El Frente de Todos hizo en Buenos Aires una gran elección". La frase pertenece al gobernador bonaerense Axel Kicillof. Y tiene lógica. Pese a que el oficialismo levantó los números en las boletas para diputados nacionales, no pudo revertir el resultado y cayó en manos de Juntos. Sin embargo, el mandatario consiguió su propia victoria al arrebatarle tres senadores provinciales a la oposición.

Gracias a este giro inesperado, ahora Kicillof tendrá la tan deseada gobernabilidad debido a que la Cámara alta quedó empatada en 23 representantes. Y quien definirá todas las votaciones no será otra que la presidenta del cuerpo y vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario.

El oficialismo llegó a esta elección con 20 senadores a favor y 26 en contra, pero con un duro antecedente directo. De haberse repetirse los resultados de las PASO, el cuerpo legislativo habría quedado igual. Sin embargo, el aumento de los votos en la primera, cuarta y séptima sección le permitió al Frente de Todos sacarle un senador por región y de esa manera quedarse con la soñada igualdad.

Como parte de una estrategia electoral, Kicillof había demorado varias discusiones parlamentarias a la espera de poder dar vuelta el recinto. Las PASO no mostraron resultados alentadores y desde el oficialismo comenzaron a avanzar en algunas negociaciones con la oposición. Pero todo cambió. Y ahora, es sabido, desde el Frente de Todos harán valer su voto a favor de la presidencia para no poner en discusión buena parte de las vacantes que quedan por cubrir tanto en el Banco Provincia como en la Suprema Corte de Justicia como así también en IOMA, entre otras instituciones.

Sin dudas, a nivel provincial, se trata del gran dato a favor para el oficialismo. Y es que, a partir de ahora, el gobernador tendrá mayor margen de acción y menor negociación con Juntos.

El Frente de Todos logró las tres bancas incluso desde la derrota. Es que, de igual modo que se dio en las PASO, el oficialismo cayó en siete de las ocho secciones electorales, solo ganando en la tercera. Pero con una gran diferencia. El voto a favor creció en todas las regiones. Sobre todo en la Primera, la segunda más populosa, donde la diferencia entre uno y otro fue de menos del 0.5 por ciento. 1.207.991 de votos para Juntos y 1.193.661 para el oficialismo, dejando cuatro senadores por lado.

Por su parte, en la cuarta, la referencia fue de 4 senadores para la oposición y 3 para el FdT; mientras que en la quinta fue de 3 a 2; y en la séptima de 2 a 1.