Manuela Castañeira, la jóven líder del Nuevo MAS: "Dentro de la izquierda algunos se endulzan por un cargo"
Con 35 años es una de las referentes más jóvenes de la izquierda en Argentina y fue la única precandidata mujer en las últimas elecciones presidenciales, aunque no llegó a las generales. Habla sobre los espacios de derecha que ella define como "rancios" y no le tiembla la voz para calificar de "nefastos" a los economistas con pretenciones electorales Javier Milei o José Luis Espert. Además, dice que "no hay tantas diferencias entre el albertismo y el macrismo".
El desalojo de Guernica expuso como nunca antes desde la llegada de Alberto Fernández al poder las diferencias de los sectores de izquierda con el Gobierno del Frente de Todos. El propio Axel Kicillof, salió a dejar clara su postura: "No acepto que hubo una represión", dijo. Manuela Castañeira, una de las principales caras de Nuevo Movimiento al Socialismo (Nuevo MAS), no solo contradice al Gobernador sino que asegura que "parecía organizado por Patricia Bullrich".
En 2015, con 30 años recién cumplidos, Castañeira protagonizó su primera carrera presidencial y cosechó un poco más de 100 mil votos. "¿Cómo pasó eso?" se pregunta a si misma entre risas y se contesta rápido, sin dudarlo: "Pasó porque soy de izquierda y somos revolucionarios". Dos años antes, en 2013, había vivido su primera campaña. "En ese momento la discusión sobre el aborto era uno de los temas que yo planteaba y tenía ataques de fachos, misóginos y machistas. Fue muy duro pero yo sabía que ese era el camino y se empezó a gestar después la marea verde que llegó para quedarse", recuerda.
La joven también se anima a realizar críticas dentro de la izquierda y afirma que algunos "se endulzan con cargos". Aunque sumó casi 80 mil votos más que en la experiencia anterior, en 2019 tampoco llegó a las elecciones generales. En esa oportunidad propuso participar de internas con Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), pero no lo consiguió. "Me clavaron el visto", dice.
Data Clave: ¿Qué representó lo que pasó en Guernica?
Manuela Castañeira: Yo creo que el gobierno decepcionó a sus votantes. Yo no tenía expectativas en este gobierno pero si me parece que fue un gobierno votado para ser diferente a Macri. Y lo que pasó en Guernica parecía dirigido por Patricia Bullrich, con semejante operativo represivo. El Gobierno decidió ceder a las presiones conservadoras, mandar un mensaje a los poderosos y congraciarse con el empresariado. Mientras tanto, el problema de la tierra no está para nada resuelto.
DC: Hay representantes del oficialismo que dicen que la izquierda es más oposición hoy con Alberto o Axel de lo que fue con Macri o Vidal.
MC: Por favor, que ridiculez. La izquierda fue la oposición más firme y consecuente al macrismo durante todo su gobierno. Los que salimos a la calle por Santiago Maldonado, los que fuimos protagonistas en las vigilias por la legalización del aborto, cuando quisieron limitar el derecho a la protesta. Yo no soy kirchnerista, yo no soy peronista ni lo voy a ser. Yo soy de izquierda y entonces voy a ser oposición por izquierda.
DC: Pero si ves similitudes entre kirchnerismo y macrismo, por lo que me decís.
MC: Primero que lo que está gobernado ahora no es el kirchnersimo. Alberto no es Cristina. Me parece que el kirchnerismo es ese sector que se presentaba como progresista y no veo que Alberto esté cerca de algún progresismo. Las cosas como son. Hay medios y campañas para decir que Alberto y Cristina son lo mismo pero no me parece que sea así. Alberto pareciera tener la misión de amigar del todo al peronismo con el empresariado. Las similitudes o diferencias de este gobierno con el macrismo las tiene que decir este gobierno. Si es cierto que hay un sector del macrismo que ya se para en la ultra derecha, acompañando banderazos de terraplanistas y negacionistas de la pandemia. Lo que es concreto es que Macri perdió por un voto castigo que capitalizó Alberto Fernández y la verdad es que hay cosas que no veo tan distintas.
DC: ¿Hay mucho en Argentina de eso, del voto castigo, de estar en contra de, de se anti tal cosa?
MC: Creo que empieza a haber, a nivel mundial, una identificación de que el sistema capitalista no satisface las problemáticas de la sociedad, que no resuelve las demandas sociales. Lo ves en las cuestiones del empleo, del futuro, los temas de la ecología. Los más jóvenes empezamos a experimentar una relación con el sistema muy negativa. Y ahí hay mucho espacio para la izquierda. Creo que hay todavía más anticapitalismo que socialismo pero hacia allá vamos.
DC: ¿No creés que ese movimiento antisistema se corre o se puede correr hacia el otro lado, hacia la derecha?
MC: También hay expresiones de derecha que surgen del enorme malestar con el sistema. Con discursos que confunden, la derecha busca captar a algunos sectores de las juventudes. Es lo que acá hacen desde la ultra derecha o tipos nefastos como Espert o Milei, que de antisistema no tienen nada. Se venden como anti y son lo más pro sistema que hay, representan y defienden al libre mercado. Son conservadores, misóginos, xenófobos. Es capitalismo puro disfrazado de antisistema.
DC: Pero en las últimas elecciones presidenciales las distintas expresiones de derecha juntas sacaron también más votos que la izquierda.
MC: Estuvieron inflados por medios hegemónicos que colaboraron para llevar el clima electoral para ese lado. Tuvieron una cantidad de apariciones mediáticas y de propaganda descomunal, como si fueran una fuerza preponderante en Argentina. Las cosas se miden en los hechos, si ellos quisieran llamar a una movilización, no se que plaza llenan. Y nosotros hemos demostrado en espacios visibles y medibles. Somos parte de la sociedad, entre las oranizaciones sociales, entre los trabajadores. A esta gente solo la ves inflada por algunos medios.
DC: Bueno vos hace un rato hablaste de las marchas de terraplanistas, por ejemplo.
MC: Si, ahora empezaron a ocupar ese lugar porque la inacción del gobierno ha colaborado con que la derecha crezca en Argentina. Hay una responsabilidad de Alberto. Creo que el mundo está polarizado. Hay alternativas por derecha y ultra derecha rancia y hay opciones por izquierda. Hay de todo. No digo que no existan. Tener a Bolsonaro en Brasil es una muestra muy clara. Lo que eso representa en la región es importante. Lo que no veo es que haya una dominación, que sean la mayoría o que tengan preponderancia en la sociedad. Hay dos polos, si. También hay una juventud que empieza a reconocer que lo que falla es el sistema. Y lo que hay también es una inestabilidad que da lugar a que haya derechas e izquierdas. En política lo que no existe es el vacío. Si no avanzamos nosotros, avanza la derecha. Yo soy de izquierda, lo mio es cambiar el mundo.
DC: Y esa pretensión algo ambiciosa ¿qué tan factible es?
MC: Muy factible. Mirá el mundo en el que estamos Hay que cambiarlo, definitivamente. Esto así como está no va más. Sin ir más lejos, hay una pandemia que surge de la manera capitalista de vincularse con el alimento y de la relación con la naturaleza. Lo está indicando el discurso científico en este momento. Hay problemas económicos en un montón de países, con una crisis que se cocina por abajo, con mucha inestabilidad política. Y formo parte de una generación que siente que tiene que pelear para tener un futuro, tratando de construir desde una alternativa socialista. Pero acá el que tiene que dar explicaciones es el capitalismo.
DC: ¿Y qué pasa hoy con la izquierda en Argentina? ¿Por qué no pueden encontrar una unidad?
MC: El año pasado yo quise participar de una interna y me clavaron el visto. La expresión más de izquierda dentro de la izquierda es muy importante en la Argentina. Logramos sacar cientos de miles de votos. En las campañas electorales y que todo es plata y aparato. Sacar esa cantidad de votos, lo que fue mi elección con dos pesos con cincuenta hasta se podría decir que fue más exitosa que la de Alberto, si comparás votos con plata. La izquierda es un movimiento muy importante. Yo también considero que formo parte de una renovación del nuevo siglo. La discusión en su momento tenía que ver con potenciar más la fuerza del movimiento de mujeres y Del Caño y el FIT no lo vieron así. Igual, divisiones hay en todos lados. Divisiones tiene el peronismo.
DC: Es posible, pero divididos y todo logran por lo menos ir juntos en una elección.
MC: Cuando hay un conflicto y una causa común estamos todos juntos. Pasó en Guernica por ejemplo. Después en términos electorales es otra cosa. Quizás hay algunos sectores que se endulzan por un cargo, es una mirada corta. El FIT no está viendo la estrategia más allá. Yo vengo a hacer otra experiencia y prefiero que tarde mucho más, que sea mucho más lenta pero que sirva. No me importan los cargos ni la plata. Yo soy socialista. Si vos querés cambiar algo no podes dejarte presionar, no podés perder tu independencia. Hay una cosa que muchas veces se cree que la política es sólo la de arriba, la de las instituciones, los funcionarios. Y yo reivindico la política desde abajo, es la que elijo y de la cual vengo.