Luego de mantener reuniones con distintos sectores empresarios, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) flexibilizó las restricciones que había impuesto a principios de octubre para el pago adelantado de importaciones. Los empresarios recibieron positivamente la medida, aunque advirtieron que la situación “no es la ideal” y que continuará el freno al crecimiento.

Las autoridades del BCRA tomaron nota y decidieron avanzar en los reclamos que les habían hecho llegar los dirigentes de las cámaras empresarias sobre la dificultad para operar que implicó la restricción para los pagos anticipados de importaciones. En particular, los principales afectados habían sido los sectores industriales, quienes ya registraban problemas para producir.

No obstante, se decidió que los insumos que se importen para ser utilizados en la elaboración de bienes en el país podrán ser abonados en puerto de origen desde el 1° de noviembre, sólo hasta el monto equivalente al promedio del valor de las importaciones totales que se realizaron en los últimos 12 meses.

También se dispuso mantener el régimen de pago anticipado para bienes de capital por hasta el 80% del valor antes de su ingreso al país. Además, la proporción de la operación que se abona antes del embarque de los bienes de capital no podrá superar el 30% del monto total.

En concreto, el Central dejará sin efecto la medida que tomó el 5 de octubre último, por la cual se limitó el pago anticipado de importaciones, dinámica frecuente en los rubros que traen insumos o bienes de capital del exterior para producir. Muchos de sus proveedores exigen que se les pague de esa forma de forma excluyente. 

Sucede que el BCRA había detectado, según estimaron, que desde junio habían salido del país una cantidad mayor de dólares de las que deberían haber emigrado por este concepto. En tanto, se resolvió que las empresas sólo podían pagar las importaciones con “despacho a plaza”, es decir, una vez que ingresaron al país. 

A partir de noviembre, la autoridad monetaria permitirá a las empresas “girar” esos dólares a los proveedores cuando sus pedidos se encuentren despachados en el puerto de origen. Muchas empresas aclaran que a veces entre el pago de una mercadería y su llegada pueden pasar 30 días, aunque en medio de la crisis global del transporte marítimo a veces los tiempos pueden ser mucho mayores.

Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), ante la consulta de Data Clave, criticaron que el límite para girar divisas sea el promedio de las importaciones totales de los últimos 12 meses y al mecanismo de pago para bienes de capital (hasta el 80% del valor total antes del ingreso al país).

“Son meses que, por las restricciones económicas y las distintas trabas para ingresar mercaderías, las empresas importaron mucho menos que lo habitual. Por lo tanto, complica mucho el funcionamiento y condiciona el crecimiento de la producción”, señalaron y agregaron: “en cuanto a los bienes de capital, estas condiciones no son normales para la compra de maquinaria, ya que los proveedores no suelen aceptar esa forma de pago”.

La economista senior de FIEL, Marcela Cristini, coincidió en que con el límite que comenzará en noviembre, “tampoco se puede pretender que se produzca más porque no podés ingresar más insumos”. “Son pequeños detalles de una burocracia infinita para poder importar en Argentina, que destruye la productividad de corto y largo plazo”, agregó la especialista.

“Con estas regulaciones actuales, en todos los ámbitos cambiarios se administra la escasez. Lo que sucede es que se está controlando el sector externo, pero también a nivel interno, es el caso de los controles de precios, y eso genera un freno al crecimiento”, explicó Cristini.

Por su parte, la mesa de desarrollo productivo de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (FECOBA) sostuvo que la nueva resolución del Central es una solución “parcial”, que podría ayudar a quienes importan a no parar sus plantas de trabajo. 

“La solución ideal sería que cada uno pueda operar de manera independiente, sin necesidad de que haya intervención de parte del estado. Por otro lado, estamos difundiendo a nuestros socios los instrumentos y programas dirigidos a dar apoyo a la producción nacional”, apuntó la entidad.

“Lo que vemos es una crisis que deviene de no tener los dólares necesarios para crecer, los países que tienen ese problema hacen lo que pueden y no lo que quieren”, dijo a Data Clave el empresario textil Teddy Karagozian

“La razón por la que nunca podemos acumular dólares es que las leyes laborales, el conflicto laboral y el pasivo laboral hacen que las empresas no valgan nada, por lo que cuando hay crecimiento compramos tecnología de primer mundo para no contratar la cantidad de gente que deberíamos”, concluyó Karagozian.

Un importante empresario de la industria automotriz comentó a Data Clave que “la nueva medida es positiva porque la disposición anterior estaba generando problemas con los proveedores y podía poner en riesgo el abastecimiento”. “Por el lado de los pagos por bienes de capital, la dinámica actual podría frenar proyectos de inversión”, agregaron.

Desde una autopartistas, coincidieron ante Data Clave que la decisión del BCRA “da un poco de aire a la situación muy complicada que se había generado”. De todas formas, la fuente anticipó que el próximo martes las autopartistas y las principales terminales tendrán una reunión con el vicepresidente del Banco Central, Sergio Woyecheszen, para intentar generar mayores flexibilizaciones al esquema importador. 

Para el director de la Asociación de Empresarios Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), Leo Bilanski, “la medida que se tomó a principios de octubre era entendible en un marco de tensiones cambiarias”. “Si bien eso trajo tensiones colaterales en la cadena de abastecimiento de las pymes, un salto cambiario o una devaluación sería muchísimo más dañino que lo que se resolvió en aquel momento”, añadió.

“Nos alegra que se haya podido dar una flexibilización. Lo que nos trasmiten las autoridades del Central es que a medida que se superen las tensiones, se podrá volver a la normalidad”, dijo Bilanski y aclaró: “de todas formas, la normalidad tampoco es lo ideal porque la cadena de abastecimiento internacional está trastocada: hay incremento desmedido de precios, inflación internacional, escasez de barcos y contenedores, hoy se paga por adelantado cuando antes había crédito, entre otras problemáticas”.