Reforma al Consejo de la Magistratura: un proyecto de difícil trámite y para “primerear” a la Corte
El oficialismo reveló ayer a la tarde el proyecto que ya se rumoreaba desde el fin de semana y que prometía adelantarse a un fallo de la Corte que aún no salió: la inconstitucionalidad de la actual conformación del Consejo de la Magistratura, un decisión que el Máximo Tribunal tiene para definir desde hace más de cinco años.
La historia se remonta a una presentación donde se cuestionó que el Consejo tuviera 13 miembros y donde se consideró a esa integración como desbalanceada. El fallo salió del fuero en lo Contencioso Administrativo Federal a fines de 2015 y aterrizó en el cuarto piso del Palacio de Tribunales. Hace algunas semanas, tal como relató Data Clave, el expediente salió del freezer. A esa situación se le sumó una declaración radial de Ricardo Lorenzetti, que evidenció la intención de que el fallo saliera. La frase no fue leída de forma inocente: se dio después de la disputa (pública y privada) por la presidencia de la Corte.
El proyecto que trae ahora el Gobierno viene con la idea de “primerear” un fallo que consideraban que les sería adverso. Si bien no conocían los detalles de la decisión de los supremos, prefirieron trabajar su propuesta desde la Secretaria Legal y Técnica y el Ministerio de Justicia sin esperar la posible bofetada.
Las malas lenguas sostienen también que el objetivo fue evitar que la Corte les marcara la cancha y les dijera que el Consejo tiene que estar integrado por el presidente del Máximo Tribunal, algo que en el oficialismo preferirían evitar. La relación no es buena: recién hoy se dará la primera reunión formal entre los magistrados (los cuatro que quedan) y el ministro Soria. La frialdad como moneda corriente.
El proyecto, de todas formas, tendrá que atravesar las hostilidades del Congreso de la Nación, un terreno donde el oficialismo vio naufragar la reforma judicial -en Diputados- y donde ahora ni siquiera tiene los números por sí mismo para hacer más ameno el trámite en el Senado.
La paridad de género parece convertirse en la bandera que servirá para acercar ciertos sectores, además de la decisión de mantener el bloque político sin cambios. Para aquellos que estuvieron trabajando en el proyecto, está claro que el Consejo es un órgano político y que eso no se alterará por la presencia de más jueces/zas y abogados/as, que también tienen actualmente un rol político.
En el medio, la Corte puede lanzar su fallo igual antes de la feria de enero y despacharse también con algún expediente guardado, de esas sorpresas que suelen dispararse desde el Palacio. La agenda no está cerrada.