Con glitter y desfiles, la población LGTBIQ+ celebra el mes del orgullo y reclama más derechos
Este sábado se realizará la marcha del orgullo para visibilizar la diversidad, promover el respeto de todas las identidades y orientaciones sexuales, y pedir por más políticas públicas que beneficien a una población que convive a diario con la discriminación y el olvido estatal. Los derechos ganados y los principales reclamos.
Con las míticas carrozas, glitter y cánticos, la población LGTBIQ+ marchará este sábado, en el marco las celebraciones por el mes del orgullo que se extenderán hasta diciembre en todo el país. Se trata de la marcha número 30 en Argentina y el objetivo es visibilizar la diversidad, el reconocimiento y el respeto de todas las identidades y orientaciones sexuales. También una oportunidad para mostrar lo pendiente.
La cita será en Plaza de Mayo para después marchar hacía el Congreso de la Nación y así marcar la vuelta a las calles luego de la pandemia que obligó a realizar la manifestación de manera virtual.
“Nos volvemos a encontrar para festejar, reclamar, bailar y marchar renovando el compromiso con la lucha que iniciaron aquellas pioneras que un 2 de julio de 1992 vencieron el mandato de la vergüenza por ser lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersex y no binaries y nos convocaron a todes a ser una comunidad y a luchar con el deseo de todas las libertades”, fue el mensaje de la comisión organizadora al anunciar la marcha.
El principal reclamo será el cumplimiento efectivo de la Ley de Cupo e Inclusión Laboral Travesti Trans Diana Sacayan – Lohana Berkins; presupuesto para la aplicación de políticas para esta población, una reparación histórica para que muchas personas puedan acceder a la jubilación y la aplicación de la Educación Sexual Integral con perspectiva LGTBIQ.
También se pedirá por el paradero de Tehuel De la Torre, el joven trans que desapareció cuando salió de su casa para una entrevista de trabajo en la localidad bonaerense de Alejandro Korn.
Como lucha ganada, se reconocerá la Ley de Matrimonio Igualitario (2010); la Ley de Identidad de Género (2012); la derogación de Códigos Contravencionales (2012); la Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para personas Travestis, Transexuales y Transgénero "Diana Sacayán-Lohana -Berkins" (2021); y el reciente Decreto presidencial de reconocimiento del ‘DNI no binario’ (2021 enmarcado en la Ley de Identidad de Género).
A través de la publicación en el Boletín Oficial, el gobierno declaró de interés la marcha y ordenó “arbitrar los medios necesarios a fin de abonar los gastos emergentes” para su realización.
Con la firma de la ministra Elizabeth Gómez Alcorta, el gobierno “tiene un particular y concreto interés en reconocer la importancia material y simbólica que posee la Marcha del Orgullo para el colectivo LGBTI+, como símbolo de su incesante lucha por alcanzar la igualdad de derechos y oportunidades”.
El contexto
A pesar del camino recorrido en materia de derechos adquiridos, donde Argentina figura como uno de los países pioneros en el mundo, en el primer semestre del 2020 se registraron 69 crímenes de odio en donde la orientación sexual, la identidad y/o la expresión de género de todas las víctimas fueron utilizadas como pretexto discriminatorio para la vulneración de derechos y la violencia.
Del total de las personas de la comunidad LGBT víctimas de estos crímenes de
odio, el 78% de los casos corresponden a mujeres trans (travestis, transexuales y
transgéneros); en segundo lugar con el 16% se encuentran los varones gays cis; en tercer lugar con el 4% de los casos le siguen las lesbianas; y por último con el 2%
los varones trans.
La violencia institucional ejercida por las fuerzas de seguridad argentinas y los
servicios penitenciarios afecta a gran cantidad de personas de la comunidad LGBT, particularmente a las mujeres trans. Como resultado de las exclusiones
sistemáticas y del menoscabo de los derechos básicos e inalienables, las mujeres
trans a menudo enfrentan situaciones de pobreza que condiciona las estrategias de
supervivencia disponibles y explica el recurso a la economía informal, el trabajo
sexual o a las actividades al margen de la legalidad.
El odio y la vulneración de derechos se manifiesta materialmente en el desconocimiento de sus identidades auto percibidas -burlas, insultos, descalificaciones-, en detenciones arbitrarias con armado de causas judiciales, en la criminalización del trabajo sexual, en la exigencia de coimas o de servicios sexuales gratuitos, en persecuciones, hostigamientos, tratos vejatorios e inhumanos, violaciones y tortura; tanto en la vía pública, como en comisarías y penales.