Reyes: "Al ministerio de las Mujeres le hace falta calle y territorio"
La diputada radical por Santa Cruz se mostró en contra del nuevo Consejo Federal que creó el Gobierno para abordar los femicidios. En diálogo con Data Clave, habló del error de seguir "burocratizando" áreas de Género, cuando lo que falta es "decisión política".
La diputada de Santa Cruz por el radicalismo, Roxana Reyes, se mostró en contra de la postura del Gobierno por crear un Consejo Federal, articulado con el ministerio de las Mujeres, para abordar los casos de femicidios.
Entiende que el Estado no necesita seguir "burocratizando" áreas de Género, cuando lo que falta es "decisión política". En diálogo con Data Clave, habló de la "falta de calle y territorio" de la cartera que preside Elizabeth Gómez Alcorta. A su vez, se refirió al caso Úrsula y los procedimientos que no se cumplieron.
La entrevista completa:
Data Clave: ¿Por qué le molestó la creación del Consejo Federal del Gobierno para abordar los casos de femicidios?
Roxana Reyes: Porque el trabajo es del territorio hacia arriba. Hay una gran desconexión desde quienes están en la cúpula del poder y deben tomar decisiones. Las herramientas y los procedimientos están, lo que faltaría es poner gente capacitada para que se trabaje efectivamente. Si vas a hablar de políticas de género en el Interior profundo, no encontrás absolutamente nada para frenar los casos. Falta una perspectiva de género que es muy alarmante. Lo único que hacen es crear estructuras, y hacerlo en este tema es una locura.
DC: ¿Le tocó hacer trabajos específicos sobre esta problemática?
RR: Vengo haciendo estos trabajos en materia de Género hace varios años en Santa Cruz. Con Fabiana Túñez, cuando en ese entonces lideraba el Instituto Nacional de las Mujeres (INAM), hacíamos trabajos territoriales en los asentamientos y los barrios. Hablábamos con las mujeres y tratábamos de concientizar sobre las conductas violentas. También promovimos la línea 144 a lo largo de la provincia para poder difundirlo. Trabajábamos en nocturnidad y lo hacíamos desde los bares hasta las plazas, y lo hicimos sin ningún Consejo Federal ni mucho menos, sino desde la voluntad del despacho de una diputada provincial. No necesitábamos ni tantos observatorios ni tanto presupuesto.
DC: ¿Siente que no funciona el ministerio de Mujeres?
RR: Le falta calle y territorio, ser conscientes de cómo está la situación. Lo mismo pasó hace poco con el ministro (Nicolás) Trotta, donde no caminó ni un cuarto de las escuelas que no tienen agua. Pero ellos viajan con autos blindados y aislados de la realidad. Esto pasa con el ministerio de las Mujeres también, no toman noción de lo que está pasando. Hay mujeres desesperadas, que tienen miedo, que sufren violencia económica y que tienen terror de volver a sus casas. Y lo único que se les ocurre como respuesta es crear otro organismo.
DC: ¿Y dónde está la solución? Porque no estamos hablando de una tarea sencilla…
RR: Mirá, te voy a usar una frase de la vicepresidenta de la Nación: funcionarios que funcionen. Es lo único que necesitamos, que hagan su tarea y correctamente. En muchas secretarias provinciales de la mujer lo que hacen es entregar cajas con alimentos, y eso es tarea del área de Desarrollo Social. Lo que necesitamos también es que haya voluntad política para abordar estos casos, porque los elementos y las estructuras sobran para atacar los problemas.
DC: ¿Cuán eficiente es la línea 144 para los casos de violencia de género?
RR: La herramienta como el 144 es importante para que las personas, sobre todo los chicos, puedan tomar conciencia y evitar así los actos de micro violencia. Yo también buscaba que para los casos de juventud haya una línea “102” de alcance nacional y con gente especializada para actuar. Incluso habría servido y mucho durante la pandemia, porque muchas veces los lugares de contención para estos casos son las escuelas. Entonces como te digo, hay funcionarios alejados de la realidad y que no funcionan.
DC: Yendo al caso específico de Úrsula, ella realizó todos los procedimientos y exteriorizó su situación. ¿Por qué se terminó dando ese desenlace? El hecho también demostró que muchas comisarías funcionan igual, porque se destaparon muchos casos…
RR: Los problemas se resuelven con capacitación. Quienes están en la primera línea recibiendo las denuncias no están trabajando adecuadamente. Muchas víctimas de violencia de género no hacen la denuncia para evitar atravesar el desgaste que implica estar en una comisaría, donde a veces hasta tres veces tienen que contar su situación. Falta demasiada capacitación y voluntad política, y rápido.
DC: ¿El caso de Úrsula será un punto de inflexión en materia de violencia de género?
RR: Estos casos generan una conciencia social, y algún tipo de movimiento, pero después la atención decae, y no se sigue trabajando con la responsabilidad que se exige. Presupuesto se necesita, pero no es una cuestión prioritaria. Primero es una cuestión de decisión. Nosotros tenemos la Ley Micaela con la intención de cumplir, pero no se hizo lo que había que hacer, sino no estaría pasando esto. Ojalá haya un cambio a partir de último hecho, y que con esto se logre despertar a la gente, porque si esto sigue así, lamentablemente vamos a tener muchas Úrsulas en Argentina.