Más problemas: no hay agua en el Paraná y caen los embarques de maíz y soja
La menor exportación de granos se adelantó a junio por la falta de agua en el Paraná, lo que complica los embarques
Los barcos no pueden llenar la totalidad de sus bodegas. La bajante del río Paraná, la mayor desde 1970, hace que no puedan navegar con facilidad y completar la carga de soja y maíz en los puertos cercanos a Rosario.
Esto genera un encarecimiento en los fletes, se deben hacer hasta dos y tres viajes en barcazas hasta los buques para poderlos completar, ya que no se pueden acercar a los muelles, pero además, afecta el nivel de actividad de las fábricas aceiteras y el flujo de fondos producto de las exportaciones.
Si bien desde julio/agosto se termina de levantar la cosecha y se reduce la cantidad de envíos, esta falta de caudal comenzó a afectar en junio los despachos de los derivados de soja y de maíz.
Según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, durante junio se embarcaron en los puertos del Gran Rosario un total de 2,49 millones de toneladas de harina/pellets de soja, una caída del 2% respecto de mayo y un 12% menos que en igual mes del año anterior.
Además, esto resultó el volumen más bajo para igual mes desde la campaña 2017/18, signada por la peor sequía de los últimos 50 años.
Cabe destacar no obstante que la molienda de soja entre enero y mayo estuvo considerablemente por encima respecto de igual período del 2020, con 18 millones de toneladas, frente a las 15,5 millones de los primeros cinco meses del año anterior.
En cuanto al aceite de soja, el volumen despachado durante junio alcanzó 553.000 toneladas, lo que representó una caída de 10% respecto a mayo y del 11% con relación al sexto mes del año pasado. Además, al igual que la harina y el pellet, el volumen más bajo en cuatro años.
“Dado que en Rosario y sus alrededores se concentran la gran mayoría de plantas de molienda de oleaginosas que posee el país, lo que ocurra con la bajante del Paraná influye fuertemente en los despachos de estos derivados al exterior, ya que no es posible completar la carga en otros puertos”, advirtió la Bolsa de Comercio de Rosario.
Distinto es lo que ocurre con el maíz. Para este cereal, cuando los barcos deben partir desde el Gran Rosario con una carga en bodega inferior a la total disponible como ocurre actualmente, “pueden completar la carga en los puertos del sur de la Provincia de Buenos Aires”, especialmente, en Quequén.
Durante junio, el volumen despachado de maíz desde todas las terminales portuarias del país sumó 4 millones de toneladas un 20% más que durante el mes de mayo, aunque una caída del 11% respecto de junio de 2020.
Sin embargo, los embarques desde el Gran Rosario representaron el 75% del total, la menor participación desde al menos los últimos cuatro años. Paralelamente, el volumen despachado desde los puertos de Necochea/Quequén y Bahía Blanca representaron el 22% del total de maíz enviado al exterior, la proporción más alta desde al menos el 2018.
La cosecha del maíz tardío ha comenzado se proyecta que ingrese un elevado volumen de granos en los próximos meses. De hecho, según datos oficiales, aún restan por cosecharse 2,7 millones de hectáreas de maíz en todo el país, de los cuales 2,1 millones se encuentran en la región de influencia de los puertos del Gran Rosario, donde se genera el problema.
Frente a este panorama, el economista Lorenzo Sigaut Gravina apuntó a que en el segundo semestre “vamos a tener escaramuzas en el mercado cambiario” debido a que “terminó un primer semestre muy favorable en buena parte gracias al contexto internacional” por los altos precios de los precios agrícolas.
“Hubo una liquidación de agro-divisas record en el primer semestre” con US$ 16.659 millones, un 80% más que en el primer semestre del año pasado, por lo que el Banco Central, “al que le venía costando mucho acumular reservas netas, lo hizo a un ritmo muy bueno sobre todo a partir de marzo”, dijo Sigaut Gravina, a Data Clave.
El integrante de la consultora Equilibra, apuntó a que en el primer semestre “hubo realmente una tregua cambiaria muy importante”, debido a ese ingreso de divisas.
Sin embargo “las segundas mitades de año en Argentina son estacionalmente más complicadas” porque “para julio/agosto se apaga la liquidación de la cosecha gruesa, eso son menos divisas, y falta un desierto que cruzar de aquí a fines de año”.