Vacunagate, cruces por la gestión macrista y expectativa por anuncios, en la apertura de Ordinarias
La "futbolización" de los discursos presidenciales cada 1° de marzo ya se convirtió en costumbre. El respeto a la investidura presidencial es palabrerío volátil en las circunstanciales oposiciones. Expectativa por los anuncios de justicia y elecciones. ¿Qué le espera al Presidente en un recinto que estará vacío de militancia?
El Congreso promete ser un hervidero nuevamente este lunes desde las 12 cuando comience el tercer discurso del presidente Alberto Fernández. Un estadio de fútbol cerrado, “un domo”. Como sucedió en los últimos años de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, como ocurrió los cuatro años de Mauricio Macri y como lo pasó en el primer discurso de apertura de sesiones de Alberto Fernández.
La esencia de la inauguración de las sesiones se fue deformando. La norma por la cual el Presidente del Ejecutivo asiste una vez por año al Congreso está detallada en el artículo 99, inciso 8, de la Constitución. Allí, se refiere a la ocasión en que el mandatario lee simultáneamente su mensaje anual, referido a lo “que se ha hecho y a lo que se propone hacer el gobierno”. La carga política, los pases de factura y las chicanas con la oposición de turno han ido creciendo conforme se profundizó la división.
En esta ocasión, Fernández estará con la conformación de la Cámara de Diputados más polarizada desde la vuelta de la democracia con el gobierno de Raúl Alfonsín. Dos grandes bloques se reparten la mayoría de las 257 bancas dispuestas y un puñado de “federales” mira desde el centro del recinto cómo se comparan las gestiones de gobierno.
El cartel colgado al frente de una banca, “el trapo” del folclore parlamentario, volverá a escena luego de tomarse un breve descanso por el cambio de gobierno. Con la gestión andando, Juntos por el Cambio acumula críticas para enrostrar durante el discurso presidencial. La explicación básica de esta estrategia es que la oposición siempre piensa en ahondar la grieta porque es lo que lo beneficia en términos electorales. Y por eso, busca hacerlo en el lugar en donde están los máximos representantes del oficialismo y la oposición reunidos. Los que han sido elegidos por el pueblo: El Presidente, la vicepresidenta y los diputados y senadores.
Lo que sucedió las últimas veces de Cristina, de Mauricio y volverá ahora con Alberto (a excepción de los discursos de inicio de gestión) es que apostarán a “explotar las diferencias”. Dejar en claro que el Presidente o la Presidenta no es el de ellos y “es el de los otros”. De concretarse los planes de la oposición, que hace dos años era oficialismo, veremos una continuidad de la disputa discursiva en clave “chicana escrita”.
Los carteles que planea la oposición
El titular de Diputados, Sergio Massa, convocó a los presidentes de bloque para informarles cómo se desarrollará la Asamblea y la visita del Presidente. En este año, la particularidad serán los protocolos, habrá menos legisladores en el recinto y el resto estará conectado con sistema remoto. Además, se reduce al máximo la presencia de invitados y funcionarios.
Esto significa que los palcos estarán destinados en su totalidad a los indispensables referentes del Gobierno. El primer discurso de apertura de Fernández marcó la vuelta de la unidad peronista en las gradas del recinto. En este caso, el oficialismo no contará con ese apoyo ruidoso de los estrados. No hay margen para filtrar militancia. Y en ese contexto, la oposición puede sacar rédito.
Hay dos grandes temas para la bancada macrista. Fuentes presentes en esa reunión afirmaron a Data Clave que la actitud de Mario Negri y Cristian Ritondo fue sorpresivamente “no confrontativa” con el presidente de Diputados. Sin animos de enrostrar la delicada situación política que atraviesa el gobierno nacional. Sin embargo, nadie puede asegurar lo que harán los Fernando Iglesias del interbloque.
Según circula por los teléfonos de los legisladores, se tejen dos grandes ideas. La primera es hacer foco en el vacunagate en sintonía con los comunicados y las conferencias que fue dando durante toda la semana la oposición. Fuentes en el bloque opositor adelantaron que hay una segunda línea que impulsa la confección de carteles en busca de obturar los “ataques a Macri” que pueda hacer el Presidente.
A los legisladores del ala dura macrista le llegaron ideas de un grupo de Whatsapp que lideran referentes de las redes de la oposición. La idea principal es pensar como defender la gestión de Cambiemos. Desde crear carteles con la frase “AH PERO MACRI” para desplegar en cada ocasión que el jefe de estado intente echar la culpa a la gestión de Cambiemos hasta un aplauso de toda la bancada cada vez que el Presidente haga referencia a Mauricio. Este grupo de influencers denominado “El Amperímetro” está integrado por el cineasta Juan José Campanella y el actor y dirigente político radical Luis Brandoni, entre otros. Según fuentes parlamentarias calificadas, las propuestas están y serán definidas a último momento.
El recinto estará ocupado por aproximadamente 90 personas, unos 25 senadores y 65 diputados. Una imagen mucho menor a la normalidad en donde se deben agregar varias sillas a las 257 bancas para que puedan sentarse además los 72 senadores. Los lugares se repartirán proporcionalmente a la cantidad de bancas de cada espacio político. No se sabe cuántos funcionarios del Ejecutivo estarán presentes pero el número será mucho menor a otras oportunidades.
Según confirmaron a Data Clave desde la presidencia del Senado -a cargo de la organización de la Asamblea- la Corte Suprema de Justicia será el único poder del Estado que no estará presente de forma presencial durante el discurso. En su lugar, podrían ocupar un espacio en la representación vía Webex, junto al resto de los diputados y senadores. Una ausencia entendible por la edad de la mayoría de los miembros del tribunal pero que además, dejará interpretaciones políticas.
El discurso de Fernández
La expectativa del oficialismo por el discurso del Presidente gira en torno a un par de ejes sobresalientes que quedaron pendientes del año parlamentario que culminó en diciembre de 2020. Los proyectos de reforma en la justicia y las modificaciones a las PASO por la pandemia.
La gran deuda del oficialismo en el primer año que le tocó liderar el Congreso es sin dudas los proyectos de Reforma Judicial. Con trámite asegurado en el Senado, la modificación de la justicia federal y el proyecto del Ministerio Público Fiscal duermen en Diputados donde el Frente de Todos no tiene el número propio. Estos dos proyectos necesitan un fuerte impulso desde el Gobierno, con toda la maquinaria de rosca desplegada, o una victoria contundente en la elección de medio término.
En este sentido, los espacios que responden a los gobernadores peronistas, esperan con expectativa lo que pueda mencionar Fernández sobre la realización de las elecciones. Un sector importante del oficialismo aboga por la suspensión de las primarias. Un punto medio, que puede tener llegada en la oposición, es postergar las fechas al menos un mes. En este aspecto, será clave lo que pueda decir el mandatario puesto que todo debe definirse en el parlamento.
Por último, y para hacer gala de algo que solía ser una bandera del macrismo, en el Frente de Todos esperan anuncios importantes sobre las relaciones internacionales, puntualmente con México. El Presidente volvió con ánimos exultantes de su gira por el país más al norte de América Latina y dicen “con grandes anuncios para hacer”. Entre la política, la chicana y el anuncio, una Asamblea Legislativa con el clima que le imprimen los argentinos a casi todo, el del fútbol.