El jefe de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), Sergio Neiffert, se presentó ante la Bicameral de Inteligencia del Congreso para explicar la situación de los 100.000 millones de pesos asignados al organismo mediante un decreto que fue rechazado por el Senado. Neiffert aseguró que esos fondos no se utilizaron y serán "devueltos", a pesar de que ya están contemplados en el Presupuesto 2025 enviado por Javier Milei. La presentación dejó más preguntas que respuestas, en particular por la falta de un plan de operaciones del organismo.

La presentación de Neiffert ante el Congreso se dio en un contexto de creciente tensión por el uso de los fondos reservados, luego de que la oposición denunciara que ya se había gastado el 80% del monto asignado. Neiffert negó este uso y prometió enviar documentación bancaria que respalde sus declaraciones. Sin embargo, su intervención no logró aclarar algunos puntos claves para los legisladores, como la falta de un plan de operaciones concreto para la SIDE, que el funcionario aseguró "aún está en elaboración".

Otro de los aspectos destacados fue la estructura de la nueva SIDE, que se creó en julio para reemplazar a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Este organismo tiene a su cargo varias agencias, como el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), y la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC). A pesar de las expectativas, Neiffert no brindó detalles sobre el funcionamiento interno de estas áreas, limitándose a describir generalidades sobre la misión de los espías argentinos.

La audiencia duró tres horas y se mantuvo en términos formales, aunque se generó un momento de tensión cuando la oposición cuestionó la urgencia del Gobierno en solicitar una sesión secreta en el Senado la semana anterior, a pesar de no tener listo el plan de operaciones. La falta de explicaciones claras sobre este punto dejó entrever desacuerdos internos dentro del oficialismo, en particular en la relación entre Neiffert y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien había sostenido la necesidad de mantener la asignación extraordinaria para la SIDE.

Además, Neiffert se distanció del discurso oficial sobre la supuesta desfinanciación del área, al señalar que el presupuesto para 2025 prevé un incremento del 94% respecto al año anterior, lo que contrasta con las afirmaciones de Bullrich. Asimismo, se desentendió de la polémica en torno al ciberpatrullaje en redes sociales, dejando entrever un quiebre dentro de la gestión de la seguridad y la inteligencia bajo la administración de Milei.

Otro punto sensible que el jefe de SIDE abordó fue su relación con Santiago Caputo, asesor clave de la Presidencia. Aunque negó haber sido designado por recomendación de Caputo, sus declaraciones contrastan con versiones que indicaban su cercanía con el círculo íntimo de Milei. Esta supuesta independencia también fue puesta en duda por la intervención de abogados de la SIDE en causas judiciales que involucraban al expresidente Mauricio Macri, lo que provocó roces internos en la coalición oficialista.

El contexto de estos hechos es especialmente relevante si se considera que la SIDE fue reactivada tras su disolución en 2015, cuando una serie de denuncias y acusaciones contra el entonces espía Jaime Stiuso motivaron la creación de la AFI. El retorno de la SIDE también implica la vuelta de los fondos reservados, históricamente utilizados para operaciones poco transparentes, y que ahora están en el centro de la polémica.

Neiffert buscó despegarse de las acusaciones sobre espionaje interno, un tema recurrente en los debates sobre el rol de los servicios de inteligencia en Argentina. Sin embargo, las dudas persisten sobre cómo se manejarán estos fondos en el futuro y qué mecanismos de control se aplicarán para garantizar su uso adecuado.

En tanto, el proyecto de Presupuesto 2025 ya contempla la asignación de casi 200.000 millones de pesos para la SIDE, una cifra que, según fuentes oficiales, busca garantizar la seguridad y defensa nacional en un contexto de transformaciones dentro del Sistema de Inteligencia Nacional. Las implicaciones de esta decisión seguirán siendo motivo de debate en el Congreso y en la sociedad.