Clipper y ahora volaba para la firma New Lines SA.

Loza había sido noticia en 1998, según publicó el diario Clarín en 1998, por un hecho de inseguridad. En esa oportunidad, viajaba en el tren Belgrano Norte para asistir a una clase en la Escuela de Aviación en Don Torcuato cuando, durante un intento de robo, fue tirado de la formación en movimiento, lo cual le provocó graves lesiones que lo dejaron en coma durante semanas. A pesar del fatal pronóstico, logró recuperarse y pudo dedicarse a su profesión como piloto. 

El copiloto, en tanto, fue identificado como Agustín Orforte, de 35 años. El joven era empleado de Banco Macro y se presentaba en su perfil de LinkedIn como piloto privado de avión de la Fuerza Aérea Argentina, de vuelos comerciales y con habilitación tipo Challenger 300, como en el que viajaba cuando falleció.

Su domicilio registrado estaba en la ciudad de Posadas, Misiones, pero residía en la zona Oeste del conurbano bonaerense. 

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X de C5N

En diálogo con C5N, el especialista en aeronáutica, Diego Dominelli, explicó que el aeropuerto de San Fernando tiene una pista de 2.000 metros de extensión. Sobre la tragedia, detalló que “la aeronave, cuando se encontró en una situación de que no va a poder frenar, mediante alguna maniobra o desvío por algún desperfecto” esquivó el ILS, que es "una antena de color naranja que tienen todos los aeropuertos… como sistemas de ayuda para los aterrizajes”. 

En ese sentido, el especialista opinó: “Por algún desperfecto o porque ya era una situación en la cual los pilotos no podían frenar, visualizaron que era imposible evitar el impacto y entonces trataron de minimizar los daños del impacto que iba a venir”

Hay dos registros uno que es el Flight Recorder y otro que es el Voice Recorder. El primero graba configuración, velocidad y altura y el otro graba conversaciones. Según analistas consultados por Data Clave, una de las explicaciones puede ser la velocidad y la altura de entrada a la pista lo que se entiende como "aterrizaje largo". Si no se observará falla técnica, a esa velocidad es imposible parar el avió.

Datos del radar, el avión ingresó a pista a 225kts

Según informaron fuentes oficiales, “a las 13.23 se recibió comunicación de la Jefatura de la Unidad Regional de Seguridad Aeroportuaria I del Este de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) donde se dio aviso que una aeronave matrícula LV-GOK durante el aterrizaje siguió de largo y sobrepasó el alambrado perimetral del aeropuerto internacional de San Fernando e impactó contra viviendas vecinas”.

Sobre la investigación, el vocero de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, Julio César Bono, detalló “Estamos analizando qué pasó porque previamente había aterrizado en Río de Janeiro y no hubo ningún problema”. La causa quedó a cargo del Juzgado Federal N° 1 de San Isidro de la jueza Sandra Arroyo Salgado