El Presupuesto 2023 es, sin dudas, una de las principales batallas que suelen darse entre oficialismo y oposición para esta altura del año. Las diferencias en torno a las partidas asignadas suelen generar roces entre los dos partidos mayoritarios. Sucede en el Congreso, en las legislaturas provinciales y también en los HCD.

El caso de Almirante Brown no difiere del resto. Al menos no en lo macro. Pero sí marca una distancia interesante en lo que refiere al posicionamiento opositor dejando expuestas las miradas internas de cara al 2023.

Luego de una jornada extensa, el oficialismo logró la aprobación de la “ley de leyes” que había enviado el ejecutivo comandado de manera interina por Juan José Fabbiani, pero comandado (como es sabido) por el diputado bonaerense Mariano Cascallares.

Se trató de algo esperable teniendo en cuenta que el Frente de Todos cuenta con 15 de los 24 concejales a su favor. Sin embargo, lo llamativo se dio del lado de Juntos. Es que cinco de los ocho concejales de la oposición acompañaron el presupuesto. A ellos se les sumó el edil del monobloque Unidad Peronista, Germán Bonnemezón. 

Y de esa manera, el oficialismo alcanzó 21 manos alzadas para, como destacó el presidente del HCD, Nicolás Jawtuschenko, obtener el asentimiento necesario en torno a “las Ordenanzas Fiscal y Tarifaria en una Asamblea en la cual participaron Mayores Contribuyentes y concejales. A continuación se llevó adelante la Sesión Ordinaria en la que se aprobó por amplia mayoría el Presupuesto 2023”.

Sobre esto, el edil del PRO, Pablo Maseda, argumentó: “Sería ingrato de mi parte no reconocer que ante la problemática del día a día que se le viene planteando al Ejecutivo en los barrios, en la mayoría de los casos llega la solución en beneficio de los brownianos". Y ponderó "las obras que se vienen realizando".

Esta postura no fue bien recibida hacia dentro del bloque. Es que, más allá de que las diferencias internas existen, la bancada venía votando de manera unificada en relación a los distintos proyectos enviados desde el Ejecutivo local. Y esta venia al oficialismo dejó a la vista un quiebre hacia adentro con la mira puesta en 2023.

“Nuestro bloque tiene un excelente diálogo, pero para esta votación nos permitimos tener diferencias”, le dice a Data Clave, la concejal Patricia Bontempo, quien a nivel local juega para el intendente de Lanús y precandidato a gobernador bonaerense, Néstor Grindetti.

El problema es que su compañero Mariano San Pedro, de Hacemos, la línea peronista que también maneja el jefe comunal vecino, levantó la mano a favor.

Para Bontempo se trató solo de una postura diferenciada y dio sus motivos. “Decidí rechazar porque el presupuesto no llega al 80 por ciento en la comparativa con el año pasado cuando hasta el momento ya sabemos que llegamos a un 100 por ciento de inflación. Presentamos una propuesta superadora que busca monotasas unificando algunas como seguridad e higiene y apuntando a lograr la gratuidad en las habilitaciones para que las empresas puedan entrar al distrito porque vemos que otro intendentes PRO lo hicieron y tratamos de sacar lo bueno y repetirlo”. 

Y agrega: “Incluso me permito hablar de un ajuste ya que en Infraestructura el presupuesto ni alcanza el 65 por ciento y en Educación, el 54”.

Lo cierto es que hoy, de cara a lo que serán las elecciones del 2023, internamente el PRO va tomando su propio posicionamiento en línea con lo que sucede de manera provincial. Y cada referente tiene su candidato. Pero, según acordaron, nadie todavía levantó la cabeza. Algo que, más allá de las diferencias, preocupa tanto de un lado como de otro.

Según pudo averiguar este medio la idea era ya tener un candidato definido para diciembre. Sin embargo, no pasó. Y ni siquiera los propios aspirantes locales pudieron enmarcar sus fotos.

En esa línea se encuentra Agustina Serrano Gómez, del lado de Diego Santilli; Ricardo Maero, por el lado de Cristian Ritondo; la diputada bonaerense Florencia Retamozo (Patricia Bullrich); y la propio Bontempo.

Así las cosas, la puja interna quedó expuesta en el HCD a la espera de que las autoridades provinciales tomen una decisión que pueda facilitar el camino de los dirigentes de cara a poder salir a dar la pelea en un distrito en el que nunca logró dar un paso fuerte.