El plan de ajuste que propone La Libertad Avanza continúa extendiendo la crisis y ya son 13.042 las familias que prescindieron de los servicios de trabajadoras que desempeñaban tareas de limpieza, orden, y cocina en sus hogares. Según el Departamento de Control de Gestión de las Superintendencia de Riesgos del Trabajo, sólo en esta área, son 15.037 las personas que fueron desempleadas.

La situación laboral de las empleadas de casas particulares es compleja. Está atravesada por la desigualdad de género, una alta tasa de informalidad y salarios realmente bajos para el desgaste que implican sus tareas. Se estima que el 78% de las personas que ejercen esta actividad se encuentran en situación irregular y el 98% son mujeres. 

La feminización de las tareas de cuidado es una realidad. Del total de trabajadoras registradas, el 11% son educadoras y el 12%, empleadas en hogares particulares. A estas dos categorías debemos sumar enfermeras, cuidadoras de niños y adultos mayores, cocineras, acompañantes gerontológicas y demás actividades relacionadas directamente con la asistencia. También existe una brecha de género salarial por la que las mujeres ganan un 15% menos, según el Departamento de Control de Gestión de las Superintendencia de Riesgos del Trabajo.

Por otra parte, la informalidad también es una problemática que atraviesa de forma contundente a las mujeres: el 38,4% de las trabajadoras no se encuentran registradas. Es decir, están expuestas a trabajos mucho más precarios en los que sus derechos laborales son vulnerados y no tienen acceso a la seguridad social que incluye aportes para poder jubilarse y obra social. La brecha con respecto a los varones, que alcanzan el 34%, es de un 4,4%.

La Comisión Nacional de Trabajo en Casas particulares evalúa todos los meses un ajuste proponiendo una referencia salarial. La quinta categoría, a la que pertenecen quienes realizan tareas de orden, limpieza y cocina en hogares, en julio deberá cobrar $234.794 si trabajó más de 24 horas semanales y no se queda a dormir en el lugar.  En mayo, según informó el INDEC, la canasta básica total para una familia de tres personas fue de $677.774.

Junto con las desvinculaciones de las empleadas de casas particulares, que se siguen multiplicando de forma alarmante, es importante tener en cuenta que son estadísticas que se realizan dentro del trabajo formal y registrado. En otras palabras, no contempla los despidos en situación de informalidad, la reducción de su jornada laboral y la pérdida de poder adquisitivo en su salario.

Organizaciones y movimientos sociales destacan que las decisiones económicas de La Libertad Avanza no favorecen a los trabajadores: al aumento de precios de alimentos y servicios, se le suman la eliminación de políticas públicas de asistencia y miles de despidos. Señalan que el poder de compra decayó de forma alarmante en solo seis meses ante salarios que no alcanzan a cubrir los incrementos. “El plan de ajuste planificado y ejecutado por Javier Milei es empobrecedor”, resaltan.